capítulo 7

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La semana pasó casi sin darme cuenta, por fin conocí el hotel que debía regentar Nick, y la verdad es que las funciones a desempeñar me gustaron, pero no fue como esperaba, Nick apenas estuvo presente en las reuniones con los empleados, ni para interesarse por las cuentas ni la administración del hotel. Tuve que encargarme yo sola de los montones de papeles que había en el despacho desordenados de pagos y recibos que habían sido acumulados en escritorio sin ser debidamente guardados.

Era viernes y cuando llegué a casa ya estaba Aquilina esperándome con un gran tazón de sopa y unas empanadillas rellenas de carne, pero de Nick aun ni rastro, desde la mañana anterior que salió del despacho del hotel cabreado.

Discutimos, y se fue dejándome como el resto de la semana con todo para hacer, parecía que su compromiso conmigo le daba igual porque no cumplía su parte del trato, debía haber estado presente aunque fuese un par de horas durante la semana, pero no fue así, solo apareció el lunes y a la hora después de recibir una llamada se fue alegando que tenia otros asuntos pendientes.

—Estoy preocupada, Nick no ha pasado la noche aquí y no ha vuelto en todo el día, eso no es normal, y menos que no tenga el teléfono operativo.— Me dijo Aquilina paseándose inquieta por toda la estancia.

—Estará en casa de alguna pasándoselo bien, no debes preocuparte por él cuando se comporta como si fuese un crío malcriado.

—No le tengas ese rencor, en el fondo es un buen chico, necesita que alguien le diga las cosas claras, y creo que han encontrado a la persona perfecta para ello.— me dice con una sonrisa.

En ese momento entra tambaleándose Nick en un estado deplorable, y Aquilina se apresura a cogerlo y llevarlo hasta una de las sillas de la cocina.

—Pero que ha hecho eso señorito Nicholas, está en muy mal estado, le acompañaremos al piso de arriba y va a tomarse una ducha bien fría y a descansar, ya sabe que no me gusta nada que llegue en estas circunstancias, ya sabe lo que opina su madre al respecto.

Lo cogimos entre las dos, cada una por rodeándolo por un brazo y lo aupamos, dejando todo el peso en nosotras, su aspecto era desastroso, la camisa apestaba a alcohol, el pelo lo llevaba todo alborotado y restos de carmín se esparcían por todo su cuello y camisa. Parecía indefenso con ese aspecto y su mirada triste daba a entender que sabía que había hecho mal, pero yo no lograba entender por mucho que lo intentase porque se comportaba de aquella manera teniendo tanto como tenia.

Una vez lo acostamos en su cama, Aquilina se ofreció a prepararle algo para que recobrase el sentido, y salió de la habitación dejándome a mi sin saber bien que hacer. Me quedé observándole por un tiempo pensando en que era lo que provocaba en el que se comportase así, no tenía ningún sentido, era un chico rico, tenía todo lo que podía pedir por su boca, incluso un trabajo que la mayoría de gente se pelearía por él y aún así lo desaprovechaba de esa forma.

—Aléjate de mi.— el susurro de Nick me sorprendió.

Seguía con los ojos cerrados y yo paralizada sin saber si se estaba refiriendo a mi o estaba soñando. Intenté no moverme para no hacer el mínimo ruido y así conseguir que se durmiese.

—Termino cagándolo todo.— volvió a susurrar, sin moverse un ápice y yo tampoco podía, seguía ahí paralizada observándolo.

Parecía tan indefenso, que no quería dejarlo ahí solo, algo en mi me aferraba a esa habitación, a no dejarlo solo, no únicamente a ese momento si no a seguir con la mentira e intentar seguir ayudándolo y otra parte de mi me gritaba que me alejase que le hiciese caso y que me todo eso era un error, que todo se iba a torcer.

Lo prohibido causa tentación (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora