Y es que el amor todo lo puede...

CAPÍTULO 16:

      Me quedé un rato pensando en quien podría ser esa tal “ex” que me “iba a matar”... No se cuantas “ex” tiene Adri, ni cuantas de ellas me quieren “matar”, pe... ¿sabéis lo que se me esta pasando por la cabeza? un corto; el corto empieza con la llamada esta de teléfono, después una escena en que se reúnen todas las “ex” y vienen a por mi, tipo “The walking dead.” pero esta se llamaría “La peor de tus pesadillas... nunca cojas el teléfono de un extraño, porque algún día las exs de tu novio se juntaran y te comerán viva...” si, un titulo bastante largo, pero me hace gracia, claro que, la película sería de miedo...mucho miedo...

      Noto que una mano rodea mi cintura, oh no, mierda el corto, no puedo evitar reír al acordarme del puto corto que me imagine unos minutos antes... “¿quien era?” me preguntó la mano extraña que rodeaba aún mi cintura, “una walking dead. ” le conteste yo riendome a carcajada limpia. Me giro, y por “suerte” era Adri; yo sabia desde un principio que era él, pero molaba hacer como si fuese una escena de miedo, de intriga mejor dicho; y subimos arriba con los demás.

      Todos estaban tumbados en los sofás aburridos, y claro como no viendo la tele... ¡yupi! el sarcasmo pudo conmigo... No puedo evitar hacer una gracia, el ambiente lo necesitaba, lo necesitaban, sino morirían antes de aburrimiento que de vejez...

      Cogí a Adri del brazo, y le retire hacia atrás para hablar con él, para contarle mi plan, mi ingenioso plan...

—Adri, tengo una idea.—dije susurrando.

—¿una idea? ¿para que?

—para hacer de este ambiente aburrido un lugar mejor.—dije riendome a la vez que Adri se contagiaba.

—vale, cuéntamelo todo, paso a paso...

—pues a ver, tenía pensado coger sus bolsas de la playa, que tienen ahí dentro su ropa, sus toallas, sus móviles, su dinero...todo... y ahora dime ¿que pasaría si todas esas cosas desaparecieran solas?...bueno con alguna ayuda claro...

—te entiendo...pero eso no basta...

—¿que propones?—dije a la vez que levantaba mi ceja izquierda y bajaba la derecha.

      Adri me contó su plan “malvado”, y nos pusimos manos a la obra; yo fui a por las mochilas de la playa, y Adri se fue a la calle, cogió su moto, y esperó a mi señal. Deje las mochilas en un lugar seguro, donde nadie las encontraría; en el horno de la cocina... Enseguida salí fuera, y grité “Adri, ¿donde estás? ” dejé la puerta abierta, y subí arriba corriendo, y les pregunté si habían visto a Adri por alguna parte...

—si, lo vi antes, cuando estabas hablando por teléfono, pero ya después no...—dijo Maia.

—¿porque? ¿ha pasado algo?—pregunto asustada Nerea.

—no lo se, no se donde esta, y llevo un buen rato llamándolo al teléfono, pero no me contesta, y no se donde está... —dije fingiendo preocupación y desesperación.

—tranquila, no debe de estar muy lejos.—dijo Mario.

      Un chillido nos “interrumpe”, era Adri, que chillaba ayuda, todos se levantaron de una de los sofás, y bajamos las escaleras corriendo tan rápido que los pies nos echaban humo, llegamos abajo, me quedo en la puerta, pero dentro, ellos salen, y ven que está Adri tumbado en el suelo y con la moto encima, cerré con llave la puerta, y salí por la puerta de detrás corriendo. Voy corriendo hacia la parte de delante, con la manguera de agua enchufada a tope de presión, por fin llego a la parte de delante, y les mojo a todos mientras Adri se levanta rápido para coger la otra manguera que había en el otro lado de la casa, y les moja con la otra manguera, aquello era un caos total, Adri y yo contra Maia, Andrea, Nerea, Marc, Dani, Mario y Sergio, quienes no paraban de escupir el agua de la boca que no paraban de tragar. No paramos de tirar agua hasta que gritaron todos al unísono “¡tregua! ¡tregua! vosotros ganáis.”