PRÓLOGO

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He perdido la noción del tiempo, ya no se cuanto llevo sentada en el suelo. 

El tiempo suficiente para sentir mi trasero entumecido y ver que mi café está totalmente frío.
Suficiente para que la música se apagará y el lugar se sumiera en un absoluto silencio.

Pero no el tiempo suficiente para tomar una decisión.

Odio tomar decisiones, sobre todo cuando las alternativas me llevan a lugares a los que no quiero llegar. Odio tomar decisiones porque se que después puede llegar el arrepentimiento y el preguntarse una y otra vez qué hubiera pasado si...

Elegir entre "Es suficiente" o "No quiero perderte aún".

Cada vez que cruza por mi mente el decirte adiós, de ya no tenerte en mi vida, mi corazón y alma comienzan a doler y piden que no te deje marchar. Pero luego recuerdo todas estas noches en soledad que paso esperando alguna llamada o mensaje tuyo, pensando que tú tienes la certeza de que estaba esperándote.

Las relaciones a distancia son una mierda. Ya lo decía Pablo Neruda: ''Sufre más aquél que espera, que aquél que nunca espero a nadie''.

No me arrepiento de haberlo intentando. Los primeros ocho meses nos fue bien. Nos llamábamos seguido, nos contábamos todo. Hacíamos videollamadas los fines de semana y aunque solo nos pudimos ver dos veces en persona, era como si no hubiera tanta distancia que nos separaba.

Después todo empezó a cambiar.

Se sentía cada vez más la falta de intimidad, dejamos de comprender lo que al otro le emocionaba y la comunicación empezó a perderse.

Conociste a algunos chicos que estaban interesados en la misma música que tú, así que se reunían de vez en cuando para tocar juntos. Al parecer tuvieron química, y eso me alegraba, pues la partida de Lysandro no fue fácil para ti.

El que cada uno tuviera sus formas de distraerse era bueno, hasta que empezó a afectar a nuestra relación.

No se cuando enferma una relación, probablemente cuando se empieza a sentir que se es la última en su lista de prioridades. Cuando te sientes rota por sus múltiples ausencias. Yo comencé a darme cuenta, después de nuestra última pelea.

------------------------------------------------------FLASHBACK--------------------------------------------------

—Hey Cass, lamento no haberte llamado anoche. Salimos a un bar y ya llegué bastante tarde a la residencia.

—No te preocupes. ¿Te la pasaste bien?— preguntó el pelirrojo por el otro lado de la línea. Se oía bastante ruido, probablemente ya se encontraba en el bar.

—¡Si, mucho! Hubo karaoke— comenté—La verdad es que me sobrepase un poco con la bebida y Jace acabó ayudándome a llegar.

—Oh... eso suena bastante patético— dijo serio. Ahora que volvía hablar podía notar algo en su voz.

—Oye, no es patético— dije un poco molesta —Castiel, ¿Estas tomando?

—Sí lo es, además de jodidamente irresponsable. Pudo pasarte algo Chris —contestó el chico. Después suspiró —Apenas es mi tercera cerveza.

—Mis amigos no me abandonaron en ningún momento.

—Exactamente, como sabes que ninguno de ellos quiso meterse en tus pantalones— dijo bruscamente.

The Story Of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora