31 - Segunda parte

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31 - Segunda parte


—¿Por qué todos ponen esa cara al verme? —preguntó la persona.

Chan.

Chan.

Chaaan.

Era Tate Sedster, también conocido como el hijo de Byron, y también conocido como el novio secreto de la prima Melanny.

Según lo que Adrik me había contado, él no era precisamente un amigo de sus hermanos ya que ellos habían impedido su relación con ella, pero en ese momento estaba allí, en la sala, presente tal y como uno más de nosotros.

Recordé que me lo había topado en una cafetería fuera de Tagus antes de que fuéramos al refugio, pero había olvidado por completo su aspecto. Ahora era como verlo por primera vez: el cabello en rastas, los rasgos finos, los ojos verdosos, la piel bronceada y el estilo urbano pero costoso... De nuevo concordé en que Tate no parecía un chico malo. Parecía de esos chicos que veías en patineta, preocupados por el medio ambiente y por la comida vegana.

Claro que yo no lo conocía en lo absoluto, y no se podía confiar en nadie en esos momentos.

—¿Qué demonios hace él aquí? —soltó Adrik de golpe.

Lo preguntó directo a sus hermanos, ignorando a Tate. Pronunció las palabras con todo el enfado y la consternación que reflejaba su cara. No estaba contento de ver a ese chico. De hecho, lo había tomado tan desprevenido que pasó con facilidad del pasmo a la ira.

—Vine en buen plan —dijo Tate junto a una relajada sonrisa ladina.

Pero aunque habló sin una nota de sarcasmo o de odiosidad, eso hizo que Adrik se enfureciera. Formó puños con las manos y tensó la mandíbula. Semejó mucho a Aegan cuando lo atacaban una de esas rabietas violentas.

—Tú no sabes qué es dar la cara en buen plan —le escupió Adrik.

Al mismo tiempo avanzó con rapidez en su dirección. Estuve segura de que le lanzaría un puñetazo a Tate, le partiría la nariz y sería un caos, pero Aleixandre actuó con rapidez y se interpuso en el camino. Detuvo al furioso Adrik con un empujón en el pecho y en lo que él trató de apartarlo, Aleix aferró las manos a su sudadera y lo retuvo, frente a frente.

—Adrik —le habló, firme y exigente—. Tate no vino a pelear ni a buscar problemas. Es cierto, vino en buen plan.

Adrik continuó mirando por encima de su hombro en dirección a Tate, furioso como un toro necesitado de venganza contra el torero. Su actitud tenía mucho sentido considerando que Tate pudo haberle dicho a su padre que el Sak era un buen sitio para vender su mercancía y por esa razón se había creado un lío, pero la actitud de Aegan era lo que me hacía sospechar de que todo aquello no estaba bien.

Aegan estaba ahí parado sin el más mínimo asomo de molestia en su imbécil cara. No estaba alterado por la presencia de Tate. No lucía enojado en lo absoluto. Aleixandre, por su parte, parecía más bien preocupado y muy nervioso. Y sin olvidar que la cara de Owen era como si se avecinara un huracán del que no podía refugiarse.

En definitiva algo estaba pasando. Algo malo.

—¿Qué quiere entonces? —soltó Adrik, tenso y encolerizado—. ¿Qué carajos está pasando?

—Primero que nada, tranquilízate —le pidió Aleixandre, todavía actuando como muro para impedir los golpes.

Adrik soltó una risa absurda que junto a sus cejas fruncidas y su expresión de furia, fue capaz de intimidar y asustar al mismo tiempo.

Perfectos Mentirosos © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora