- - -⌲ Lion's Lover ✧‧˚ ( KookV )

꒱ ࿔* ▸ prólogo

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Sus verdes y grandes ojos inquietos se mantenían pegados con desgano a las aburridas y ambiguas palabras del libro de historia que se encontraba bajo sus narices, abierto casi en el medio de todo su contenido mientras una de sus manos jugaba de forma lenta con sus dorados mechones de cabello suave, enredando cada parte entre sus delgados falanges, no podía haber algo más aburrido en ese momento. Dando un suspiro cansado, el pequeño Omega se rindió con la complejidad de la revolución Francesa, que se fuera a la mierda su examen, ya no podía seguir controlando su juguetón impulso, pareciendole aún más interesante lo que ocurría tras la ventana a su lado izquierdo, esta misma daba una perfecta vista del inmenso campo verde de la escuela.

Y allí estaban de nuevo, entre sus orbes verdosas lo podía admirar por completo, el corazón de Kim se aceleró sin poder evitarlo a la vez que fruncia de forma realmente notable sus labios rosados brillantes, gracias al uso de distintos lápices de labios.

Los de último año en clase de Deportes, un deleite para cualquier Omega al tener una fabulosa vista de distintos chicos llenos de feromonas que exponían su masculinidad y fuerza, una gran debilidad de Tae, en específico, al saber que en ese mismo grupo de adolescentes, alfas en su mayoría, se encontraba "él", el de tez canela se removió en su asiento alzando sus orejitas rubias con curiosidad, sin llegar a llamar la atención de los híbridos de su clase que por su contrario, se esforzaban por comprender cada frase de ese jodido libro.

"Él", era ese Alfa alto y pelirrojo, con cuerpo musculoso y voluminoso, rostro dominante y un aroma tan cautivador a naranja, simplemente irresistible, tan malditamente altera hormonas. Para su lástima, ese hermoso Alfa de León seguramente ni sabría de su mísera existencia al tener a tantos Betas y Omegas enserio atractivos a su alrededor, no dejando pasar la oportunidad para coquetear y toquetearlo sin vergüenza.

Pero el destino en definitiva amaba o quizás odiaba a Kim menor con todo su poder, el par de ojos dorados penetrantes se fijaron de forma depredadora y casi asesina en el lindo gatito que lo observaba con atención y ansiedad desde el segundo piso de la edificación, claro que ya había notado a ese tímido Omega, a decir verdad, ya lo tenía tan presente en si, cada que lo lograba captar en su campo de visión no podía detener sus instintos al lanzar una que otra maldición junto a distintos gruñidos de necesidad. Y por una mierda, ¿Cómo no? Jeon en su mente violaba a esa lindurita una y otra vez con brusquedad, imaginaba esos verdes orbes dilatados y con aquel toque de obscenidad llenos de lágrimas de placer junto a su gran polla entrando y saliendo con rapidez del pequeño y fruncido agujero de su futuro Omega. Lo mejor de todo era que su celo se aproximaba a cada segundo, y aprovecharía ese instante para doblegar al gatito y verlo tan sumiso ante el deseo, hasta que tuviese que rogarle que lo tomará en su totalidad.

Relamio sus rosados labios, Gguk sabía acerca del felino torpe menor desde antes que este mismo se diese cuenta de su presencia cercana y depredadora, el pelirrojo tenía entendido y decidido el control sobre el gatito rubio, a muy pesar de que este último llegara a negarse el enlazarse de por vida con un Alfa como lo era el León. Dominante, salvaje y muy territorial.

Una sonrisa de lado dejando a la vista sus perfectos dientes, junto a un guiño y un sexy movimiento de su larga cola rojiza dieron por terminada la conexión entre los dos pares de ojos felinos, Tae por su parte se encontraba sonrojado cual tomate y con el corazón casi en la garganta, Jeon lo noto, al fin lo noto, no podía estar más feliz, mientras el mayor sólo sintió su entrepierna dar un palpitar por cada escena que su mente procesaba del rubio Omega, claramente poco apropiadas para niños. Mierda, ya podía hasta olfatear el olor propio a excitación que se cargaba.