Not My Type

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Introducción

Las 7:30 de la mañana, la alarma sonó a la misma hora de siempre, su cabello despertó igual de escandaloso que siempre, arrastrando sus pantuflas de gato llegó hasta el baño, bajo sus ojos se encontraban enormes ojeras, ama tener a Skatten, pero si el pequeño felino seguía quitándole el sueño así, no sabía cuánto tiempo podrá seguir de esta manera. Se dio una corta ducha, con su cabello siempre esponjado, se asemejaba a un gato mojado con todo su cabello aplastado, se vistió, se peinó y se maquilló el contorno de los ojos, no podía verse con un aspecto lamentable frente a ella.

Con unas tostadas y un café mal filtrado era más que suficiente para su desayuno, pero los maullidos de un exigente gato no la dejaban comer en paz, decidió ignorarlo hasta que llegó hasta sus pies y se frotó contra su pierna mientras que ronroneada, haciéndola caer con sus encantos gatunos, no importaba que ayer hubiera comido una lata de comida, no estaba mal consentirle de más, abrió aquella nueva lata y la sirvió en su plato, el gato se olfateó y se dio la vuelta para irse, ¿Quién entiende a los gatos?

Antes de salir se miró al espejo, su cabello ya estaba seco así que está en su esponjoso natural, las bolsas bajo sus ojos no eran visibles, se veía básicamente bien, o eso quiere creer, preparo su bolso con su celular, cuadernos y todo lo necesario.

–Adiós bola de pelos, no rasguñes más el sofá –se despidió de su gato antes de salir por la puerta.

Bajó las escaleras a toda prisa, salió del edificio y fue corriendo hasta aquella biblioteca que se encontraba a unas pocas cuadras, entró azotando la puerta, siendo inmediatamente callada por la bibliotecaria, después del regaño y escuchar las quejas de la vieja señora sobre "esta nueva generación", caminó entre los pasillos llenos de libros hasta que finalmente vio lo que tanto quería, aquellos brillantes cabellos por el sol mañanero, dorados como el oro, tan valioso como la portadora de los mismos, estaba solo a unos pasos, quería escuchar su voz otra vez.

–¿Quieren venir a mi casa esta tarde?, mis padres finalmente compraron Netflix, ¡podemos tener una noche de películas! –el amigo enérgico propuso.

–Eso suena bien –la enana rosa aceptó alegre.

La rubia estaba demasiado concentrada en la tableta grafica en la cual estaba trabajando, pero asintió ante la pregunta, lastima, iba a invitar a comer esa misma tarde.

–Entonces Adora -la enana llamó su atención–, ¿cómo ves a Catra?

La rubia finalmente levantó la mirada confusa, Catra se agachó y escondió al escuchar su nombre ¿qué con esa pregunta.

–Ella está bien supongo –bajó nuevamente la cabeza y tomó el lápiz–, solo que no es mi tipo.


N/A: aquí unos datos.
-La idea de esta historia se me ocurrió a inicios de año, vi una imagen de Catra con varías versiones, con eso terminé por este prólogo.
-Me inspiré en la canción de arriba.
-No me he visto la segunda temporada, así que no publicaré más hasta que lo haga.

La chica que quiere - CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora