10: Punto de inflexión

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Cuando JongIn regresó a casa, creyó escuchar ruidos extraños provenientes de la habitación de KyungSoo, por lo general el mayor era muy callado cuando estaba en casa, algunas veces llegaba tarde y se iba directo a tomar una ducha para dormir.

No es que JongIn lo espiara, por supuesto que no, simplemente escuchaba algunas veces debido a que las paredes no eran muy gruesas, era por eso que podía darse cuenta de algunas cosas.

Se encaminó directo hacia su habitación y cerró la puerta despacio, procurando no hacer mucho ruido con ella y después suspiró. Se preguntó si su hyung ya había cenado algo, puesto que después de haber quedado ambos en preparar algo, a ambos les había surgido un asunto y los dos salieron aparentemente; JongIn esperaba que el asunto del mayor no estuviese relacionado con el tipo de las flores, porque moriría de vergüenza de que el otro le dijera que le dejó un regalo y él lo había tirado a la basura.

Y también de coraje, por saber que su hyung, que merecía algo mejor, había vuelto a darle una oportunidad a esa cosa horrorosa. Cuando JongIn estaba a punto de acostarse pensando en exactamente quién podría ser un mejor partido para el estudiante de teatro, escuchó la puerta del baño abrirse y se preguntó si debía salir a saludar, si debía hacerse notar en el hecho de que ya había llegado.

JongIn no estaba ebrio, había tomado jugo con un poquito de alcohol pero no había hecho gran efecto en él, más allá de soltar la lengua y pasar parte de la noche hablando del perfecto trasero de su roommate y las ganas que tenía de agarrárselo, de los labios gruesos que lo hacían sentirse necesitado y de esas manos que hacían que sus piernas temblaran de vez en cuando.

Esta bien, quizá sí que le había hecho efecto el alcohol, porque a JongIn normalmente le tomaría años aceptar que su compañero de departamento le podía y que quería saber qué se sentía besarlo. Al menos eso, nada más, no esperaba nada más.

Sin embargo, en ese momento en el que JongIn ya estaba en casa, sentía que estaba más tranquilo y que pensaba mejor, que el casi nulo alcohol no podía atravesarse en su lengua y sus pensamientos. Por eso, asintió con firmeza y se dirigió hacia la puerta de su habitación, para abrirla y darle las buenas noches a su hyung, para hacerle saber que estaba en casa y que no había nada de qué preocuparse.

Por lo que cuando JongIn abrió la puerta y se giró prontamente hacia la derecha, se encontró con algo que jamás hubiese deseado ni querido ver en la vida. Se quedó petrificado ante la escena, con los ojos bien abiertos y el corazón latiéndole rápidamente, sin poder expresar palabra alguna al respecto.

La puerta del baño estaba abierta y frente a él estaba un hombre que él no creía haber conocido antes, estaba con los pantalones abajo, orinando, exhibiendo su pene mientras lo hacía. JongIn abrió la boca con sorpresa y el hombre se giró para verlo, con el ceño claramente fruncido y rodando los ojos ante su presencia.

ㅡ ¿Qué? ¿Nunca has visto un maldito pene o qué? ㅡ La voz del hombre lo hizo tragar saliva por su abrupta pregunta.

¡Por supuesto que había visto uno! Joder, él cargaba uno día y noche, era estúpido que preguntara algo así; sin embargo, cuando JongIn bufó y se dio la media vuelta para azotar la puerta de su habitación y encerrarse de nuevo, sintió el corazón acelerado no por la indignación de haber visto el trasero y el pene de un hombre en el baño de su departamento... sino por lo que aquello realmente significaba.

Cuando escuchó la puerta del cuarto de KyungSoo cerrarse, JongIn se sentó sobre su cama, en completo silencio y escuchando o intentando escuchar con resignación, qué ocurría en la otra habitación. La indignación no era que ese hombre le mostrara su maldito pene, venía de... dónde había estado ese pene y dónde estaría esa noche. Justamente en el cuarto de al lado.

Roommate ❀ SooKai/KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora