Mientras los tres muchachos seguían decidiendo si el nuevo apartamento era acertado, Maggie, John y Roger seguían en el viejo haciendo el equipaje, con un disco de Pink Floyd sonando de fondo.
John guardaba su bajo en la funda y lo colocaba en un lugar seguro con la guitarra de Brian— ¿Entonces... la señora Campbell ha convencido a la casera para que os eche?
—Me temo que sí. Esa mujer es imparable cuando se propone algo... —Maggie doblaba camisas y camisetas y las guardaba en una maleta.
—Yo sigo creyendo que cuando entra en su casa, fuera de la vista de todos, se convierte en un ser gigante que se alimenta de nuestra energía vital —dijo Roger escaqueándose de recoger jugando con la perra de nuevo.
—No te voy a decir que es una locura, porque es bastante probable que sea así —la chica soltó una risilla—. Una dragona come almas.
—Por cierto —saltó John pensativo, recordando las teorías que habían cavilado los cuatro músicos—. ¿Ese Sammy que nos ayudó el otro día es tu novio?
El timbre de la puerta sonó antes de que Maggie contestara, y Roger se adelantó a abrir esperando que fueran sus amigos con Ethan. Resultó no ser así. Un joven de pelo corto castaño, camisa ceñida, pantalones de traje y mirada ácida esperaba tras la puerta.
—¿Quién eres? —preguntó sin reparos el rubio.
—Eso debería decir yo —el tipo miró de arriba a abajo a Taylor de forma descarada y con ojos juzgadores. Sin añadir más, le apartó y entró en la casa.
—¿Quién ha venido? —Maggie se acercó a la entrada y se topó con el muchacho que acababa de llegar. Su expresión se tornó en una enorme sonrisa—. ¡Jimmy!
Los dos se dieron un abrazo y luego se besaron bajo la mirada cotilla de Roger, que aún estaba cerrando la puerta.
—Perdona por no haber podido quedar antes contigo, he estado hasta arriba de trabajo en Brighton —dijo el tal Jimmy con voz resuelta. Se separaron y entraron a la sala de estar.
—Te he echado de menos —Maggie lo miraba con ojos brillosos y con ilusión.
—Y yo a ti, nena —respondió él con una sonrisa ladeada y ojos creídos. Llevó la vista a los dos músicos, que les observaban desde el otro lado de la habitación—. ¿Estos son los tíos raros de los que me hablaste por teléfono?
Maggie se rió negando con la cabeza— No les llames así, hombre. Estos son Roger y John.
—Ah —Jimmy no demostró tener ningún interés en saber quiénes eran—. Soy Jimmy.
—Qué tal —contestó Deacon de forma educada.
—Hola —dijo seco Roger, al que no le había caído en gracia el novio de Maggie por su actitud desafiante.
—¿No dijiste que eran cuatro? —dijo de pronto Jimmy a Maggie.
—Brian y Freddie están con Ethan buscando un nuevo apartamento. La vecina ha conseguido que nos echen —explicó ella.
A Jimmy no parecía importarle en absoluto lo que la chica estuviera diciendo— ¿Puedes bajar eso? —pidió más como una orden, refiriéndose a la música que sonaba.
Se sentó en el sofá y sacó su móvil para revisarlo. Maggie le lanzó una mirada algo ofendida y siguió recogiendo las cosas que encontraba por la casa para empaquetarlas, antes bajando el sonido del reproductor con desgana. Martha hizo ademán de acercarse al tipo en el sofá, pero él la apartó sin reparos sintiéndose molestado. Roger frunció el ceño y llamó a la perra para que no se le acercara. Aquello tampoco le gustó mucho a John y comprendió el enfado en incremento de su amigo. Entonces llamaron a la puerta de la entrada con los nudillos, captando la atención de todos.

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KEEP YOURSELF ALIVE #4: Crossing the HOT SPACE! ♕
FanfictionCOMPLETA (spin-off de la saga KEEP YOURSELF ALIVE ♕) No es necesario haber leído las precuelas para entender los acontecimientos de esta novela. Recomendado leer en cuarto lugar, pero el orden es irrelevante para seguir la trama. // ¿Te imaginas...