Adaptarse a Jaemin fue sencillo, era fácil volverse cercano a él. Siendo tan amable, educado y ordenado, su espacio y el del mismo Jeno estaba siempre limpio, e incluso preparaba el desayuno y se hacía cargo de la ropa sucia, cosa que normalmente Renjun hacía cada semana porque a Jeno le importaba poco si lo que se ponía estaba limpio o apestaba a basura. Por lo regular, diría mierda como «el olor que desprenda mi ropa no es importante, al menos hasta que no sea lo suficientemente penetrante como para impedirme pensar», a lo que Hyuck respondería con un «eso a lo que le dices olor, en realidad se llama peste».
En general, Jaemin era como una especie de ama de casa y Jeno no podía estar más encantado por ello. Era hasta satisfactorio verle revoloteando por todo el dormitorio, sacudiendo y levantando el desorden. Inclusive Jeno se había decidido a ayudarle de vez en cuando, a pesar de que terminara por hacerle el trabajo más difícil.
Sin lugar a dudas, estaba contento. Jaemin no solo era lindo, sino también muy inteligente y dedicado. Todo eso le cayó de sorpresa a Renjun, quien tuvo oportunidad de conocer al chico nuevo por primera vez a los ocho días de que este se hubiera instalado.
El chino había estado tan ocupado con los exámenes parciales durante la última semana, que no tuvo oportunidad de ir a revisar si su hermano seguía vivo o se había hundido en su propia basura, sobre todo porque el pelinegro no le había enviado ni un mensaje preguntándole si iba a llevarle algo de comer cuando terminaran sus exámenes, o si le estaba yendo bien por lo menos.
Lejos de sentirse herido por el olvido de su hermano, le pareció más extraño que grato que el dormitorio estuviera despejado y que le abriera un chico alto y lindo, de sonrisa brillante y expresión amable, saludando con un «buenas tardes» que le hizo parpadear atónito ante la voz gruesa, pero de tono infantil.
-¿Buscas a Jeno?
Renjun se quedó como idiota un par de segundos hasta que reaccionó, su mente todavía no comprendía qué hacía un chico ahí, y entonces recordó la conversación que tuvo con Jeno semanas atrás. Una que involucraba el contratar un servicio doméstico.
Ese pendejo ahora sí lo iba a conocer.
-Sí, ¿en dónde está ese pedazo de mierda? -el bajito se adentró furioso, demasiado intimidante para alguien de su tamaño. Jeno estaba leyendo un libro de Tarkovski, con quien últimamente se había obsesionado, recostado en su cama y escuchando música-. ¡Lee Jeno!
El grito del chico hizo que el menor se quitara los aparatos y mirara a su hermano con una sonrisa que, de no sospechar la estupidez que acababa de hacer, le haría apretarle las mejillas.
-¡Gege! ¡Adivina qué! -Jeno dejó de lado el libro junto con su teléfono y se puso de pie ante su hermano. El «gege» era la señal de que debían usar el chino para una conversación privada.
-¡Chico estúpido! ¿Qué demonios es esto? -continuó en su idioma natal ante un confundido Jaemin. La diferencia de alturas entre los dos hermanos se hizo notar, pero no por eso Renjun dejó de ser intimidante
-¿No lo ves, ge? ¡Tengo ropa limpia puesta!
-Eso lo puedo ver, imbécil-Renjun lo sujetó de la camisa limpia, esta vez volviendo al coreano-. ¡No puedo creer que de verdad hayas contratado a un sirviente! ¡Te dije que eso era una idiotez!
-¡Qué! ¡No! -apresurado, Jaemin intervino en la discusión.
-¿Cuánto te está pagando? ¿Te está pagando siquiera? Dímelo de una buena vez -Renjun interrogó al chico, pero no esperó a recibir respuestas para abalanzarse sobre su hermano menor-. ¡Esto es el colmo, Jeno! ¡Se lo diré a papá!
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HYPER (brain damage) | nomin
FanfictionEl hiperdesarrollo del cerebro de Lee Jeno estaba decayendo, su cerebro estaba siendo invadido por una bacteria que pronto lo carcomería por dentro, al punto tal que sus sistemas enteros comenzarían a fallar, descendiendo paulatinamente. Jeno era un...