29. Actividad nocturna

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¡Hola! Sí, como siempre yo. Dije que subiría el viernes, pero los quiero tanto que decidí adelantar la fecha a... ¡hoy! (Sí, supongo que ya lo habían adivinado). Además, el último capítulo fue bastante corto, y dura menos tiempo ;) Este se los hice más largo. Espero que lo disfruten y dejen sus votos y comentarios.

Un beso,

Madame Weasley.

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Capítulo veintinueve

Actividad nocturna

—Bueno, chicos, supongo que es hora de ir a dormir —digo—. Mañana hay trabajo para hacer.

Les lanzo una mirada significativa a Harry y a Ron, aunque no entienden lo que les quiero decir.

—Tenemos que investigar sobre Nicolas Flamel —susurro—, o Hermione nos matará por haber perdido el tiempo.

—Tienes razón —dice Ron—. En cuanto terminemos esta partida de Snap Explosivo nos metemos inmediatamente en la cama, ¿de acuerdo?

—Si quieres puedes venir a nuestra habitación, para que no estés sola en el cuarto de las chicas. Solamente somos nosotros, así que no habrá problemas.

—Oh, gracias, chicos —digo—. En realidad no tenía ganas de estar de nuevo sola en la habitación.

—¿Las chicas si pueden subir a nuestro cuarto? Maldita sea, ¿en serio que Godric Gryffindor era hombre, o acaso Helga Hufflepuff ayudó a diseñar la Torre?

Dejo a los chicos jugando en la sala común y subo al cuarto para desarmar mi cama, donde me encuentro a mi lagartija. Creo que Barbas notó que me iré, ya que está nerviosa.

—Es sólo por esta noche —le digo—. Mañana me verás aquí roncando de nuevo, no te preocupes.

Le acaricio la cabeza y cierra los ojos, demostrando que le gusta.

—Buena chica.

Saco las sábanas, el cubrecama y la almohada, y me voy cargada con todo bajo el brazo. Seguramente estoy barriendo el suelo, también. Cierro la puerta empujándola con el pie, y bajo la escalera caracol.

—Me siento como una mula —les digo a los chicos—. ¿Cuál es la que está libre?

Ron junta las cartas del Snap Explosivo y le indica a Harry que suba a mostrarme. A medio camino por la escalera de los chicos, George sale de la habitación de los chicos de tercero, y siento cómo se altera el ritmo de mi corazón. Ahora soy la Reina Suprema del club de los tomates, ya que el papel de "presidenta" me queda chico.

—¿A dónde van ustedes dos? —pregunta con picardía.

Miro hacia abajo, temiendo ponerme demasiado nerviosa si lo miro a los ojos, y espero a que Harry conteste algo.

—Va a pasar la noche con nosotros.

George debe estar alzando las cejas, porque se apura a explicar:

—Estaba sola en la habitación de las chicas, y mañana los tres debemos despertarnos a la misma hora.

—Está bien, vayan. Solamente déjenme pasar —dice, y comienza a bajar las escaleras. Cuando pasa a mi lado, instintivamente levanto la vista y me encuentro con su cálida mirada. Se detiene por un segundo, y luego sigue su camino hacia abajo, pero ese instante es suficiente para hacer que mi corazón salte en mil direcciones.

—Leyla, vamos.

Me quedé con la mirada perdida durante unos instantes, y debí alarmar a Harry, porque me mira preocupado con sus enormes ojos verdes.

Leyla en Hogwarts: La piedra filosofal | (LEH #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora