-En la calle - dice provocando un silencio incomodo -No encontré nada que pueda pagar- dice con los ojos llorosos, como si estuviera apunto de llorar.

-¡¡¿¿¿Como en la calle?!! Tu no vas a vivir en la calle como un mendigo - digo super indignada - Hablare con primo haber si te puedes quedar con nosotros. Pagas lo que puedas y punto.

-Claro de lo que gane al mes le pago, la mitad si hace falta - dice limpiándose las lagrimas de sus ojos. Se acerca a mi, y me da un abrazo.

-Ya esta - digo sacándome el móvil del bolsillo.

-Primo estamos llegando, por cierto si Saúl te paga al mes algo se podría quedar? - le pongo en un mensaje de whasap.

Miro Saul. El pobre aun sigue de pie. Cuando veo que ya hemos llegado a Madrid.

- Haber que dice - digo con una sonrisa - Ayúdame a cogerlo todo, y bajemos - digo viendo como coge todo. Lo que puede.

Cojo mi maleta y el carro con mi hermano. Bajamos del tren.

Desbloqueo el móvil y llamo a mí primo Aaron. Para que nos lleve a su casa. Escucho los pitidos de la llamada enseguida. Cuando salimos de la estación veo que esta lloviendo a mares. Salimos corriendo hacia un portal de un edificio. Al menos ahí no molestamos como estamos haciendo en la entrada de la estación. Saco el paraguas que he cogido esta mañana. Me quedo mirando el móvil pero mi primo no responde ni a la llamada, ni al mensaje que le he mandado. Estoy mirando la pantalla cuando me doy cuenta que son casi las 13:00, mi barriga no deja de rugir a cada rato.

Estamos en el portal, esperando la llamada de mi primo. Veo como mi hermano pequeño, se despierta. Quito la capota, al escucharlo llorar. Lo cojo en brazos, ya no recordaba lo que pesaba. Como ha crecido tan rápido, me quedo pensando. Lo dejo en el suelo, y me siento al lado de él, en el portal. Vuelvo a mirar varias veces el móvil, pero mi primo no me ha llamado, incluso no ha visto el mensaje. Levanto un poco la mirada del móvil, y veo como Saul, nos mira desde arriba.

-¿Que hacemos? - me pregunta Saul, poniéndose en cuclillas.

-Esperar - digo haciendo una pequeña pausa - Llevo algo dinero, pero no creo que alcance para mucho.

-Ya pero llueve mucho nos mojaremos.

-Tenemos los paraguas - digo señalándolos.

Me levanto del suelo. Veo como Saul hace lo mismo. -Tete, ven - digo cogiéndolo en brazos, y poniéndolo nuevamente en el carro. Le cierro la capota para que no entre ninguna gota de agua. Ahora es mi responsabilidad si le ocurre algo. Cojo el móvil y me pongo a mirar el bar, mas cercano a donde nos encontramos. Enseguida encuentro uno a no mucho de aquí. Abro mi paraguas, y le doy el otro a Saul, que coge las maletas como puede además del paraguas. Vamos caminando bajo la lluvia, el sonido de la lluvia en los paraguas era el ruido mas relájate, que he escuchado nunca. Enseguida llegamos a la puerta del bar. Abro la puerta con la mano que me queda libre. Vamos directos hacia la única mesa que esta libre. Saco a mi hermano del carro, y lo pongo en el asiento del lado. El lugar parecía un turbio de mala muerte, por lo menos en la barra, que esta llena de borrachos. Que no paran de moverse de un lado a otro, como si no supusieran donde se encuentran. Pongo varias maletas dentro del carro, algo en aquel lugar no me trasmitía tranquilidad.

-Saul ¿Llevas dinero? - le pregunto dudosa.

-Tengo algo, seguro que nos llega para comer -dice mirando su cartera.

Sonrió.

El camarero se acerca a nuestra mesa, con una carta en la mano. La deja en la mesa.

-Buenas, ¿Qué desean beber?- dice el camarero.

-Una botella de agua, grande. Por favor - digo con una enorme sonrisa. Aunque la clientela parece de mala muerte, el camarero es muy cordial con la gente.

-Yo también beberé agua. La compartiremos, gracias - dice Saul, con su mejor sonrisa.

Se va el camarero, y nos quedamos mirando la carta. Enseguida veo varios bocadillos que me gustan, son la mar de sencillos. Todos los bocadillos que hay.

Se acerca de nuevo el camarero esta vez, con el agua y tres copas pequeñas.

-¿Ya lo tenéis? - pregunta el camarero dejando las copas y la botella sobre la mesa.

-Dos bocadillos una de jamón serrano con queso, y otro de jamón york con tomate restregado para mi hermano.

-Para mi, un bocadillo de tortilla de patatas ¿Lleva cebolla, la tortilla? - le pregunta al camarero.

Niega con la cabeza - No - dice el camarero ¿Ya estaría todo?- pregunta nuevamente.

Los dos asentimos con la cabeza - Si- digo con una sonrisa.

- ¿Y si no me llama mi primo que hacemos ? - digo preocupada.

- Llamara, dale tiempo -dice sacando una sonrisa, esta vez de forma falsa.

Nos quedamos hablando, mientras esperamos los bocadillos. Estamos hablando cuando veo al camarero de nuevo, con los tres bocadillos. Cada uno en un plato, con unas pocas patatas. -Que aproveche - dice el camarero dejando los platos en la mesa. -Gracias- digo cogiendo una de las patatas, y dándosela a mi hermano.

Veo como coge el bocadillo. Empezamos a comer, el silencio se hizo en la mesa. Como si lleváramos un mes sin comer, y al fin pudiéramos comer. Lo raro es que no era así, apenas hacia unas horas que habíamos almorzado. Estoy mordiendo el bocadillo, cuando noto que me empieza a vibrar el móvil. Enseguida veo que es mi primo Aaron, cojo la llamada. Mientras mastico lo que tengo en la boca.

-Primo - digo con una sonrisa.

-¿Donde estáis? -dice mi primo, con una voz bastante serio.

-En el bar Las damas ¿Se podrá quedar Saul, con nosotros- digo esta vez mas seria.

-Tendrá que pagar, enseguida voy. Estaros preparados en la puerta - dice colgando la llamada.

No entendía que le pasaba a mi primo. Su voz ha sonado super borde ¿Qué pasa?.

-Viene ya. Acabaros el bocadillo y salimos - digo ignorando lo que me a dicho.

Seguimos comiendo. Mientras hablando tranquilos.

Miro el móvil, por si me ha enviado algún whasap. Pero no, nada. Levanto la cabeza y lo veo como entra por la puerta del bar. Agacho la cabeza, mirando mi bocadillo, apenas me quedaba.

-Hola prima - dice con una sonrisa - Renacuajo - dice despeinando a mi hermano.

Me quedo dudosa, que esta pasando. Parecía tan borde por whasap, y ahora tan amable. No entiendo nada.

-Mira Aaron, es el es Saul - digo levantándome de la silla.

Veo como le ofrece su mano a modo de saludo. Mi primo le devuelve el gesto. Al ver ese gesto, se que todo puede salir bien entre ellos. En aquel momento me doy cuenta que voy a vivir con el hombre que he soñado tantas y tantas veces con el. Con el que llevaba desde pequeña pillada. Todo parece genial.

Me acerco a la barra, y pago los tres bocadillos y el agua que nos hemos tomado. Me sale todo por diez con cincuenta céntimos. Vuelvo a la mesa y cojo las maletas. Veo como Saul hace los mismo. Cuando se vuelve a sentarse.- Tengo que decirte algo.

Embarazada a los 18Where stories live. Discover now