OyT - El comienzo. CAP 03

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Una extraña sensación de inseguridad se apoderó de la científica, algo no estaba bien, no sabía qué, pero su intuición femenina le aconsejó esperar dentro del auto.

Pasaron casi dos horas en las que Bulma esperó paciente, entreteniéndose la mayoría del tiempo con los papeles recién recibidos. Preguntas como ¿por qué tarda tanto? ¿De quién es esa casa? ¿Me bajaré y preguntaré? Rondaron en su cabeza, pero a pesar de sus dudas, le pareció que la mejor opción era quedarse en el automóvil.

Al fin se abrió la puerta y Yamcha salió acompañado de la mujer que le había entregado la dichosa hoja. Bajaron juntos las escaleras del pórtico platicando animadamente, justo en el último escalón, Yamcha se volteó hacia la muchacha y la besó en los labios, ella le rodeó el cuello con los brazos y se pegó por completo a él. Al terminar la apasionada despedida, el beisbolista se dirigió hacia su automóvil y justo antes de abrir la puerta levantó la vista y la vio, como en cámara lenta frente a él, dentro de su auto se encontraba Bulma con la boca abierta después de haberlo visto muy cariñoso con su nueva conquista.

El sonido del motor lo sacó de su trance, su reacción fue tardía pues en un segundo ya se había alejado a toda velocidad su eterna novia

"¡Maldición! ¡¿Cómo se enteró?!"

Sin pensarlo dos veces subió con prisa a su auto y la siguió, a pesar de que la había perdido de vista podía sentir su ki, por lo que supo que se dirigía hacia la corporación.


...


Las gotas de sudor cayeron pesadamente debido a la gravedad aumentada, sus músculos comenzaron a temblar debido al exhaustivo entrenamiento que se había exigido ese día. Respirando pesadamente apagó el sistema de gravedad y limpió su frente con una toalla blanca que siempre tenía a la mano para cuando terminara el entrenamiento.

Decidió tomar una ducha rápida en el baño de la misma nave, en la época que viajaba en su nave personal cuando iba de purga, tenía que aguantar la incómoda sensación de sentirse sucio, aunque jamás llegó a estar tan sudoroso, pues sus víctimas solían tener un nivel de poder bajo y aniquilarlos no le costaba ningún esfuerzo, pero entrenar con la gravedad aumentada lo dejaba literalmente bañado en sudor, lo que le incomodaba en demasía al terminar. Por suerte había llevado una pantalonera ajustada extra en caso de que decidiera asearse en la nave.

Salió vistiendo únicamente la prenda azul marino, sus zapatos deportivos se encontraban sudados, por lo que decidió ponerlos en la ropa sucia y salir descalzo.

El fresco del césped en sus pies no significó una molestia, al contrario, después de su auto encierro por horas, le pareció placentero el fresco de la noche. Se iba a dirigir hacia el interior de la corporación cuando escuchó voces bajas cerca, por un momento dudó en investigar de quién eran, pero al sentir las energías de la terrícola y el insecto le pareció buena idea echar un vistazo, pues había llegado a la conclusión, de que ella era la que hasta ahora, reunía las mejores capacidades para su proyecto, también tenía la intuición de que se estaba fastidiando del terrícola débil y quería comprobarlo.

Avanzó en silencio disminuyendo su ki hasta hacerlo imperceptible para el terrícola, unos arbustos altos fueron su escudo para no ser visto por la pareja que discutía totalmente ajenos de lo que sucedía a su alrededor.

-¡No Yamcha!... ¡Ya dije que no!- exclamó en voz baja, no deseaba crear un alboroto y que todo mundo se enterara que le habían plantado los cuernos, sería por demás humillante y ella tenía su orgullo.

El guerrero de la cicatriz la tomo por los hombros e intentó abrazarla, pero Bulma lo rechazó alejándose de él presionando su pecho con ambas manos, aun así él se negó soltarla.

Orgullo y tradición - El comienzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora