Capítulo 59.

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En menos de lo que creí había pasado un año al lado de Nathan. Los últimos meses con él habían sido los mejores de mi vida, Nathan no me dejaba sola en ningún momento. Eramos una pareja feliz disfrutando uno del otro, tener a Nathan en mi vida era lo mejor que me pudo haber pasado.

Era plenamente feliz, despertar a su lado me daba energía para el resto del día. Sólo es un año de muchos que me esperan a su lado.

— ¿Te gusta? - la organizadora de la fiesta estaba aquí.

— Me encanta - la casa había sido transformada.

El jardín trasero había sido decorado para la ocación, habían colocado unas estructuras para colgar algunas luces y telas. Las mesas estaban adornada con una estructura de metal con algunas velas y flores sobre la superficie. La vajilla y las copas habían sido elegidas minuciosamente por Graciela y la organizadora de la fiesta.

Ésta vez Graciela insistió con otra fiesta a lo grande pero sin duda algúna está sería como una segunda boda pues algunas de las invitaciones habían sido enviadas a otros países.

La fiesta era a mi gusto con un poco de exageración, Graciela contrato una organizadora profecional para esta fiesta pues quería impresionar a todos.

— Te aseguró que por la noche será aún más hermoso, ahora ve a la ducha las chicas te esperan para tu maquillaje y peinado - esta vez habían contratado a estilistas para que fueran ellas las que se encargaran de mi apariencia.

— Gracias.

— Por nada cariño - sin decir más fui a la habitación.

El olor de Nathan predominaba, su aroma varonil estaba en toda la habitación.

En la ducha tarde lo necesario, al salir tres chicas estaban en la habitación con grandes maletas.

— Hola - salude amablemente.

— Eres Elizabeth ¿cierto? - pregunto una de ellas.

— Sí - comenzaron a acercarse a mí.

— Nosotras somos tus estilistas de hoy ella es Pamela, Roxanna y yo soy Marian es un gusto conocerte - extendió su mano en mi dirección.

— El gusto es mío - tendí mi mano para tomar la suya pero ella dejo dos besos en mis mejillas.

— Vamos a comenzar, hay mucho por hacer.

— Claro - me dirigieron hasta una silla que habían instalado en mi armario.

El tiempo pasaba lento, teníamos dos horas aquí y ellas aún no terminaban. Hablaban sobre mí y el placer que era trabajar conmigo, también hablaban sobre más cosas que querían hacer conmigo pero el tiempo era poco para ellas.

— Hola - la voz de Nathan sobresalió.

— Hola - hable más alto de los acostumbrado.

Nathan entro con una sonrisa en su rostro, su sonrisa era simplemente perfecta. Amaba a Nathan más que a todo en mi vida.

— Te vez hermosa - iba a besar mis labios pero la maquillista lo detuvo.

— Su labial va a estropearse - la sonrisa en el rostro de Nathan no de borraba.

— Está bien, debo ir a la ducha. Sólo les queda una hora chicas dénse prisa - antes de irse Nathan vio directo a mis ojos.

— Se que ya lo dije pero te vez hermosa - sin decir más beso mis labios y huyó del lugar.

Las risas no se hicieron esperar, su acto fue infantil pero muy tierno a la vez.

— En sus ojos se nota el amor que sienten uno por el otro - Pamela hablo esta vez.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora