Verdades que incomodan

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Con la confirmación del motivo por el que Atlas no respondió el corazón de Alai termino por romperse y con el toda esperanza de arreglar las cosas de una vez. Sin embargo, tenía que continuar con su vida como hasta entonces, así que guardó todos sus sentimientos por Atlas en el fondo de su corazón y evitó todo pensamiento sobre él para así olvidarlo.

Funcionó, o al menos parcialmente lo hizo ya que en sus sueños Atlas siempre aparecía.

—Alai, no recibí ningún mensaje —pronunció Atlas sacándola de sus pensamientos—. Al menos yo no lo leí, por lo tanto, tampoco lo borré.

Ambos se miraron, sus ojos brillaron con el entendimiento de lo que había ocurrido: Atlas no había leído el mensaje, sino que alguien más vio cuando este llegó y lo eliminó sin que él lo notara.

Alai sospechaba de quien habría podido ser, Atlas en cambio estaba casi seguro de quien había sido, quien había eliminado el mensaje y evitado que él se enterase. Con esa sospecha su expresión comenzó a teñirse de ira contenida mientras sus manos se apretaban en puños.

—¿Fue ella no es así? ¿Qué fue lo que ocurrió Atlas? —A pesar de tener sospechas Alai quería escuchar de boca de él que era lo que había ocurrido.

—No lo sé, pero posiblemente fue Emilia, quien más lo haría —dijo Atlas mientras pasaba sus manos por rostro demostrando la frustración que sentía en ese momento al pensar en lo que su ex habría sido capaz de hacer para distanciarlos.

—Debió estar conmigo cuando llegó el mensaje y de alguna forma lo eliminó sin que yo lo notara —continuo hablando Atlas mientras suponía que habría ocurrido en realidad.

Efectivamente eso fue lo que había ocurrido. Emilia y Atlas en ese entonces llevaban poco tiempo conociéndose, los amigos de Atlas los presentaron con la idea fija de que él necesitaba alguien nuevo en su vida para superar a Alai.

En ese entonces Atlas solo la trataba como una amiga con excusa de que aún era demasiado pronto para ser algo más. La realidad era otra, aún seguía enamorado Alai.

Habían pasado casi dos años de que ellos se habían separado, no la había vuelto a ver después que ella dejara la ciudad. En ese momento aún conservaba la esperanza de arreglar las cosas entre ellos, aunque muy dentro suyo tenía una voz que le decía que Alai jamás lo perdonaría.

Emilia había creído su excusa hasta que una noche comprobó cual era el verdadero motivo del porque Atlas solo la quería como amiga y nada más. Esa noche de invierno en el que Atlas se reencontró con Alai por primera desde que se separaron, ella los había visto.

Habían estado con su grupo de amigos cuando Atlas se había marchado sin decir nada, ella no lo perdió de vista así que fue testigo del reencuentro entre él y Alai.

Aunque no hubiese escuchado su intercambio de palabras sus comportamientos hablaban por sí mismos, mucho más lo hacían sus ojos: el silencio de su mirada trasmitiéndose tantos sentimientos confusos fue suficiente para que Emilia descifrara lo que ocurría entre ellos. Fue en ese momento que supo que tenía que actuar pronto o Atlas nunca sería suyo.

Esa noche en el bar no necesitó hacer nada ya que Emma había llegado y los había separado, Atlas había regresado donde su grupo de amigos hecho una furia, aun así, ella se había atrevido a preguntarle que había ocurrido, este evadió la pregunta diciendo que solo era una vieja amiga que no veía hace mucho tiempo y solo quería saludarla.

Luego de esa noche al no volver a verlos cerca pensó que no debía preocuparse, sabía que Alai ya no vivía más en la ciudad así que pronto se iría nuevamente y dejaría de ser una amenaza para su relación con Atlas.

El Silencio De Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora