—¿Seguro que es por aquí, Ethan? —Brian miró en las calles a su alrededor en busca de alguna señalización.
—Eso creo —el muchacho revisó el cartel anunciando los pisos que buscaban—... No conozco muy bien esta zona, pero se supone que es a la vuelta de esa esquina.
—Vayamos, entonces. Empieza a hacer un calor de morirse estando al sol —Freddie se recolocó las gafas de sol, que Maggie había terminado por regalarle, y se separó de la pared para comenzar a caminar.
—Es sorprendente la suerte que habéis tenido encontrando este anuncio, chicos —comentó Ethan volviendo a leerlo una vez más con escrutinio—. Es exactamente el sitio que necesitábamos. "Paredes adaptadas para el sonido de instrumentos musicales...", "se permiten mascotas...". ¿Con quién habéis contactado? ¿Con la mafia?
Brian se estiró mientras andaba y soltó una risotada por el comentario— Por fin la suerte parece sonreírnos un poco.
—Por fin mi aura majestuosa empieza a hacer efecto en este siglo también —Freddie levantó la cabeza, altivo.
—No, pero en serio. ¿Dónde encontraste este cartel? Me parece hasta sospechoso —Ethan frunció el ceño pensativo—. El papel está como gastado... Parece antiguo. Tal vez no siga estando en pie ese edificio.
—No seas tan pesimista, querido Ethan —Freddie le paró y le señaló a su derecha para después apoyar las manos en sus caderas.
—Ah, parece que hemos llegado —anunció Brian.
—¿... Os da buena espina un sitio llamado... "Mr. Jones"? —comentó medroso Ethan—. Suena como el nombre de la guarida de unos delincuentes con mirada peligrosa y bigotes frondosos... No te ofendas, Freddie.
—¿Por qué me iba a ofender? —preguntó confundido Mercury. Ethan sacudió una mano, restándole importancia.
—Es un edificio anticuado, pero... tal vez es una buena opción —Brian observó la fachada del lugar con curiosidad.
—Y más bien, nuestra única opción por el momento —añadió Fred, y con convencimiento se aproximó a la entrada. Brian le siguió—. No tenemos nada que perder.
—... Todos mis ahorros y un techo bajo el que vivir, pero nah. Nada que perder en absoluto —Ethan soltó una risa amarga y fue tras ellos.
Entraron en el lugar, y ciertamente estaba anticuado. Tanto la pintura de las paredes como los marcos de los buzones y la madera de la escalera parecían llevar allí más de 50 años.
—Qué manía tienen estos edificios de volverse viejos y cochambrosos —Freddie hizo una mueca asqueada.
—El dueño te dijo que esperáramos aquí abajo, ¿no? —le preguntó Brian a Ethan.
—Sí, dijo que...
—¡Buenos días, muchachos! —le interrumpió un señor mayor de pelo oscuro, que bajaba por la escalera con una sonrisa bonachona. Llevaba puesta una camisa de cuadros y una chaqueta de lana encima, además de una boina en la cabeza.
—Oh, buenos días —respondió Ethan. Brian y Freddie hicieron un movimiento con la cabeza saludándolo de vuelta también.
—Siento haberos hecho esperar, estaba terminando de revisar el apartamento para enseñároslo —bajó hasta la planta baja y se puso frente a ellos.
—No se preocupe, acabamos de llegar —dijo Brian con cordialidad.
—¡Justo a tiempo, entonces! Tendréis ganas de ver el piso, seguidme. Por aquí —se giró hacia la escalera pero paró un segundo antes de continuar—. Oh, ¡por cierto! Desmond Jones, un placer.
—Igualmente, yo soy Ethan Baxter. El que le llamó ayer —el susodicho alzó la mano señalándose—. Estos son Brian May y Freddie Mercury.
—¿Y quién de vosotros viene con intenciones de hacer ruido? —se les acercó con una mirada más seria, que se rompió con una risotada antes de que pudieran aturullarse—. ¡Es broma, es broma! Más os vale venir a hacer ruido, para eso estamos. ¿Pero sois los tres músicos?
—Nosotros dos, y nuestros otros dos compañeros —explicó Brian.
—Yo soy una especie de... ayudante —añadió Ethan.
—Es nuestro pequeño ayudante, manager y consejero espiritual —revocó Freddie, aún llevando las gafas de sol, poniendo las manos en los hombros del nombrado.
—¿Consejero espiritual? —el hombre soltó otra carcajada potente—. ¡Todos necesitamos uno de esos alguna vez! Bueno, subamos sin más dilación.
Siguieron a Desmond Jones escaleras arriba. Entendieron que el nombre del edificio se debía a él mismo, y que el lugar debía de pertenecer a él o a su familia.
Antes de darse cuenta llegaron a la primera planta, y el hombre abrió una de las cuatro puertas de allí.
—¡Aquí es! Pensé que esta sería la mejor opción puesto que sois seis personas y un perro —todos se adentraron y Desmond se quedó en la puerta—. Es espacioso, y el sonido rebota en las paredes —volvió a reír como parecía ser característico en él.
—Los muebles son una maravilla —comentó ilusionado Freddie con un sofá tipo Chester en el centro de la habitación principal.
—Mi mujer Molly es la que se ha encargado de la decoración. Cuando nos casamos, compramos este edificio con los ahorros que tenía de mis trabajos de jardinería y con lo que ella ganaba cantando en un grupo de folk —explicó nostálgico el hombre—. Era un cuchitril, pero lo pusimos fino en unos cuantos meses. ¡Se puso como loca comprando muebles bonitos! Los niños corriendo por el jardín..., ¡y la vida sigue!
—Pues dígale que tiene muy buen gusto —dijo veloz Freddie de forma franca. Desmond sonrió con orgullo.
—¿Tenía un grupo de folk? —preguntó con curiosidad Brian.
—Su gusto por la música es la razón de este lugar. ¡Para ayudar a jóvenes que quieren tocar y no tienen dónde!
Brian asintió con una risilla— En nombre de la gente como nosotros, se lo agradecemos enormemente.
—Os dejo a vuestro aire viendo el apartamento, estaré abajo en la portería —les guiñó un ojo y se fue.
Los tres observaron el piso con detenimiento, encontrándolo como el sitio idóneo para quedarse.
—La verdad es que no hemos podido tener más suerte —Ethan se sentó en una silla del comedor, que se encontraba incorporado al salón.
—Podemos hacer sitio ahí para la batería de Roger y ensayar aquí —Brian señaló un rincón de la habitación.
—No es por nada, queridos, pero este lugar está hecho para nosotros —Freddie se había sentado en el sofá que tanto le había gustado—. Y el dueño no tenía bigote, Ethan.
Ethan se rió y se puso en pie— Supongo que no tiene pegas. Parece demasiado perfecto pero... Qué demonios, tengo a los cuatro miembros de Queen a mi cuidado y estoy ayudándoles a comenzar su carrera. Ya nada puede extrañarme.
—Así se habla, chiflado —dijo Brian alzando un puño cerrado. Rieron los tres por aquel calificativo.

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KEEP YOURSELF ALIVE #4: Crossing the HOT SPACE! ♕
FanfictionCOMPLETA (spin-off de la saga KEEP YOURSELF ALIVE ♕) No es necesario haber leído las precuelas para entender los acontecimientos de esta novela. Recomendado leer en cuarto lugar, pero el orden es irrelevante para seguir la trama. // ¿Te imaginas...