IX

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¿Cómo voy a olvidarte, cuando te encargaste de grabarte en cada célula de mi cuerpo?

Patty.R

-¿Y entonces me vas a contar o te vas a quedar allí en trance para toda la vida?.-Se quejó la mujer.-Quiero chisme no un intento de maniquí.

-¿Qué?.-Desperté de mis pensamientos.

-¿Qué de qué?.- Respondió la chica recordándome mi infancia cuando discutía con Isabel mi prima dos años menor que yo.

Solté un suspiro cansado, a veces no sabía si estaba tratando con una nena, una adolescente o con una mujer con falta de sexo.-¿Qué me estabas preguntando?.-Le incite a hablar con la mano.

-¿Por qué no quieres ver a tu doctor? Eso pregunté.-Sonó cansada. Cualquiera que la fuese escuchado habría imaginado que ya me había repetido un sinfín de veces la pregunta, cuando esta era apenas la segunda vez que lo hacía.

-Porque no quiero y ya está.- Posicione mis codos en el escritorio de madera frente a mi mientras con las manos entrelazadas sostenía mi mentón.-¿Otra pregunta innecesaria que quieras hacer?

-¿Por qué tienes que ser tan hijo de puta?.-el sonido que produjo la silla contra el suelo me indico que la chica se había levantado de golpe y que muy seguramente estaría en posición defensiva frente a mí. Erguí mi cuerpo para luego relajarme en el asiento.

-Bien Luz, vamos a aclarar algo aquí entre tú y yo.-Señale al frente y luego a mi.-¿Señale bien tu lugar?.-Pregunte curioso, esperando una respuesta afirmativa de su parte.

-Lo hiciste.

-Vale.-Aplaudí para dirigir su atención a mi.- Tenemos si acaso una semana conociéndonos, no.-Negué con la cabeza.-Conviviendo.-Asentí.-Si conviviendo, una semana en donde casi me matas cabe destacar.

-Fue un accidente.-Se defendió.

-Accidente o no, casi lo haces.-La señale esperando que me diera la razón.

-Ajá.-Su tono de fastidio me divirtió por un momento, pero no podía reír cuando ya estaba teniendo la situación bajo control...

Estaba al mando, como siempre tenía que haber sido.-Proseguía, una semana en la que estamos conviviendo y apenas hace tres días hemos decidido hacer reglas, reglas que nos favorecen a ambos y reglas que han funcionado, más eso no significa que tú y yo somos amigos ni nada similar. No estamos en una de esas novelas juveniles donde a los tres días los protagonistas son amigos y a los cuatro ya están enamorados, aunque entiendo si te llegase a pasar eso a TI.-Enfatice el Ti, para que no hubiesen confusiones.- Sé que puedo a llegar a ser muy irresistible.-Una risita escapo de sus labios, pero no me detuve.-Tu eres mi enfermera y yo tu paciente, nuestra relación es meramente profesional, no me veras preguntándote por tu vida privada, así como no espero que tú lo hagas con la mía. ¿Está bien?

-Está bien, pero.-Hizo una pausa.-Solo para que lo sepas te estoy señalando.

Inhale profundo.-Solo para que lo sepas, estoy volteándote los ojos.-Bufé ajustandome las gafas oscuras.

-Si llegases a preguntar sobre mi vida privada, yo tendré derecho de preguntarte también por la tuya.-Su tono era animado, ya no sonaba molesta. Incluso podía decir que ya había sentenciado que en algún momento preguntaría por su vida, no podría estar más equivocada.

-Ok.-Me burle. Definitivamente ella tenía grandes problemas mentales.

-Ahora, palpa el puto teléfono que le prometí a tu madre que grabaría la disculpa.-Ordeno y juro por Dios que quise matarla.


Luz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora