Cap:11 Prisión.

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Otro día más aburrido con aquel horrible mono naranja. Lo único que podía hacer era marcar con el pié el ritmo de la canción que silbaba sentada sobre la litera mientras limaba sus uñas. Una semana ahí metida y lo mejor que hizo fué contar los ladrillos de la pared.

De fondo se escuchó un fuerte estruendo, los guardias giraron la mirada hacia el sitio y se dirigieron corriendo hacia el lugar. Algunos compañeros de las celdas de los lados se acercaron a los barrotes para ver que pasaba, en cambio ella dejó de silbar y se inclinó un poco hacia delante para ver que pasaba allí.

-¡mis alas no se tocan hijo de puta!- gritaba una chica bajita golpeando a uno de los guardias que la tenía sujeta de un brazo.

La reconocía, sabía de quien se trataba, antes de entrar en aquel sitio escuchó hablar sobre ella, sobre aquellas alas blancas que custodiaban los cielos de su ciudad, pero esas alas estaban ahora encadenadas.

Algunos guardias más se acercaron para sujetar a la joven que se retorcia y golpeaba todo lo que estaba a su alcance. Otro guardia abrió su celda y el resto empujó a la muchacha dentro de ella, cerrando antes de que fuera a salir.

-¡como llegue a salir de aquí pienso mataros a todos!- amenazaste colgandote de los barrotes de esa horrible celda.

- wow que pequeña y con cuanto caracter- dijo alguien detrás de ti. Giraste a ver de quien se traba. Había una litera colgada de unas cadenas a la pared y en la parte baja de ésta, una chica con el pelo rojo muy oscuro parecido al de la sangre y de ojos verdes muy claros se limaba las uñas mientras te hablaba- no hace falta que intentes tirar los barrotes, es imposible.

-¿y por que se supone que debería hacerte caso?- vacilaste volviendo a tirar de los barrotes hacia ti y luego empujarlos. Cosa totalmente inútil.

- bien, haz como si no estuviera, cuando te hayas cansado me presento- dijo sin apartar la mirada de sus uñas.

-es molesto que me hables y no me mires- le dijiste dejando ir los barrotes.

- me llamo Hikaru- saludó extendiendo una mano hacia ti. Mano que ni te molestaste en mirar- tu eres raven, la gran villana de la liga.

-¿gran villana?- reiste con burla acercandote para sentarte a su lado.

- hay muchos rumores sobre ti por aquí, de hecho estoy segura de que todos te conocen ¿verdad chicos?- preguntó más alto consiguiendo que las personas de las otras celdas afirmaran- llevo aquí una semana, tampoco es tan horrible, dejando a un lado la horrible ropa de color naranja depresivo no es para tanto.

-¿cual es tu poder?- cambiaste de tema, la chica parecía agradable y todo.

-es algo divertido, puedo hacer que la gente vea lo que yo quiera siempre que ingiera su sangre- te contó divertida.

-¿Enserio? A ver- te subiste la manga de un brazo y se lo acercaste.

- aquí dentro no puedo usar mi quirk, me pusieron un chip en la lengua- te explicó mostrandote el chip que estaba justamente en el centro- detecta todo lo que pasa por mi boca y si eso es sangre me da descargas eléctricas.

-que aburrimiento entonces- bufaste cruzandote de brazos- a mi esos idiotas me pusieron grilletes en las alas...

-lo vi- te dijo dejando la lima a un lado- a mi me metieron aquí mientras ganaba dinero, debía matar a una chica a cambio de una gran cantidad de dinero, la gente me daba la sangre de las personas y yo las hacía ver lo que fuera necesario para guiarlas a sitios donde no hubiera nadie, robarles o hacer lo que fuera, pero se ve que los heroes siguieron mis pasos y antes de que matara a aquella mujer me llevaron aquí- se levantó y dió unos pasos hacia la pared- siempre escuché que hacias de todo a cambio de dinero y que la policia nunca te había encontrado ni visto ¿por que te atraparon?

Bufaste y te dejaste caer hacia atrás sobre la litera- por enamorarme de quien no debía.

Se escucharon unos pasos a lo largo del pasillo, ambas os callasteis mirando quien se acercaba. Era un guardia que llevaba a un chico hacia la celda de delante que estaba vacía- estaras poco tiempo aquí, te cambiaran de celda pronto- le dijo el vigilante al chico cerrando con llave el lugar.

