Dark Souls |TC3

Prólogo

Antes, en algún lugar muy...muy oscuro.

Perspectiva no identificada. (?)

Se conoce mucho acerca de la historia de los vampiros, criaturas mágicas que fueron creadas con el fin de acabar con una raza formada por maldad pura y poderes diabólicos. Un experimento fallido que resultó de otros seres cuyas intenciones no eran buenas al final de cuentas.

Al final de esta historia muchos lo confunden con ambición, pero muy pocos conocen la verdad oculta detrás de por qué los vampiros se esparcieron por la Tierra, por qué James Black, el primer vampiro en el mundo traicionó a sus creadores para crear más monstruos y convertirse en el vampiro más temido de todos.

Nadie habla de cómo su madre trató de absorber su alma para tener más poder, nadie habla de cómo huyó de Robertus para evitar que él y sus hechiceros lideraran la tierra y a los humanos. Pero esa no es la historia que debe contarse hoy.

La historia que viene a mi cabeza cada vez que miro a mi alrededor, la oscuridad en su estado puro, la sensación de vacío en mi pecho.

«¿Crees en la vida después de la muerte?»

Cierro los ojos, reprimiendo un gemido al recordar esas palabras, aquella voz suave y sus labios rozando mi oído el momento en que me preguntó aquello. Y la simple, aunque dolorosa respuesta que yo le di al final.

Yo sabía a qué se refería, no hablaba de morir y revivir como vampiro, hablaba de morir...Morir definitivamente y para siempre.

«¿Hablas del infierno? Sí, creo en él».

No existía otra respuesta, no había otro lugar al que pudiera ir un vampiro al morir. Esto era parte del trato, la condición de la inmortalidad, vivir parte de tu eternidad ardiendo en llamas, o sintiendo todo el sufrimiento del mundo.

Sin embargo, fuera como fuera el infierno, yo estaba completamente segura...de que no era este lugar.

Y nada aquí me daba respuestas, todo en lo que podía pensar era en lo que me había contado ella, lo que había visto en su oscura mente, la historia en la que tal vez...encontraría la forma de salir de aquí.

En ese trágico "Accidente"...

Esa noche, la pequeña se mantuvo despierta en su habitación, esperando lo inevitable. Deliberaba entre llamar a gritos a sus padres o correr a los brazos protectores de su hermana. Pero estaba eso otro, susurrándole al oído sus peores pesadillas, y obligándola a simplemente no hacer nada.

A pesar de aquella oscuridad que se avecinaba como una niebla brumosa entrando por la ventana, ella se abrazó las piernas con fuerza, clavando sus enormes ojos azules en las nubes sin forma que se elevaban en su dirección.

Todos los niños temían a los monstruos que vivían debajo de su cama, pero ninguno de ellos tenía encima a uno real como ella en ese instante. Clavó sus manos en la colcha y se quedó mirando la niebla oscura frente a ella con el corazón latiendo con fuerza y la respiración agitada.

¿Podía tratarse de una sombra?. Pensó, al principio con una pizca de esperanza, pero luego de todas formas siguió teniendo miedo. Las sombras no son buenas. Eso ella ya lo sabía perfectamente.