April Anderson, dulce, humilde, extrovertida, pero al pasar los años experimenta cosas que ninguna mujer debería pasar.
Azael Britt, controlador, responsable, egocéntrico, rey de los negocios como lo llaman en la gran corazón de Manhattan.
Dos polo...
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- Gracias Natalia la cena estuvo riquísima – digo alagando los buenos gusto de Natalia.
- De nada – dice con superioridad fingida.
- ¿Dónde iremos ahora? – pregunta Erika
- Hable con Daniel y miguel acordamos en encontrarnos en un discoteca cerca de acá – responde Natàlia.
- ¿Que esperamos? – digo sonriendo, dejando a un lado a la tímida april.
- Esa es la actitud – dice levantándose de la mensa Gabriela, seguida de nosotras luego de dejar la paga sobre la mesa. Natalia desactiva el seguro del auto y subimos en nuestros respectivos asientos para ir donde quien sabe.
Después de algunos minutos y dar varias vueltas llegamos a la discoteca Bembe, un poco peculiar su nombre, desde donde estoy se siente muy agradable el ambiente y a su vez luces muy coloridas los acompaña.
- Déjenme llamar a Daniel – dice Natalia haciéndonos señas que esperemos, asentimos.
Se me hace muy extraño estar en estos tipos lugares, hace mucho tiempo la antigua chica era muy fiestera, muy chévere en su carácter, ahora es muy diferente la circunstancia de la vida.
- Está en zona VIP – me saca de mis pensamientos Nati
- Janine ¿te encuentras bien? – dice Gabriela a mi lado
- Si ¿Por qué lo dices? – le sonrió para tranquilizarla
- Tienes una cara, si necesitas algo me dices nomas – asiento como respuesta
Entramos al famoso Bembe, esquivo algunas personas que pasan por mi lado, escuchando la música a todo volumen, la gente mueve sus caderas al compás de la música, olvido todos mis problemas, y me centro en disfrutar esta noche al máximo. Sigo el camino de las chicas hasta llevar aquella zona VIP, de aquel lugar saludo algunas personas desconocidas al igual a Daniel y algunas compañeros de trabajo, nos pasan algunas cervezas a nosotros, bebo un poco haciendo muecas raras por el sabor.
- ¿No te gusta? – pregunto Daniel en mi oído, se ríen las chicas
- Me creerías, ¿qué es mi primera vez tomando esta bebida alcohólica? – lo miro
- No te creo – reímos, asiento con la cabeza.
- A bailar se ha dicho – grita Erika arrastrándola de la mano a Natalia junto con miguel, a la pista de baile, mientras que Gabriela, Daniel y yo nos reímos a carcajadas mientras conversábamos de cosas sin sentido de la gente de este lugar. Después de una media hora de estar bebiendo y riendo, Gabriela se decide ir a bailar y sin decirme nada me extiende la mano y la tomo para levantarme, saco mi chaqueta de jean y se la encargo a Daniel que está observándonos con una sonrisa, tomo un trago de mi cerveza que la tengo por más del tiempo debido, saliendo del lugar directo donde se encuentran las chicas.
Movemos nuestras caderas al compás de la música, dejando que el poco alcohol deje nuestro sistema, bailamos hasta que las músicas terminen para ir nuevamente a nuestros asientos, me venteo con la mano para darme "aire" o "viento" por el degradado del cuerpo. Daniel trae algunas cervezas en sus manos y nos entregan bebo hasta la última gota de aquella botella de vidrio.
- Sí que has tenido sed – dice Daniel sorprendido, lo se pienso lo mismo.
- Mucha – le sonrió, reviso mi celular, viendo la hora una y media que rápido se ha ido el tiempo, lo guardo y seguimos conversando hasta que otra vez salimos a bailar, sintiéndome un poco más mareada, voy hacia el baño a toda prisa por las inmensas ganas de ir a orinar, pido permiso a algunas personas que obstruyen mi paso al baño, tropezando con alguien.
- Lo que me faltaba – digo mirando mi arruinada top
- Tu tropezaste – dice la persona que me hecho su bebida con voz seria, alzo la mirada para decirle sus cuantas palabras, pero mi mente se pone en blanco encontrándome con alguien que jamás pensé que estaría aquí o mejor dicho un lugar como este de clase media.
