Amor de Laboratorio •TERMINADA•

N U E V E

Solo notó que había empezado a llover porque escuchó de lejos la algarabía de muchos estudiantes que huyendo del agua, habían entrado en la cafetería. Mark estaba tan inmerso en las páginas del libro que apenas y sentía el correr del tiempo; sin querer había llegado tarde a la primera clase de la mañana y al salir de esta se había internado en aquel establecimiento para pasar la hora que tenía libre y poder seguir leyendo.

Le era fácil sentir que las palabras de Jonathan habían sido escritas para él, línea tras línea descubría que el hombre que dedicó el tiempo a redactar ese libro tenía unas emociones y pensamientos similares a los suyos.

Asimismo, Mark tampoco entendía a Dolly y estaba del lado de Jonathan. Estuvo tentado de saltarse al final del libro para saber cómo había resultado todo y si Dolly finalmente había ayudado en el proceso o si sería la "villana" de la historia, sin embargo no lo hizo, deseaba aún más saber el paso a paso antes de llegar a la conclusión.

Apenas había levantado la mirada cuando escuchó a los demás entrando, pero su vista había vuelto rápidamente a su lectura; tan concentrado estaba empezando el siguiente capítulo que padeció un susto terrible cuando dos de sus amigos se sentaron frente a él en la mesa que él ocupaba. Joey ladeó su cara para mirar la portada del libro en las manos de Mark antes de que este lo cerrara de golpe.

—¿Le vas ahora a los romances adolescentes? —se burló. Su novia a su lado rió entre dientes.

—¿Qué te hace pensar que es un romance adolescente? —rebatió Mark.

—Oh, mil disculpas. Olvidaba que "Amor de Laboratorio" es el famoso título de la obra Nobel sobre los impactos de la guerra contra los judíos y las consecuencias del holocausto.

Su tono siempre sarcástico les hizo brotar una risa a los dos. Fue Elizabeth la que habló esta vez:

—Quisiera decir algo para defender tu lectura —dijo, mirando a Mark—. Pero, vamos, ¿Amor de Laboratorio? ¿Tú? Esperaría eso de Joe... —Su novio dejó de reír—, pero no de ti.

—¿Cómo que lo esperarías de mí? —Se indignó, levantando un poco la voz fingidamente ofendida—. ¿Cuándo me has visto leyendo algo así?

Por el tono que usó, Mark supuso que era una pregunta retórica, mas Elizabeth sonrió de lado y con aire de superioridad, dijo:

—Encontré tu ejemplar de Eternamente Cupido bajo tu almohada.

La carcajada de Mark no pudo compararse con el sonrojo de Joey que bajó sus hombros y sus humos de altivez. Elizabeth sonrió complacida.

—Es de una amiga.

—Tú y yo sabemos que no es de una amiga.

—Supongo que Eternamente Cupido sí habla sobre el holocausto y la guerra, ¿verdad, Joe?

Ambos se miraron a los ojos con la tácita propuesta de dejar así el asunto y pareció que asintieron al tiempo.

—Oye —llamó Elizabeth—, ¿qué pasó con Chelsea? Dejamos de hablar unos días contigo y todo se pone al revés.

Mark arrugó la frente, suspiró y de manera involuntaria, puso más presión sobre el libro que tenía encima de la mesa.

—La viste con Calum, supongo.

—Sí.

—Bueno, no hay mucho qué explicar entonces. Lo peor es que no los odio.

—Eso solo dice que tienes buen corazón —dijo ella.

—No tan bueno porque se quedó con el de Calum. —Resopló, sintiéndose fastidiado de pensar en ellos—. De todas maneras ¿ustedes qué saben? Llevan mucho tiempo juntos y no parece que Liz prefiera a Calum.

—Es diferente —objetó Joe—. Tú conoces a Chelsea desde hace menos de un año, yo conozco a Liz desde hace más de veinte años. —Liz sonrió, enternecida de las palabras de su novio, hasta que volvió a hablar—: Si la he aguantado por dos décadas, ya no hay posibilidad de que terminemos; sería como perder toda una vida de esfuerzo y tolerancia.

—¿No crees que es romántico? —dijo Elizabeth con sarcasmo, blanqueando los ojos—. Apuesto a que terminan pronto —retomó—. No les hagas caso, Chelsea no vale tanto la pena.

Mark tuvo un pequeño y fugaz pensamiento de que eso era lo mismo que Dolly decía en el libro a Jonathan con respecto a Amy.

—No quiero hablar de eso. —Mark se irritó y a punto estuvo de levantarse e irse, de no ser porque afuera avanzaba lentamente lo que sería una tormenta; además sus amigos no tenían la culpa—. Ya pasó, no es como que me esté matando la cabeza con eso.

Pero Mark sí que lo hacía. Tras cada página que leía del libro, al llegar al punto final, su pensamiento era Chelsea y le gustaba imaginar su reacción si él llegaba con una mujer más hermosa tomado de la mano... más o menos lo mismo que Jonathan pensaba, pero sabía que eso era demasiado pedir y aún no avanzaba suficiente para ver en qué concluía todo el asunto del laboratorio, así que se negaba a divagar más con imposibles.

Aún con todo y siendo consciente de que era muy ficticio lo que decían esas páginas, le emocionaba pensar que era cierto y aunque los títulos del Índice indicaban que tal vez no todo fue maravilloso, no lograba ver fallas en la genialidad de crear a un ser humano perfecto.

También consideraba por momentos que en realidad era un romance de ciencia ficción y que esa manera de llamarlo a leer y de dirigirse a él con su "Querido lector" y de dejar intriga antes de continuar con cosas como la manera de llegar a La Guarida era solo un truco del autor para intentar "vender" su historia literaria.

De un modo u otro estaba enganchado con todo lo que decía en esas páginas; concluyó que si era real podría ser el mejor hallazgo de su vida, y si no lo era, bueno, al menos tenía una historia apasionante y que pasaría a su lista de libros favoritos... aunque nunca se lo admitiría a Joe. 

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Pregunta para los lectores: 

¿Estarían dispuestos a "crear" a una pareja ideal de acuerdo a lo que ustedes quieren?

♡ ¡Gracias por leer! Recuerda dejar tu voto y/o comentario ♡ 

Este capítulo es cortito pero es necesario ya que se supone que es Mark quien halla el libro en el 2019, así que es una especie de Deja vú con Jonathan que también halló un libro en el 2002. Además, necesitaba el cameo con Liz y Joe 7u7

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