3. ¿Estás segura?

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Jake entró en el despacho frotándose las manos animadamente.

—Queremos que actúes como testigo del contrato —dijo Yixing con voz queda.

Parte del ánimo desapareció del semblante de Jake.

—Tengo aquí uno. Lo único que falta es... si queréis algún cambio. Lo legalizaremos hoy y arreglaremos una cita en el hospital de Atlanta para Camile.

—No necesito ir al hospital —dijo Camile con firmeza.

—Tienes que hacerlo —respondió Jake en tono persuasivo, como si no quisiera hacer caso de lo que Camile había dicho—. Yixing quiere que se realice la fertilización in vitro lo antes posible.

—Jake, no puedo ir a Atlanta, lo sabes perfectamente —Camile miró fijamente a su jefe esperando que entendiese el silencioso mensaje.

No podía dejar a Sunmi sola durante tanto tiempo. Tomó aliento y volvió el rostro hacia Yixing.

—Hay otra cosa... preferiría recibir el dinero al principio del embarazo.

Las palabras de Camile quedaron resonando en la soleada estancia.

—¿No quiere una fertilización in vitro? —los ojos de Yixing le penetraron el alma.

—No.

Ella no le debía ninguna explicación a aquel hombre, se recordó a sí misma. Jake dejó caer la pluma en el escritorio.

—Camile, ¿te das cuenta de lo que has dicho?

—Sí —respondió ella volviendo la cabeza hacia su jefe—. Necesito el dinero lo antes posible. Además, las estadísticas demuestran que la fertilización in vitro es considerablemente menos segura que...

—La copulación en el momento de la ovulación —concluyó Jake.

Camile sintió que las mejillas se le encendían. Yixing la miraba como si no pudiera creer lo que estaba oyendo; sin embargo, por fin, acudió en ayuda de ella.

—Lo que usted prefiera. Vamos a firmar los papeles.

Cuando Jake se encogió de hombros y volvió a coger la pluma, Yixing se dirigió a ella.

—¿Cómo sabrá que...?

Camile se dio cuenta de que la única forma que tenía de manejar aquella situación era pensando que no tenía nada que ver con ella, que le estaba ocurriendo a otra persona.

—Me tomaré la temperatura basal y le pediré a Jake que lo llame cuando llegue el momento de la ovulación. Lo hice cuando concebí a mi hija; por lo tanto, espero que esta vez también sea fácil. Creo que ovularé dentro de tres semanas.

La expresión de Yixing era impenetrable.

—De acuerdo.

Jake preparó rápidamente los documentos necesarios. Camile vaciló sólo un momento antes de aceptar la pluma de Jake para firmar.

Aquel contrato le procuraría el dinero que necesitaba para salvar la vida de su hija, para pagar los gastos de una operación a corazón abierto. Una vez que tuviera el dinero, llamaría a los cirujanos para fijar la fecha de la operación.

Por supuesto, echaría de menos a su hijo durante el resto de la vida, pero Sunmi sobreviviría. Fue eso lo que le dio valor para firmar con una decisión nacida de la desesperación.

Cuando Camile devolvió los papeles a Jake, notó que Yixing sacaba su cartera y cogía un cheque que le ofreció.

—Aquí está el primer pago, como se especifica en el contrato.

El resto le será entregado en el momento en que su embarazo quede confirmado.

—No es necesario, puede dármelo todo cuando quede embarazada.

—Insisto. Prefiero seguir las estipulaciones del contrato al pie de la letra —Yixing le cogió la mano y la forzó a aceptar el cheque.

—Yo... En fin, nos veremos dentro de unas semanas —dijo él.

Camile asintió, se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta. A sus espaldas, oyó a Jake decir: —Yixing, quédate unos minutos. Me gustaría hablar contigo.

dreams - yixingWhere stories live. Discover now