La idea general de mi nuevo escenario.
El mundo fluye. Y todos fluimos con él.
Nada existe aislado del todo. Cada momento no es nada fuera de la corriente y es imposible captarlo en una instantánea, de la misma forma que es imposible atrapar la corriente de un río robándole agua con un cuenco.
La vida fluye y ese fluir engendra cambios. Los cambios engendran el fluir. No se fluye sin cambiar, no se cambia sin fluir (vamos, taoísmo puro).
Al arrojar una piedra vemos la onda perfectamente diferenciada. Pero si arrojamos muchas piedras, y lo hacemos de forma constante y continuada, las ondas chocan, se mezclan, interaccionan y se hace imposible distinguir qué es onda y qué es agua.
Las ondas afectan al agua. La moldean. La modifican. Las interacciones hacen la red. ¿Cómo afecta una decisión nuestra a mañana? ¿Y a pasado mañana? ¿Cómo afecta una decisión a nuestros amigos o parientes?
Nuestras decisiones son acciones. Nuestras decisiones se propagan por el entramado de relaciones que tenemos y, de forma imparable, cuando las personas que interaccionan con nosotros toman otras decisiones, estas vuelven a propagarse hasta, literalmente, el infinito.
No hay forma de parar la propagación de los efectos de una de nuestras decisiones.
Y, de la misma forma que con nuestras decisiones llevamos al mundo en una determinada dirección, nuestra existencia está siendo permanentemente golpeada por las olas producidas por las decisiones de otros.
La idea que quiero destacar es que una decisión cualquiera, de cualquier persona puede cambiarlo todo.
Para este fin defino un mundo, una línea temporal que lleva a la humanidad a desaparecer allá por el año 5000, pero también hay 64 líneas de tiempo alternativas donde la decisión de una persona puede hacer que la humanidad recorra un camino distinto que la aleje de la destrucción.
En la o las novelas aparecerá un libro mágico que, cuando es leído por la persona adecuada, sabrá que una determinada decisión que tome será un punto de inflexión para la historia del mundo.
El libro mágico será el I Ching, el libro de los cambios, y las 64 líneas de tiempo posible serán los 64 hexagramas que lo componen.
En este worldbuilding escribiré cuentos con la historia de la línea de tiempo base donde no existe el libro mágico que permite cambiarla.
La novela tendrá como componente de su historia al libro mágico que señalará la decisión que permite cambiar la línea de tiempo básica.
Bien, en resumen, esta es la base de la idea que da sustento a la o las novelas.
En el capítulo que sigue, antes de los cuentos: La cronología.
El que quiera, puede pasar directamente a los cuentos utilizando el menú.
También puede leer la primera novela aquí: (todavía no ¡paciencia!)
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Cuentos: Construyendo un mundo
Science FictionLibro de cuentos de ficción especulativa (ciencia ficción) Un experimento: voy a hacer un worldbuilding abierto donde los cuentos describen al mundo donde se ambientara la o las futuras novelas. El experimento consiste en construir el mundo para esc...