Eres lo más importante para mí (Kentin x Sucrette)

Capítulo 30: Sacrificio de amor

¡Ternuras!

Estamos a tres capítulo de acabar con esta fantástica historia y cómo en todos las historias que voy finalizando, tengo cierta nostalgia je je

Bueno... ¡Qué comience la cuenta regresiva!

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(Kentin)

Me levanté de la cama y desperté a Evan, ya eran las ocho de la mañana. 

- Oye amigo, ya levántate- él me ignoró

- Unos minutos más...- me rendí, abrí las persianas para que entrase la luz; de repente me acordé del mensaje que le envié a Su anoche

- ¿Lo habrá leído?- me cuestioné

- Por qué no vas y se lo dices a la cara...- decía Evan dormido

- Si... ¡Eso haré!- motivado salí de casa y me dirigí a la de ella, toqué el timbre un par de veces y de repente salió el padre de Su

- ¿Kentin? ¿Qué haces aquí?- preguntó el señor

- Buenos días señor Phillippe ¿Se encuentra Sucrette?- pregunté

- No, ella se quedó a dormir en la casa de Rosalya, volverá para la hora del almuerzo

- Ah, ya veo... gracias... yo... nos vemos- él asintió y cerró la puerta, tomé mi móvil y me percaté de que ella haya recibido mi mensaje lo cual no hizo - Tengo que hablar con ella- pensé y regresé a casa.

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Pasaron dos horas y acompañé a Evan al aeropuerto para que tomará su vuelvo y esta vez no lo perdiera

- Bueno amigo, me alegró verte

- A mi también... gracias Evan

- No hay de qué, cuando necesites un golpe ahí estaré - reí

- Lo aceptaré con gusto- ahora río él

- Nos vemos Kentin 

- Nos vemos Evan- chocamos los puños y él se dio la vuelta para irse, yo salí del lugar y tomé un taxi para volver a mi casa. En el camino mi madre me llamó pidiéndome que comprará un par de cosas en el supermercado que necesitaba, yo acepté e hice una breve parada. 

Compré lo que mi madre me había encargado y me dispuse a salir del lugar cuando vi que un niño estaba siendo atacado por tres chicos, parecían de su edad

- Tch...- me acerqué a ellos- ¡Oigan! ¿Qué hacen?

- Vamos , corran- los tres niños se fueron corriendo y dejaron al otro sobre el suelo

- Ya verán...- dejé las bolsas de compras a un lado y lo ayudé 

- ¿Estás bien?

- Si gracias... ellos me las pagarán- el niño tenía una mirada fría- Me vengaré, estoy harto de que siempre me hagan lo mismo- al escucharlo, lo tomé del brazo

- No debes hacer eso- dije

- ¿Qué? ¡Ellos siempre me maltratan! ¡Ya me cansaron!- dijo muy molesto 

- Conozco a una persona que decía lo mismo e hizo una venganza para lastimar a los que los dañaron- le conté- Se vengó de cada uno y los hizo sufrir mucho, pero...

- ¿Pero?- inquirió el niño 

- Pero él también se lastimó e hirió a personas que lo querían y lo apoyaban, luego aprendió de que lo mejor era que debió decirles a los que le lastimaron y vencerlos con inteligencia y no con fuerza- le di un golpe suave en el pecho-  ¿Entiendes? para lograr marcar la diferencia no debes actuar como los demás o te harás daño y a los que te quieren también