La mejor vista

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¡Holaaa!

Bueno, ya está listo un nuevo capítulo, espero lo disfruten.

Todos los personajes pertenecen a Marvel.

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La luz del cielo matutino le dio de golpe en la cara a Peter cuando abrió los ojos. No estaba seguro de en dónde estaba pero según su celular habían pasado seis horas desde que despegaron, al principio creyó que eso no tenía sentido pero luego recordó los usos horarios y que seguramente en New York todavía era de noche aunque en donde quiera que estuvieran ahora el sol apenas estaba empezando a salir.

Levantó la vista y descubrió al Sr. Stark colocándose un saco nuevo sobre su atuendo que lucía diferente al que llevaba cuando subieron al Quinjet. La Srta. Potts también se había cambiado de atuendo, el único al que parecía no importarle demasiado su ropa arrugada era a Happy, que luchaba por mantenerse despierto con la ayuda de un par de donas glaseadas y una taza de café.

Se incorporó en el asiento quitándose de encima la manta que no recordaba haberse puesto y recogió del suelo el libro de física que seguramente dejó caer mientras se quedaba dormido.

-Ah, ya despertaste- el hombre lo miró mientras anudaba su corbata y le pasó una bolsa con el logo de una marca lo suficientemente cara para que Peter tuviera miedo de arrugar aunque sólo fuera el envoltorio- ponte esto.

Abrió la bolsa y vio un par de jeans junto con una playera sencilla y un cárdigan seguramente más costoso que todo lo que tenía en su armario junto.

-Ah... señor Stark... no es necesario...- tartamudeó mientras trataba de devolverle la bolsa con un ligero sonrojo.

-Si niño, lo es- ni siquiera le puso atención al intento de Peter de devolver la ropa y pasó a revisar distraídamente algunas cosas en su celular.- No te vas a aparecer frente a los Vengadores luciendo como si te tuviera durmiendo bajo las escaleras y obligándote a usar la ropa de tu primo abusivo.

Peter miró su ropa con el sonrojo todavía en sus mejillas. Llevaba meses viviendo con Tony y todavía no había dejado de usar la ropa de segunda mano que era lo único que sus tíos podían comprarle mientras había vivido con ellos. Le quedaba un poco grande, sí, pero su tía May le había dado cada prenda con una sonrisa satisfecha que él atesoraba y no pensaba deshacerse de ella.

-Vamos- el mayor insistió con una sonrisa. De algún modo le pareció que el regalo tenía intenciones más cálidas que sólo cuidar la imagen del millonario, así que le sonrió de vuelta mientras sacaba el cárdigan y se lo colocaba encima.

-Supongo que no me hará daño probar algo diferente por un día.

Stark lo miró complacido, casi orgulloso podría jurar, y volvió la vista a la pantalla del celular, mientras se sentaba de nuevo en uno de los sillones de cuero.

Un letrero se encendió en la cabina y todos tomaron asiento de nuevo. Un minuto después sintieron el descenso hasta que la sacudida del aterrizaje les avisó que habían llegado a su destino.

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La puerta del Quinjet se abrió y Peter asomó la cabeza invadido por la curiosidad de saber en dónde estaban. Tony, que estaba de pie en el marco de la puerta, se hizo a un lado bloqueando su vista para dejar pasar a Pepper, que llevaba como siempre algunos papeles y carpetas abrazados al pecho, y a Happy, que intentaba bajar las maletas de todos al mismo tiempo. En realidad los mayores sólo habían llevaban consigo un bolso chico y un maletín de oficina cada uno, pero aún así a Peter le pareció demasiado para una sola persona.

Entre el deber y la sangreWhere stories live. Discover now