Giraste la cabeza al otro lado- raven- te llamó el chico-¿que ha pasado ahí fuera?

-la vida ha pasado- le contestaste sin mirarlo.

-no estoy bromeando- dijo serio- ¿por que haces esto?

-por qué la sociedad está podrida- te diste la vuelta y lo miraste con frialdad- si no tienes dinero la gente te ignora por completo, esos supuestos heroes no te hacen caso, no se preocupan por ti. La sociedad nos pone etiquetas, "heroes" o "villanos" y a quien le toca ser heroe puede vivir feliz, los villanos deben huir. Los heroes pueden estar rodeados de mentiras y de falsedad, haciendo lo que les de la gana mientras cometen crimenes. Si eres villano por mucho que te comportes como héroe seguiran mirandote mal.

-eso no es cierto- te protestó con un tono de voz tosco.

-¿que no es cierto?- te levantaste de la litera y caminaste hasta los barrotes- ¿en que momento te han metido aquí? Cuando han creído que eras de los nuestros y lo único que has hecho ha sido protegerme.

-pero lo han hecho por que eres una villana, lo que hacéis está mal- reprochó.

-¿que hacemos mal? ¿Proteger a los nuestros? ¿Ganarnos la vida que ellos nos han negado? Lo único que hacemos es vivir como cualquiera de vosotros- cogiste los barrotes sin fuerza- y a cambio nos meten aquí, cuando en lo único que he fallado ha sido en enamorarme de alguien del otro bando.

Se hizo un silencio demasiado incomodo y doloroso. Todoroki y tu os mirabais directamente, él más dolido que tú, pero ambos destrozados interiormente.

-que historia de amor tan tragica- comentó Hikaru.

-raven yo...- intentó decir el bicolor, pero fué interrumpido por uno de los guardias.

-todoroki shoto- nombró abriendo la celda y colocandole unas esposas- tu translado está listo y aizawa shota solicita hablar contigo.

Él te dirigió una última mirada con aquellos ojos de distinto color tan bonitos que seguramente no volverías a ver nunca. Después marchó por el largo pasillo acompañado de aquel hombre y desapareció al girar en una esquina.

-que dura es tu vida muchacha- te dijo un chico de cabello ambar muy revuelto, con unos ojos marrones oscuros.

-tampoco te creas, ya lo asumí, nada es justo para mi- volviste hasta la litera y te sentaste- extrañaré mucho a mi familia.

-¿familia?- te preguntó la pelirroja-¿tienes familia?-parecía esperanzada, con un pequeño brillo en sus ojos, como si fuera una niña pequeña.

-algo así...- sonreiste con nostalgia recordando cada mañana en la que peinabas a himiko, su alegría en cada momento y su gran ilusión por todo, el cariño que le tenias a spinner y a twice, las misiones que hacíais juntos y lo muy bien que os lo pasabais, el rostro amargado de shigaraki, sus insultos a todas horas y sus rabietas a cada momento, la forma que tenía de estresarse y rascar su cuello mientras miraba la televisión, los ojos fríos de dabi que a la vez transmitían calidez, las mañanas en las que te colabas en su habitación solo para fastidiarle, las veces que te arrastraba de la capucha de la capa, el ser tan sobreprotector y aquello con lo que todo comenzó. la mano de kurogiri que te iluminaba un camino fuera de los males de todo el mundo, un hogar y aquella familia- la liga de villanos de lo dió todo... Me dió un hogar, me dió cariño y me dió mi nombre. Raven, así es como todos me decían por mis alas, y a ese mundo me abracé al mundo que ellos me dieron...- no pudiste evitar secarte una pequeña lágrima- los voy a hechar tanto de menos...

-nosotros podemos ser tu nueva familia- te dijo hikaru- se que no es lo mismo, pero podemos intentarlo- te abrazó y frotó la espalda mientras empezabas a llorar, eran demasiadas cosas de golpe y no las conseguiste aguantar. Desde hacía prácticamente toda tu vida nadie te había abrazado así, con tanto sentimiendo, con tanta calidez.

-gracias...

El romance del ying y el yang ~todoroki Shoto xlectora~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora