16.ENE.19

532 18 0
                                    

Había terminado mi examen cuando sentí mi celular vibrar en mi sudadera muchas veces.

Lo saqué y vi que tenía varios mensajes en WhatsApp.

Milena

"Hola Karsssss💟"

"Oye, no sabes por qué Bieber no contesta?"

"Es que le mandé mensaje, pero me dijo que estaba mal, que no quería hablar con nadie"

"Pero pues tal vez tú sabes ): "

"Me preocupa un poco D: "

Fruncí el ceño al leer sus mensajes, era obvio que él la había mandado, dudaba mucho que él estuviera mal si un día antes me había estado enviando más mensajes.

Además no tenía coherencia, en un mensaje dice que no contesta y en el otro dice que El cacas le dijo que no quería hablar con nadie.

Sonreí, estaba segura de que le había pedido a Milena que me preguntara por qué no le contestaba yo a él.

Seguramente esperaba que le contestara "No sé, estoy enojada con él y tampoco he hablado con él".

En cambio sólo le escribí:

"Hola Milena, ha estado ocupado y no hemos podido hablar mucho, pero voy a intentar hablar con él"

Respondió de vuelta:

"Gracias Karssss🙆, cualquier cosa que sepas, me avisas, porque sí me preocupa"

Entonces me preocupé yo también, dejé a un lado mi parte dolida y pensé en que probablemente sí tenía algo.

Gina salió del salón y cuando me vio se acercó a mí.

— ¿Cómo te fue? Estuvo fácil, ¿no?

— Sí —intenté contestar lo más normal posible.

— ¿Qué te pasó?

— El cacas —le estiré mi mano para enseñarle el mensaje de Milena.

— No le creas —dijo luego de leerlo—, inventó eso porque está desesperado porque le contestes y sabe cuál es tu punto débil.

— ¿Y si sí está pasando por algo y justo lo abandoné cuando me necesita?

— Como quieras verlo —se encogió de hombros —, yo digo que no lo hagas, pero lo que decidas está bien —me sonrió—, voy rápido al baño, te veo en el comedor.

Yo le había prometido que estaría para él siempre que me necesitara, no podía mentirle de esa forma. Sin importar todo el daño que me había hecho, ni la lista, le marqué por Messenger.

Al menos así tenía asegurado que no tendría mi número.

— ¿Hola? —contestó.

— ¿Estás bien? —le pregunté directa.

— Pues más o menos, pensé que me odiabas —rodé los ojos, sabía que lo decía sólo para que le dijera que no era así y que en realidad lo adoraba. No una vez más, Justin.

— ¿Qué te pasó? —dije haciendo referencia a su "más o menos".

— Pues lo de siempre. Ya dime por qué te enojaste.

— No estoy enojada —mentí para evitar su drama—, mejor dime ¿qué te pasó?

— ¿Cómo sabes que me pasó algo si ni siquiera respondes mis mensajes? —escuché su voz triste y me recordé seguir siendo dura. Estaba a punto de decirle que Milena me había dicho pero decidí dejar eso para después.

— Dijiste que estabas "más o menos".

— Pues porque creí que estabas enojada conmigo.

— Pero luego dijiste que por lo mismo de siempre. Me imagino que deben ser problemas en tu casa, pero sabes que puedes contarme.

— Pues me peleé con mi papá, ya ni siquiera recuerdo por qué, pero no importa, mejor dime por qué estabas enojada, porque mira, te mandé mensajes y no contestaste, ya no te conectas por WhatsApp, vi que estabas en Messenger y tampoco, no es como que tienes que contestarme inmediatamente después de que te escribo —como estabas acostumbrado, pensé —, pero fue muy raro y aunque me digas que no, yo sé que sigues enojada. Te olvidas de que te conozco más que a mí mismo.

— Hace frío hoy, ¿no? —dije para cambiar de tema.

— Un poco, sí, ¿ya me vas a decir?

— Y eso que traigo una sudadera gruesa —volví a cambiar de tema.

— Yo traigo una chamarra, ¿sólo vas a evadir la pregunta? —miré como pasaban algunos alumnos por el pasillo. Pensando qué decir. Pensando si decirle todo de una vez— Está bien, no te voy a presionar, ¿qué haces?

—Acabo de hacer mi examen de Bioquímica.

— Wow, ¿y qué tal? —me molestaba la manera en la que pensaba que ya había terminado todo, que con hacerme la plática ya no iba a molestarme con él. ¿Por qué no me había preguntado cómo me iba o cómo me sentía todos los meses anteriores?

— Bien —contesté simplemente.

— Yo tengo problemas con esa materia, de hecho estaba hablando con mi mamá el otro día y le comenté que no entendía nada de lo que el profesor decía, que si podría buscarme un asesor y me dijo que sí e inmediatamente pensé en ti, no hay mejor asesor que tú —pase por alto su halago y traté de concentrarme en lo que decía —. Le dije que si podía ir contigo y me dijo que sí, que tú ya me habías ayudado antes, bueno de hecho me ayudaste durante todos estos años, y que ya conocías mi forma de aprender. Que te preguntara si tenías tiempo y la disponibilidad —obviamente yo quería tenerlo en mi casa todos los días como cuando estábamos en la prepa y esa era una buena excusa.

— Ya sabes que sí.

— ¿Y podría ser en mi casa? Es que mis papás piensan que voy a otra cosa a tu casa, ya sabes.

Me indigné por la idea que tenían sus papás de mí, y también porque quería que fuera yo quien gastara el dinero en el trasporte hacia su casa. Él tenía carro, podía ir y venir cuantas veces quisiera, yo no podía estar gastando dinero en transportes y tenía que cuidar de Hanna.

— Voy a preguntarle a mi mamá, porque ya sabes que yo soy quien se hace cargo de la casa y de Hanna.

—Muy bien, me avisas.

—Sí —dije casi inaudible al darme cuenta de que había caído una vez más.

—Bueno, hablamos luego.

Y colgó.

Ni siquiera un adiós, un gracias, nada.

Al inicio me había emocionado porque pensé que era una excusa para estar conmigo más tiempo, pero no.

Y entonces me di cuenta, no había estado insistiendo tanto para que le contestara porque le doliera que yo estuviera enojada, sino porque le preocupaba que por mi enojo no pudiera ayudarlo.

Necesitaba saber que aún seguía contando conmigo.

Recargué mi frente en la pared y me repetí mil veces lo tonta que era. Cuando estuve lista revisé que sus notificaciones siguieran desactivadas y fui al comedor a alcanzar a Gina.

Fui un idiota, perdón | J.B |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora