тыква

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—Derek ¿Podemos hablar?—Preguntó el azabache, el castaño lo miró quedándose parado en medio del pasillo.

—Si, claro ¿Ocurrió algo malo?—Eiden tragó duro.

No fue capaz de arruinarle Halloween, menos cuando Derek se veía han animado saltando y arrastrándolo de la mano entre toda la gente, sacándose fotos con un Eiden demasiado agotado, pensó en hacerlo, de verdad, pero nunca había visto a Derek tan animado, no fue una sorpresa que estuviesen de lado a lado hasta las 5 de la mañana mientras ambos tomaban jugo de naranja en caja.

—Yo...Ven, por favor.—Eiden movió su dedo pulgar a una dirección que Derek no supo decifrar inmediatamente, luego comprendió que probable se refería al jardín.

—Pero ya van a tocar ¿Porqué no mejor lo hablamos en el receso?—El azabache mordió sus labios, la preocupación y miedo en sus ojos alertó a Derek—¿Te están haciendo daño?

"No, pero lo harán" Pensó el menor.

—Si quieres puede ser en el receso, solo...por favor, ve.—Derek asintió preocupado, la voz del menor tembló un poco al decir aquello.

El timbre para las clases sonó llamando la atención de todos en el pasillo, Eiden movió su mano en una seña pobre antes de caminar a su salón, Derek hizo lo mismo.

Las clases pasaron rápido, Eiden repasó con ejercicios químicos para el próximo examen, también le ayudó a entender a sus amigas y a algún compañero que se le acercaba de casualidad, el profesor revisó cuadernos antes de que la clase terminase y todos salieron, Eiden se movió rápido hasta el jardín, entró al invernadero y esperó.

Derek no llegó.

El timbre dió comienzo al segundo bloque escolar, Eiden no se movió aún cuando vio a todos correr a sus salones, se quedó allí y esperó, mensajeo al castaño pero al parecer él apagaba sus datos en la escuela, haciendo que no llegase nada.

Suspiró y negó levemente, seguro se le había olvidado, tomó su mochila y se levantó de una de las muchas mesas vacías, caminó hasta la puerta del invernadero y la abrió. No, no pudo hacerlo.

Movió la puerta con fuerza, escuchó algo metálico chocar con la puerta de madera.

Lo habían encerrado con una cadena.

Comenzó a sentir que le faltaba el aire, intentó mantener su mente fría y llamó a sus amigas, una de ellas cortó, otra contestó.

—¿Dónde estás?—Preguntó, Eiden intentó hablar pero sentía que el aire se le acababa.

—Ayúdame, estoy en el invernadero.—Dijo tan rápido que su amiga siquiera puedo entender.

—Voy para allá.

Eiden miró a su alrededor, siempre pensó que su escuela tenía una gran consideración al hacer el invernadero de cristal y cubrirlo con materiales de tela especial, eso hasta ahora, si fuese solo tela podría salir sin problemas.

—¡Eiden!—Miriam apareció—Tranquilo, ya hablé con el profesor y con el inspector—El menor asintió aún sabiendo que no lo podía ver—No te desesperes, vamos a sacarte rápido.

Es imposible que no se desespere, cuando era pequeño recuerda a sus hermanos dejándolo encerrado el día entero en el granero de sus abuelos cuando estos pedían que le cuidasen y salían junto a sus padres, no es de los mejores recuerdos que tiene de su niñez.

Escuchó la conversación al otro lado de la puerta, ellos no tienen la llave de ese candado, Eiden se desesperó aún más.

—Eiden, van a romper el candado, espera un momento—El menor asintió intentando recuperar el aire, Miriam le dió palabras de aliento que no pudo escuchar debido a que pánico, un fuerte sonido le avisó que habían destrozado la cadena, Eiden salió rápido y Miriam lo abrazó—Ya, ya.–El menor se acurrucó en el cuello de su amiga.

Es obvio quién fue el responsable, Miriam mordió sus labios enojada, suspiró mientras su amigo se calmaba.

—Necesito hablar con Derek—Dijo, Miriam asintió, Eiden soltó su agarre y corrió por el pasillo de la escuela, tocó la puerta del salón del alfa y esperó—Disculpe, necesito hablar con Derek.—El profesor lo miró enojado, Eiden lo conoce, hace clases de física y no soporta a sus alumnos.

—Dos minutos.—Accedió al ver a Eiden desesperado, este asintió rápidamente, el profesor le llamó la atención al castaño y le hizo una seña.

—¿Eiden, qué ocurre?—Al omega le temblaron las manos cuando miró los ojos de Derek.

—Necesito que me escuches—El más alto asintió—Es sobre tu novia, sobre Kathy—El alfa frunció el entrecejo—La vi besándose con Tom en la fiesta de Halloween y él me amenazó, me encerraron en el invernadero—Derek negó soltando de a poco la mano de Eiden—Dijeron que me golpearian, pero si te mintió entonces creo que esto lleva tiempo, no lo sé, lamento decírtelo.

Derek se quedó un momento en silencio.

—Ella dijo que dirías algo así, por lo de las fotos—Eiden hizo una mueca—Ella estaba enferma en Halloween.

—¡No es así! Yo lo vi Derek—Otro silencio.

—Eiden ¿Yo te gusto?—La boca de Eiden se abrió al igual que sus ojos, Derek negó ante el silencio del omega—No, lo siento.

El castaño entró al salón y Eiden tomó aire, negó con una sonrisa amarga en los labios y salió de la escuela sin siquiera preocuparse de buscar su mochila.

...

Eiden cargó las calabazas en la carrera y se movió, Tamara seguía saltando desparramando las hojas al rededor, su abuela les esperaba mirándolos desde la ventana.

Eiden había decidido que si Derek no quería hablarle, él tampoco haría el intento, su fin de semana se basó en eso.

Se dió un baño y arregló sus cuadernos, tendría examen así que leyó sus libros de texto para estar preparado y se fue a dormir.

Al día siguiente tuvo que correr al salón debido a los insultos que recibió en el pasillo, al parecer Kathy otra vez había hecho todo público, no diría que no se lo esperaba.

El día fue rápido, tomó notas, hizo su examen, escuchó a sus amigas pelear, comió su almuerzo en silencio, simplemente fue como antes y apenas tocaron el timbre salió corriendo del salón para no ser golpeado por Tom.

—¡Eiden! ¿Qué te ocurrió?—Preguntó su abuela al verle llegar con la nariz botando sangre, sus manos llenas de tierra marcados moretones en el rostro.

No había salido del todo bien.

—Nada mami—Eiden suspiró entrando a la pastelería—Voy a lavarme y me pondré a trabajar.

—¡No, espera!—Eiden miró extrañado a la mujer antes de abrir la puerta—Ven aquí, necesitamos hablar, primero quiero que me aclares que te ocurrió en el rostro y luego...bueno, pero hagámoslo aquí ¿Bien?—El azabache entrecerró los ojos—Por favor.

—Está bien—Dijo lentamente, se sentó en una de las sillas del local.

Su abuela esperó pacientemente, Eiden suspiró antes de comenzar a hablar.

—Desde hace un tiempo me han estado molestando en la escuela, bueno, eso lo sabes, digo, no lo sé, solo-La puerta de la cocina se abrió interrumpiendo al menor, Eiden abrió sus ojos enojado—¿¡Qué diablos hace ella aquí!?

EidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora