Capítulo 66: La reina del hielo y el rey del infierno

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—Hola, Gremlin.

—Sólo yo puedo decirte Gremlin, Gremlin. —dijo ella, pero se notaba claramente estaba bromeando.

Pensé en lo bonita que era Chanel, y en el bueno que era tenerla de amiga. A decir verdad, no era ni de asomo el monstruo que me había hecho la vida imposible. Era más parecida a la Chanel de primer año, cuando solamente era una chica bonita y sencilla y Leonard Jenkins no se había fijado en ella.

—¿Me acompañas abajo? Me vendría bien un poco de aire.

Asentí con la cabeza, y vi como le guiñaba el ojo a Nick mientras me tomaba con cuidado del brazo. Mi novio no quitaba la sonrisa de su rostro, y yo no entendía por qué.

—Agradéceme cuando estés sobria, porque estoy segura de que estabas por decir algo de lo que te arrepentirías.

Una vez que nos sentamos en la entrada, las puertas se cerraron y ahogaron un poco el sonido de una canción pop dentro del club. Apoyé la cabeza contra la pared y dejé que el aire aclarara y despejara un poco mi mente. Dicen que ayuda a veces.

—Tú no quieres estar aquí. Lo sé —le dije, y ella abrió los ojos y me observó curiosa—. ¿Por qué lo haces?

Ella se lo pensó unos momentos.

—Supongo que es porque me agrada sentirme parte de un grupo, de alguna manera. De verdad disfruto estar junto a ustedes, aunque me pasé años criticándolos y desprestigiándolos. Me sentía celosa —admitió, y yo escuché con interés—. Conoces cómo es estar rodeada de deportistas y porristas; a nadie le importa nadie más que si mismo. Pero estas personas que encontraste... son genuinas.

Sonreí, y pasé un brazo por su espalda. Sabía que era cierto, desde luego. La vanidad y el egoísmo abundaban en la "alta sociedad". Pocas veces te encuentras con gente real.

—Vi que te estuviste acercando a Johnny...

—¿Qué dices? No seas ridícula. Ese rubio... hueco...

La miré fijamente, y una sonrisa escapó de mi boca mientras la oía enumerar todos los defectos de mi mejor amigo.

—... y le coquetea a cualquier cosa que camine. Durante el año pasado, me invitó a salir 153 veces. ¡153! ¡Llevé la cuenta!

Y tan pronto como observé que se iba poniendo cada vez más y más nerviosa, comencé a reír. A reír con ganas. Y, a pesar de que pensé que iba a reaccionar diferente, ella se me unió.

No sé cuantos minutos nos quedamos ahí afuera, sobre el frío piso de la vereda, riendo con ganas hasta las lágrimas.

—Tal vez. Y sólo tal vez... él me agrade.

"Si, claro. Y yo soy Marlon Brandon" dijo la chillona voz de Pepe el grillo en mi interior. Al parecer, el alcohol lo revivió porque llevaba meses sin oír su sarcástica vocesita en mi cabeza. No te extrañé para nada.

—¿Quieres entrar? —me dijo, sacándome de mis pensamientos.

—Claro. Ya me siento mejor. —admití, y me puse de pie. Extendí mi mano y la rubia la tomó.

Abrimos las puertas, y una canción un poco antigua de Rihanna se oía retumbando en todas partes. El calor aumentaba en la pista de baile y cada vez con más frecuencia sentía cómo se pegaba a mi piel otro cuerpo transpirado, produciéndome bastante asco, para ser sincera.

—Se nota que no es noche de Ridgewell. Debemos ser los únicos menores de 19 en todo el club. —me dijo Chanel, haciendo referencia a la noche de Panteras vs. Tiburones, en la que Ridgewell se aseguró la victoria y así, una noche en Sunrise.

Drama Queen (DQ #1) [COMPLETA]Where stories live. Discover now