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TaeHyung no cabía en su pequeño y un poco gordito cuerpo gracias a la felicidad que lo recorría últimamente desde la aceptación de su novio pelirrojo por el diminuto fruto de su amor que yacía en el interior de su vientre, donde ya era notoria la voluminosa pancita con su bebito de ahora seis lindos meses que gozaba de cualquier comida o acción que se le viniese por gana. Pues, aunque sea difícil de creer, Jeon JungKook, el gran Alfa de León era un adorable minino frente a su rubio embarazado, estando en un cien por ciento dispuesto a lo que su Omega pidiese, o en otras palabras, lo que el cachorro en la barriguita del Omega ordenara. Aunque lamentablemente, en los últimos meses a Gguk se le había prohibido por el beta que se encargaba de llevar el estado del híbrido de gatito, consentir de tal manera tan deliberada a Tae, pues era necesario que este parase de comer tantas galletas con crema a toda hora del día junto un gran batido de vainilla como ya le era usual e iniciará con una dieta sana y equilibrada para beneficiar el desarrollo del feto apenas en el segundo trimestre de sus etapas iniciales.

Eso sólo le dio más felicidad al rubio embarazado, ya que sin que su pelirrojo lo pudiera mimar con la comida que quisiera, ahora se dedicaba a estar junto a él en cada segundo, dándole caricias a su pancita intentando transmitir cada gota de su profundo cariño al cachorro que se venía por delante. A veces Tae llegaba a ser muy sensible y lloraba a mares con pequeños estímulos, en especial a la hora de escuchar como Jeon le hablaba suavemente al bebé mientras apoyaba su mejilla en la zona donde se ubicaba el feto, en ciertas ocasiones diciendo lo mucho que lo ansiaba o en otras lo entusiasmado que se encontraba al imaginarse la gran familia que tendrían en unos pocos meses. Ciertamente la pareja estaba en su esplendor de felicidad y euforia con la pronta llegada, pero a la vez los nervios y preocupaciones los atacaban fuertemente, el rubio gatito usualmente a medida de que su cachorro crecía entre su vientre materno se sentía cálido por el amor que le tenía a la criatura y a la vez tan gélido, creyendo que era simplemente horrible, esperando con todas Sus fuerzas poder volver a su figura normal al pasar por el embarazo tan primerizo. Lo bueno de ello era que Gguk siempre lo sostenía de alguna forma, dándole palabras sumergidas en dulzura o simples caricias que le devolvian cada gramo de seguridad al rubio.

Ahora mismo, el Omega rubio solo estaba recostado plácidamente entre varias almohadas y peluches regados por la gigantesca cama de la habitación principal, frotaba su respingada naricita curiosa repetitivamente en la esponjosa y suave tela inundada del masculino aroma a naranja que caracterizaba al Alfa pelirrojo, volviéndose a cada segundo más loco por la familiar y deliciosa fragancia que se mantenía entre los rincones del gran departamento del arquitecto y su pareja.

La historia tras de esta enternecedora escena es sencilla de explicar, pues, Gguk desde los inicios de su trabajo era y es normal que cuente con largos horarios atareados, pero mientras está centrado en sus deberes, el minino rubio necesitado de mimos una vez llegaba de su universidad se sentía tan solo y triste que hasta en ciertas veces se arriesgaba a viajar en soledad desde su hogar hasta la empresa para ver a su Alfa y recibir mimos del mismo. Y esta situación de tener a TaeHyung yendo a donde quisiera con su pancita de cuatro meses tenía a JungKook de los pelos, debido a que su rubio podría sufrir en cualquier momento de un ataque por todos los Alfa tan imbéciles como él hace varios años. Así que la solución que dio TaeHyung para que se quedara en el departamento durante las tardes fue simple, Jeon debía dejar en cada lugar su excitante esencia de tal manera que el Omega lo pudiese disfrutar al solo dar un respiro.

El gatito se había vuelto todo un consentido del pelirrojo y estar en su estado de embarazo no podía encantarle más, hacía meses que el león no había tocado su cuerpo con lujuria y agresividad característica de él, todo un alivio. Y no lo mal entiendan, a Tae le fascinaban las noches tan pasionales con el amor de su vida, amaba que lo penetrara duro y rápido, que lo lastimara, que lo amarrase tan firme hasta que su piel quemara en un tono rojizo, al rubio le gustaba todo ello en sobre manera pero se negaba rotundamente a dejar que lo lastimaran con su cachorro abordo, sin importar quien, no lo iba a permitir. Pobre su JungKookie, conociendole debería de estar de lo más necesitado y excitado a cada segundo, y a TaeHyung no le molestaría complacerlo aún con su pancita tamaño mediano, lo haría todo mientras el pelirrojo sea capaz de controlar su instinto salvaje, el Omega no arriesgara en ningún momento a su preciado bebito.

- - -⌲ Lion's Lover ✧‧˚ ( KookV )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora