22. Prerrafaelistas

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Dejarse arrastrar por la corriente del pantano, con expresión orgásmica en su rostro desquiciado.

Prerrafaelista anunciando su final con el fuego en su cabello, la barca cargada de sueños caducos, y entre tantos fracasos pasados también naufraga un amor arrebatado.

Pero ya no tiene miedo al miedo, saltó del castillo, valiente guerrera, acusada de llevar al demonio en su interior.

Por ser fuego, ardiente furgor, por ser rebelde y luchar por lo incorrecto vestido de alma dura, coraza en carne viva.

Sabe como morir y lo hace con el placer de descansar la vida, por ser la llama que todos querían apagar.

Ella no huye ni desciende, se sumerge en la profundidad de un corazón malherido.

Y se arrastra como un cadáver impulsado por la corriente felizmente hacia un olvido que difícil será no recordarlo nunca.

Pues de su suicidio hizo arte y de ese arte hizo vida.

Rebeka V.

La octava luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora