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Nota: no reproducir canción hasta que se indique.

Habían pasado un tiempo. Años tal vez o no lo sabía, había perdido la noción del tiempo desde la vez que perdió las esperanzas.

Ambos habían tomado caminos diferentes. Bill por su parte se hizo -tal y como era de esperarse- un gran empresario, arrebatándole el lugar a su padre; una vez que éste murió, pero tenía demasiados problemas. Para empezar tuvo que aprender a vivir con la ausencia de su niño. Era el dolor más grande que sintió y sentiría por siempre, porque por siempre lo amaría y lo esperaría de brazos abiertos. Se preguntaba a menudo, ¿Que habría pasado con él? ¿Cómo estaría? ¿Cómo era él ahora? ¿Lo seguiría amando a pesar de todo el tiempo recorrido? No sabía y tal vez nunca lo haría. Lo buscó durante un tiempo, sin encontrar resultado alguno, era como si él se hubieran desaparecido de la faz de la tierra; aún que aún tenía la esperanza de encontrarlo, ya no tenía ni la misma fuerza y ni la misma capacidad para hacerlo. Lo buscó en cada rincón, en cada lugar del planeta, dentro y fuera del país, pero nunca lo encontró, eso lo derrumbo por completo. Ahora vivía con la incertidumbre cada día, una dolorosa y constante incertidumbre. Sabía cuan necesitado estaba por tenerlo, la desesperación y el dolor lo carcomían día a día, tal vez algún día moriría de dolor. Aún que intentaba vivir sin él, más bien dicho, aún que había aprendido a vivir sin él, sin su presencia, su risa o su tacto, aún lo extrañaba, de vez en cuando soñaba con él.

Recordaba cada maldito y hermoso momento que había pasado a su lado... todos, hasta el más pequeño. Desde el primer instante en el que lo miró, hasta el último momento, era tan doloroso.

Después de que había salido del hospital totalmente destrozado y lleno de dolor, se fue a su casa, y tal y como lo había planeado, colocó algo de veneno en la botella de su padre y espero a que éste la bebiera y muriera lentamente. Y así fue, murió, se hizo un escándalo en TV y todos medios de comunicación, tiempo después de que se tranquilizara un poco todo, él mando a su madre fuera del país, con la excusa de que estaba loca y la encerró en una clínica psiquiátrica en Holanda.

Bill se volvió alcohólico, un alcohólico adolorido. Tanto sus noches cómo sus días, eran dolorosos y lo desangraban con cada roce de recuerdos. Su única esperanza entonces era la de morir. No era como si ahora fuera un chico suicida ni nada de eso, eso le parecía estúpido, pero si se hundió en depresión y botellas de alcohol, dejando flotar sus emociones, acompañando a los sentimientos con música; sin importar nada y sin un lugar al cual pertenecer, sin una "casa" como tal y por lo tanto, desprotegido. El tiempo transcurrió en él, primero un mes, luego dos meses, 6 meses, 8 meses, 1 año... al principio Taiyari pensó que sería solo una rabieta acompañada con berrinche porque está vez el Cipher no obtuvo lo que quiso, pero lo comenzó a tomar más enserio cuando paso el tercer mes y Bill no se recuperaba, un intento de suicidio bastó para que Bill fuera encerrado en una clínica de psiquiatría durante seis meses por Taiyari, el cual estuvo a cargo de todo hasta que Bill salió de la clínica. Cuando él salió, él era otra persona, más sensata, sencilla, más positivo, aún más astuto y con más calidades. Tomó sus responsabilidades y su vida en sus manos y dejo de centrarse en el dolor que le causaba cierto ausencia.

Había crecido, ahora tenía 26 años. Era bien parecido, a pesar de aparentar más edad la mayoría del tiempo, pues los problemas lo consumían cada vez más, tenía suficiente dinero como para comprar un país entero, estaba soltero, nunca intento nada con nadie más. Aún esperaba a Dipper.

Una tarde en su oficina, sin nada que hacer o nada en que pensar simplemente tomo su guitarra y comenzó a tocar una balada leve y lenta, dejando que sus dedos tocasen un mar de emociones.

Eres mi niño Where stories live. Discover now