C I N C O

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Sábado, 16 de febrero de 2002

He tenido un altercado con Braiden pero lo bueno es que he encontrado un lugar aparentemente secreto de la universidad. Admito que tuve un pequeño estremecimiento de miedo al estar allí pues casi sentía que estaba profanando una especie de mausoleo pero es claro que iré a mirar de nuevo... cuando sepa algo de ese sitio.

Lo único que rescaté de allí fue el libro que hallé en una mesa, está en otro idioma pero creo conocer a alguien que puede ayudarme a leerlo. Apagué la luz antes de salir y creo haber dejado todo en la entrada tal cual lo hallé; cuando terminé allí gracias a Braiden eran como las cuatro de la tarde (calculo al azar teniendo en cuenta la hora de mi última clase) y cuando salí de esa guarida ya estaba oscuro. Llegué acá a mi casa cerca de las siete.

Mi plan primario era ir y buscar a Dolly para preguntarle si podía colaborarme con la traducción del libro, pero por la hora ya se había ido a su casa y no sé dónde vive por lo que no me queda de otra que esperar hasta mañana. No dispongo de un diccionario de francés y la biblioteca ya ha cerrado.

He observado varias páginas, ahora con más luz, calma y en la comodidad de mi habitación y sigue inquietándome de sobre manera lo que veo.

Hay momentos en los que la letra del que lo escribe es relativamente clara y con un tono negro constante, hay otros en cambio en que parece que escribe a la rapidez, incluso algunos en lo que el papel se ha rasgado un poco por lo que supongo que anotó esa cosas con rencor y fuerza.

Por más que intento asociar las palabras en su idioma para entenderlas en el mío, me es imposible y no puedo sino arrepentirme de no prestar nada de atención en el curso de francés básico del semestre pasado.

Hay varias equis encima de algunos de los bocetos y en algunos hay chulitos de aprobación; sea lo que sea, el autor estaba probando algo y al parecer, de práctica en práctica, tenía más errores que aciertos.

En una circunstancia normal no me interesaría en lo más mínimo un libro de esta índole, pero la curiosidad me ha vencido por el lugar en el que lo he hallado. Vamos, que así hubiera encontrado solo un bolígrafo, estaría sumamente interesado en saber cómo llegó a esa guarida.

Ya he mirado el libro por varias horas, es cerca de medianoche y los ojos me pesan, y eso sumado a mi cuerpo resentido por el problema con Braiden, me tienen exhausto, solo he tomado unos minutos para anotar esto pues presiento que puede que lo que ha sucedido me traiga cosas nuevas y buenas (ya veremos qué dice Dolly de lo que está escrito en el libro) y deseo tenerlo todo consignado en mi diario.

Ahora bien, me iré a la cama, no sin antes guardar el libro en lo más profundo de mi armario solo por el temor natural de perderlo por arte de magia.

***

Hola, querido lector.

Como puedes ver, las notas de desprecio dieron paso a esta nueva que estaba llena de misterio para mí. Estaba tan emocionado por saber algo sobre el libro y La Guarida (como decidí llamarle) que estaba subiendo mis expectativas por encima de mi propia cabeza.

Te estarás preguntando quién es Dolly y acá te lo explicaré. Dolly era, en esa época, una estudiante de lenguas que iba apenas en su tercer semestre. La conocí por casualidad en la clase de francés (a la que no le puse nada de atención) que compartimos unos meses atrás, desde ahí, nos saludabamos cada vez que nos cruzábamos en los pasillos e intercambiábamos los protocolarios "¿Cómo has estado?" y cosas por el estilo. Pese a que nuestros encuentros eran muy informales y nada íntimos como para que llevaran a poder considerarla mi amiga, se había mostrado muy amable cada vez, siempre sonriente y servicial. Me ayudó a pasar la rama de francés en esa época y desde entonces la tenía en buena estima.

Amor de Laboratorio •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora