Capítulo 16.

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Un joven me guía a través de un pasillo donde mis zapatillas resuenan, llegamos a un par de puertas blancas con detalles en dorado y el mismo joven me abre las puertas dejando a la vista un inmenso salón con mesas circulares y sillas, en el techo cuelgan candelabros de cristal, busco con la mirada una mesa desocupada, hay bastantes así que doy un paso para entrar y en ese momento alguien se engancha de mi brazo, giro la cabeza asustada y veo que Siena trata de contener la risa.

—Creó que te asuste

—Oh ¿de verdad?

Ella sonríe y nos adentra al salón, su mirada ni siquiera esta en las mesas, está en una parte del fondo.

—Deberiamos sentarnos en aquella mesa —Siena asiente sin prestarme atención— ¿A quién buscas?

—Al príncipe y a Everett.

—¿Everett es el mejor amigo del príncipe? —Siena asiente— Me hicieron felicitarlo en la entrada

—Les encanta hacer eso; leer las babosadas que les escriben las chicas enamoradas —rueda los ojos— En fin necesito saber quien más va a venir para poder hacer el reportaje.

—¿No tendrás problemas por publicarlo si se supone que los periodistas tienen prohibida la entrada?

—Para este tipo de casos utilizo la muy conocida  fuente cercana

Antes de que digamos algo más una chica llega hacia Siena.

—¡Morenaza! —medio chilla— ¡Que gusto verte!

Siena le sonríe

—Hola Kate

—No sabía que vendrías ¿harás un reportaje?

—Tal vez ¿tú que opinas?

La chica se encoge de hombros.

—Que si lo haces entonces yo no tengo oportunidad —ambas se ríen— Y que espero suceda algo jugoso con Everett.

—Eso espero.

—Pero vengan sientense acá —estira a Siena de la muñeca y yo las sigo— Tendremos la mejor vista.

Me detengo cuando veo que Adelaida y su amiga están en esa mesa, resignada me dejo caer en la silla de la derecha de Siena que comienza a hablar con la chica.

El salón comienza a llenarse rápidamente y meseros comienzan a poner aperitivos en las mesas, me pongo a picar trozos de queso y jamón y paseo mi vista por todas las asistentes.

Siento una mirada sobre mí y busco a alguien que este observándome dando con la vista verdosa pero más clara que la mía, de Ada, me mira fijamente y le sostengo la mirada.

—¿Eli?

Parpadeo para observar a mi mejor amiga.

—¿Disculpa?

—Te estaba preguntando que si necesitabas algo.

—Ah no, gracias —ella asiente dubitativa— ¿Quién es ella?

—Una compañera del trabajo, supongo que vino a hacer un reportaje pero tengo un poquito más de oportunidad que ella de que sea publicado —presume con orgullo— Ambas esperamos que Everett hago una de las suyas.

—¿Una de las suyas?

—Suele pasarse un poco de copas y hacer algo tonto.

Se ríe y yo le regalo una sonrisa de boca cerrada.

Sigo picando comida hasta que anuncian la llegada del príncipe, su mejor amigo y más personas que no me suenan de nada, desde donde estoy alcanzo ver perfectamente el pequeño estrado que dispusieron para el príncipe y sus amigos.

La Corona de Aragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora