OyT - El comienzo. CAP 02

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Orgullo y tradición – El comienzo. CAP 02


El príncipe de la raza guerrera terminaba de beber su tercera cerveza, en un bar de la zona dorada en la capital del oeste. Su semblante sereno seguía mostrando su eterno ceño fruncido, razón por la cual las demás personas en el lugar no se atrevían a acercarse a él. Contrario a lo que aparentaba el guerrero, se encontraba de muy buen humor, disfrutando de un merecido descanso después de matarse entrenando todo el día entero.

En la época que fue soldado al servicio de Freezer, solía tener temporadas de descanso junto con sus dos únicos compañeros de batalla, tenían preferencia por un planeta del imperio en particular, donde solían hacer cosas mundanas y cargar las energías para la próxima batalla, ahí se daban el lujo de tener los placeres que se les antojaran y entrenar en las zonas no habitadas, pues los planetas que pertenecían al imperio eran respetados y tenían prohibido causar desastres o bajas civiles, pues los habitantes de dichos planetas servían al emperador Freezer, por lo que prácticamente eran de su propiedad y dañar su propiedad era merecedor de un castigo ejemplar.

Los guerreros solían ir a gastar parte de su pago a bares y prostíbulos, costumbre muy común para cualquier hombre o mujer que viviera con la vida pendiendo de un hilo. Muchos de ellos, por no decir la gran mayoría no llegaba a la vejez, a duras penas a la adultez, los saiyajines eran de los que mayor resistencia habían probado tener, pero no se encontraban exentos de perecer en alguna misión.

El príncipe de la raza guerrera más poderosa no era tan solo una máquina de matar, era un hombre que había recibido una instrucción propia de un monarca, primero en su planeta natal y después Nappa se hizo cargo de enseñarle lo que le correspondía como príncipe de su raza, pues a pesar de no existir más su planeta, la sangre que fluía en sus venas continuaba haciendo bombear su corazón y mientras siguiera latiendo dentro de su pecho era señal de que legado de su raza continuaba existiendo.

Su comportamiento en situaciones fuera del ambiente de combate era el de un hombre duro, inexpresivo y orgulloso, aun así mantenía una educación refinada, propia de la realeza, que solía utilizar en esos planetas que eran posesión del demonio del frío, pues ahí no podía darse el lujo de matar por matar ni causar destrozos.

En su actual ubicación había decidido llevar ese mismo comportamiento, siempre y cuando no lo vieran sus enemigos, inclusive en la casa donde se hospedaba solía comportarse como un cretino la mayoría del tiempo, pero en un bar, sin nadie que conozca a su némesis dentro del lugar, podía darse el lujo de comportarse civilizadamente como en los tiempos de paz cuando era un guerrero más del enorme ejército del emperador Freezer.

Sonreía para sí mismo mientras disfrutaba del sabor amargo de su cerveza oscura.

"O son muy ingenuos, o realmente me temen" Su vista se perdía entre las personas que departían entre ellos, sin tomar en cuenta al hombre solitario con mal semblante que se había sentado hasta el fondo de la barra.

"Fue realmente fácil, esa hembra vulgar aceptó sin dudar... ¿será que en versad cree que soy el más poderoso?... de cualquier forma este trato me beneficia más que a ellos, ya que nada garantiza que después de lograr mis objetivos ellos sobrevivan. Sí que son ingenuos, en especial esa mujer" Con mirada sombría sonrió de medio lado. Al parecer la suerte estaba de su lado según su percepción.


...


La científica disfrutaba de un postre de fresas con crema, sentada despreocupadamente en el sillón que el príncipe solía utilizar para ver televisión, había aprovechado su ausencia en la casa para disfrutar de una serie de ciencias.

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