C. 12

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[ Rompiste nuestro trato y ahora estás en peligro, como todo los demás ]

El par corría con todas sus fuerzas, confiando en que los otros dos seguían sus pasos.
En un momento, Jimin da un vistazo atrás.

—¡Espera! ¡¿Dónde está Taehyung?! —preguntó jadeante.

—¡¿Qué?! —dio un giro sobre sí, continuando su maratón después. —¡¿Dónde se metió?!

—¡También falta Yoongi!

—¡¿Quién es Yoongi?!

—¡Agust D es Yoongi!

Al pelirrojo se le escapó una risa —¡¿Su nombre es Yoongi?! ¡Suena demasiado tierno para alguien de su calaña!

—¡Callate! —lo tomó del brazo y tiró, doblando en una esquina. —¡Esa es la casa de Tae! —señaló. —¡Rápido! — por increíble que parezca para cualquier mundano que se la pasa tirado en el sillón, corrieron más fuerte, hasta chocar con la casa de Kim  —¡Señores Kim! —golpeó la puerta! —¡soy Jimin! ¡Abran, por favor!

—Mierda, mierda, ya están aquí.— Jungkook le dio la espalda a Jimin, para mirar a los locos que se acercaban y se puso en guardia.
Al poco tiempo los acorralaron contra la puerta y Jimin apoyó su espalda en ésta, totalmente aterrado.

—Es nuestro fin... —Murmuró.

—Tuyo no. —dijo Jungkook, que empezó a pelear con los zombies que comenzaban a abalanzarse sobre el, recibiendo rasguños y alguna que otra mordida que lograba apartar antes de que le arrancarán un pedazo.
Jimin estaba estático, confundido, ninguno de esos locos iba hacia el. —¡Mierda! —el grito de Jungkook lo hizo despavilar y cayó en sí.

—¡Hey! —empujó a un par y como si nada, los zombies sólo lo rodeaban para ir por Jungkook, que ni lento ni perezoso, sujetó a Jimin por los hombros, poniéndose tras de él y usándolo como escudo. —¿Q-Qué haces?

—A ti no te harán nada —susurró, para caminar lentamente hasta la puerta de nuevo. Golpeó ésta con el codo. —¡Si no abren la puerta ahora, la voy a derrumbar!

—¡No, Jungkook! —regañó. —Hay una llave extra dentro de la maseta de ese potus. —susurró. Los zombies parecían tratar de buscar de dónde provenía esa voz, ladeando la cabeza de un lado a otro y moviéndose de aquí para allá con parsimonia. —¿Qué les pasa?

—Sólo no logran percibirte— dijo como si fuera lo obvio, metiendo su mano dentro de la maseta y sacando una llave. Soltó los hombros de Jimin para darse la vuelta y meter la llave. —Lo tengo —abrió la puerta con lentitud, provocando un leve chirrido que fue captado por los locos, quienes miraron hacia la puerta —Maldición.

—¡Sólo entra! ¡Sólo entra! —empujó el cuerpo de Jungkook hacia dentro, al tiempo que los tipos corrían hacia ellos. Cerraron y Jungkook puso llave rápidamente.

Ambos se apoyaron en la puerta, Jimin deslizándose por ésta hasta quedar sentado en el suelo.
Esperaron a que los golpes y gruñidos que se oían al otro lado cesaran.

El silencio que se formó, sólo era interrumpido por sus aceleradas respiraciones.

—¿No debería haber alguien aquí? —habló Jeon con suavidad, pues no quiso interrumpir el ambiente quieto del lugar.

—Los padres de Taehyung. —respondió del mismo modo.

—No los veo por aquí... Tampoco veo un segundo piso.

—No lo hay. —Jimin ojeó el pasillo frente a ellos y la sala que se podía ver desde ahí. Nada. Nadie.
Se levantó y caminó con lentitud. —¿Señora Kim? ¿Señor?

Los OtrosWhere stories live. Discover now