Nueve

849 83 10
                                    

Nota de la autora
Este capítulo aún no está editado. Pero es mejor entregarlo a tiempo sin editar que esperar hasta mañana y decepcionarlos.
__________________

Tomo mis llaves y cierro la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tomo mis llaves y cierro la puerta. Me acomodo el cabello en un moño y estiro unos minutos. Tengo un déjà vu cuando empiezo a trotar. En la isla tenía mi propio sendero, aquí puedo elegir donde quiero correr.

Es normal que las personas asistan a los mismos lugares que tú -recuerdo a Luke decir.

Hace dos semanas empecé a correr por las mañanas alrededor de la playa. Al principio me pareció extraño ver que habían más personas haciendo lo mismo. Ya no me asustaba encontrarme con los mismos a diario.

Saludo con un «buenos días» y una sonrisa a todos. La mayoría me devuelve los saludos y el resto me ignora. Ya me he memorizado el rostro de cada uno de ellos, aunque no he hablado más de dos palabras con ellos puedo concluir que son mis amigos.

«Amigos», esa palabra es nueva en mi vocabulario al igual que «novio» y muchas otras. Pienso que adaptarme no será tan difícil como pensaba. Llego al extremo de la isla y regreso sobre mis pasos. Ya no hay un lugar que me espere con té y barras de granola.

Al regresar a casa hago todo automáticamente. Después del desayuno me doy una ducha y me preparo para ir a la biblioteca.

Me visto con unos pantalones negros y una blusa beige. Aprovecho que iré caminando para ponerme unas converse negras, veo que son muy famosas en los jóvenes de Inglaterra.

Ya que vivo en los suburbios no hay muchos vehículos. Camino hacia la estación de buses que queda a unos kilómetros de distancia.

Cuando llego me subo al bus que lleva a la parte de la ciudad donde está la biblioteca. Me siento cerca del centro. Siempre me encuentro con personas diferentes a excepción de una mujer embarazada que siempre se sienta cerca del fondo. Al parecer tiene ocho meses.

Recuerdo cuando me enseñaron medicina general, me dieron un examen sobre el proceso del embarazo. Ella nunca me mira a los ojos porque se la pasa viendo hacia la ventana. Estoy tentada a sentarme junto a ella para saber su historia, el por qué de mirar nostálgicamente la playa.

Intento grabar en mi mente todo el panorama que veo por la ventanilla del bus. Desde mi lado puedo ver la playa que luego es reemplazada por carreteras y edificios. Todo es nuevo y no deja de sorprenderme.

Luke me enseñó a moverme por los lugares básicos de la ciudad, ahora sé ir a la tienda, al supermercado, la biblioteca, el parque, el cine y el teatro. Recuerdo el día que él me invitó a un concierto de ópera, era nuestra segunda cita.

El bus me deja a dos calles de la biblioteca. Ya puedo decir que me siento como pez en el agua. Cruzo las calles obediciendo las leyes de tránsito y peatonales.

El sonido de la campanilla me recibe cuando abro la puerta de la biblioteca. Puedo decir que este es mi lugar favorito en toda Inglaterra.

-¡Hola, Sky! -saludo a la bibliotecaria, es la persona con la cual he intercambiado más palabras aparte de Luke. Curiosamente ha leído los mismos libros que yo, no todos pero al menos tenemos temas de conversación.

-¡Sue! No me digas que ya terminaste ese libro. Tiene casi dos mil páginas y lo buscaste apenas antes de ayer -exclama hojeando el libro que dejo sobre su escritorio.

-Sí y fue muy interesante pero no me gustó el final. Tantas páginas y luego ocurre un deux ex machina.

Me encamino a los estantes de libros recientes, ya que es más fácil encontrar libros queyo no haya leído antes. Tomo el que me llama la atracción el título y leo el prólogo.

Siento una vibración en la mochila que traigo. Saco mi teléfono celular y noto que tengo una llamada entrante. Era de esperar que fuera Luke ya que él y mis padres son los únicos contactos que tengo y mis padres solo llaman de noche.

-¿Hola? -es lo primero que digo ya que es lo que el resto hace. Al parecer es la manera universal de contestar las llamadas.

-Tenemos que vernos, pronto. He descubierto algo importante. ¿Cuándo nos podemos reunir? -se escucha preocupado.

-Nos podemos reunir ahora, si quieres. Casi estoy saliendo de la biblioteca.

-Espera, no salgas de ahí. Voy para allá.

Cuelga como si tuviera prisa. Tengo mucha curiosidad por lo que me quiere decir. Me llevo el libro que tengo en manos y tomo asiento en uno de los sillones de la biblioteca.

Voy por el capítulo nueve cuando escucho la campanilla de la puerta. Diviso a Luke entrando por la puerta. A pesar de que me ve camina al pasillo de los libros clásicos.

Decido no moverme hasta recibir una señal o algo. Luke no actúa así, y si lo hizo hoy supongo que es por alguna razón.

Recibo un mensaje de texto de él que dice que vaya donde él dentro de un minuto. Hojeo el libro disimuladamente mientras veo el reloj de mi muñeca.

Al pasar el minuto me encamino hacia donde está. Se encuentra caminando de un extremo al otro. Cuando me ve se acerca como para decirme un secreto.

-Es cierto, te están siguiendo -. Instintivamente observo a mi alrededor en busca de personas que me estén viendo-. Tranquila, me aseguré de que no nos sigan hasta aquí.

-¿Por qué? ¿Para qué me siguen?

-Es una larga historia pero logré enterarme de que tus padres han contratado a algunos agentes en cubierto para vigilar tus pasos.

-¿Y para qué quieren saber donde estoy? Ya di mi palabra de que voy a hacer lo que ellos quieren -. Todo esto me está confundiendo. Mis padres se encargaron de moldearme a sus deciciones ¿Por qué han de seguirme?

-Aún no lo sé pero deberías mantenerte tal y como estás, con tus rutinas y asistiendo a los mismos lugares de siempre. Si quieren saber a todos los lugares que asistes supongo que es para no perderte de vista. No quiero saber qué pasaría si no haces lo que quieren.

-Ya fue suficiente con aislarme, ahora quieren saber lo que hago -paso mis manos por mi cabello.

Quiero correr, quiero escapar de mi destino. Ya será más difícil confiar. Un agente en cubierto puede hacerce pasar por cualquiera, una bibliotecaria, una mujer embarazada o una persona cualquiera que sale a correr por las mañanas.

No puedo confiar en nadie, no puedo tomar mis propias decisiones. ¿En qué mundo me tocó vivir? ¿Por qué soy hija de una pareja ambiciosa que piensa en su propio beneficio?

El recuerdo de la propuesta de Luke semanas atrás retumba en mi cabeza y se repite con más fuerza cada segundo.

Fuguémonos.

Fuguémonos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora