- yo también -

Lo abracé más fuerte por miedo a que ese sentimiento se fuera. <<Amor>> esa palabra recorrió mi mente. <<Nada se puede sin el amor>>.

 Pronto el tallo de aquella flor calló junto con sus pétalos y junto a las lágrimas derramadas.

[...]

- ¡Buen día! - grité por todo el apartamento a pesar del fuerte dolor de cabeza por el alcohol.  - ¡Arriba! - golpeé la puerta de Willy  y luego la de mi habitación.

 Me dirigí a la cocina en pijama, el que me regaló Samuel. Saqué mis cereales de su caja que decían ''Una mezcla de colores que te harán volver loco". Saqué dos recipientes y una tasa para Willy, el siempre toma café porque dice que los cereales son infantiles; aunque cuando llegó Samuel a la casa, el único que tomaba café era él.

 Prendí el equipo de música y puse uno de mis CD favoritos. Subí la música hasta que se escuchara por todo el departamento seguido de saltitos con ritmo para dirigirme a la cocina. Tarareaba la canción y llegó la nota alta que tanto amaba. Grité para llegar a esa nota y entonces la música se paró dejándome con la boca abierta a medio grito. Volteé a ver por cual fue el motivo que la música se paró.

- Willy - dije con el ceño fruncido 

Se encontraba al lado del equipo de música con su pelo revuelto y un pantalón viejo que colgaba de su cintura con una camiseta blanca. Bufó y se pasó la mano por el cabello haciéndolo aún más revuelto. Bostezó y caminó hacia mí hasta pasar por mi lado y llegar a la cocina. Lo seguí con la mirada con los brazos cruzados, estaba enojada ¡Nadie para mi canción favorita! ¡Y menos si está en esa nota alta que tanto amo!

- Gracias - levantó la taza y apretó sus labios en una línea recta tratando de parecer una sonrisa.

- Amo tu ánimo - dije seguido de sentarme a su lado.

Mezclé mi cereal para que se formara el arco iris que tanto me gustaba. Le tiré una miradita y observé que -obviamente- este no era su día. Bien, una vez que no tengo esa maldita cara de zombi al despertar, ni tampoco camino como uno, él se parece a un zombi arruinando la mañana. Tal vez eso se siente al verme con tal cara de "Si me hablas te mato". 

De repente apareció Samuel deslizándose en sus pantuflas. Lucía rejuvenecido y animado. Reí al ver la maniobra que hizo para no caerse seguido de su resbaladiza.

- ¡AU, AU, AU! - gritó con entusiasmo.

¡Al fin alguien que alegra el hogar! Se sentó frente a Willy y miró su cereal, me sonrió.

- Buenos días y gracias - dice señalando su desayuno. - Pensé que no eras de esas chicas - 

- No lo soy - digo seguido de meter la cuchara en mi boca.

Samuel empezó a contar que había soñado con un monstruo que se acercaba a su cama y lo quería sacar de allí. Dijo que había dudado si era yo que estaba tratando de despertarlo pero luego despertó de su pesadilla y frente a él se encontraba Willy tirando de su pierna. Reí y lo reproché por compararme con un monstruo siendo que el verdadero monstruo era Willy. El me miró con mala cara y siguió tomando su café.

- No sé qué de bueno tiene sus días - soltó en un suspiró.

Se levantó y dejó la tasa en el fregadero. <<Claro, no la laves>> pensé porque luego me obliga a lavar todo. Samuel lo miró alzando una ceja y luego me miró a mí. Ladeó la cabeza hacia Willy y articuló algo como ‘‘ ¿Qué le pasa a este?''. Me encogí de hombros ''Está viejo'' respondí de la misma forma.

Los amigos de mi hermano (Vegetta, Rubius y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora