Capitulo 22

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Sun Hee

Jimin y yo nos mirábamos fijamente, no me cansaba de pensar en los bonitos ojos que él tenía, aunque no me molestaba que desaparecieran cuando sonreía mostrando sus dientes, lo hacía ver tierno.

—Sun Hee - hablo Jimin de pronto.

—¿Qué pasa? 

—Quiero tener un hijo contigo 

Soltó él de pronto, era obvio que no esperaba que dijera algo así, un hijo, ¿Un hijo?, también me sorprendió que lo dijera así nada más.

—Quiero tener un hijo, tuyo y mío, de los dos - dijo mientras acariciaba mi mejilla izquierda - deseo una niña tan hermosa como tú, Sun Hee

No pude evitar ahí, sentirme rara, así que me senté en la cama, necesitaba ir a la cocina y comer hielo, si hielo, sentía como si mi temperatura hubiera subido con esas palabras, pero antes de poder ponerme de pie él me sujeto de la muñeca de una manera suave, de pronto me acostó y puso sus rodillas al lado de mi cintura y mis atrapo ambas muñecas.

—J-Jimin, ¿Qué haces?

—Es solo que te extrañe - dijo él.

—Solo fueron un par de días - recordé.

Pero Jimin solo me sonrió y acerco su rostro al mio, ya nos encontrábamos a escasos milímetros de distancia. Cerro sus ojos, su nariz rozo un poco con la mía, y de inmediato nuestros labios se unieron, aquel beso era dulce, él y yo seguimos besándonos hasta que Jimin libero mis muñecas, y después comenzó a alzar mi blusa deportiva, yo comencé a desabotonar su camisa, tal vez por todo el tiempo que habíamos pasado juntos, se nos había, o mejor dicho, se me había quitado la vergüenza.
Nos deshicimos de todas las prendas, ambos estábamos sobre la cama, nos besábamos y podía sentir sus manos en mi cintura.

Tal vez...yo también deseaba un hijo de ambos.

(...)

Jimin

El sonido de la alarma fue lo que me despertó, con mi brazo izquierdo la apague lo mas pronto posible para no despertar a Sun Hee, después dirigí mi vista a donde estaba ella dormida, se veía hermosa, la sabana solo la cubría hasta un poco mas arriba de la espalda, me sentía como un adolescente otra vez, mis hormonas se descontrolaban cuando simplemente la veía, era una sensación única.

Quite todo él cabello que cubría su rostro y la abrace, de pronto como un tipo de reflejo ella me devolvió el abrazo, sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, le di un beso en la frente cuando ella se despertó, sus grandes ojos se abrieron, parecía sorprendida, oficialmente ella nunca dejaría de ser esa niña...de ser mi hermosa niña.

—Buenos días, Sun Hee - dije, dándole un beso en el hombro.

—Buenos días - respondió ella sin abrir los ojos.

—Hoy me iré un poco más tarde a la empresa - le avise. Ella solo acerco más a mi.

Tome su cara y ella abrió su ojo derecho para mirarme, sonreí y le di un beso en la frente, después me levante envolviéndome en una de las sabanas y me dirigí al baño. Cuando salí Sun Hee estaba completamente dormida, me puse el traje y baje al garaje donde entre a mi coche, cuando llegue a la empresa había una gran conmoción, de pronto Edd, mi asistente comenzó a contar la situación de la empresa mientras caminábamos a mi oficina.

Sun Hee

Cuando por fin pude despertar, vi la hora, eran las 12 del medio día, me levante de pronto y me metí a bañar, hoy tenía que ir con Émile que regresaba de España después de tanto tiempo, tenia dos horas para que su vuelo llegara.

(...)

Ya estaba en el aeropuerto con Jungkook, el también se debe de sentir emocionado por que Émile llegue, mientras esperábamos hablando de lo que haríamos el fin de semana, un grito nos hizo voltear.

—¡Chicos! - vino Émile corriendo, jalando una maleta.

Cuando llego hasta donde estabamos, ella me abrazo y yo me aferre a ella, vaya que la extrañaba más de lo que pensaba. De pronto una tercera voz nps hace separarnos un poco.

—Bienvenida prima - habla Jungkook.

—Parece que te has vuelto mas guapo - alago Émile a su primo, al cuál le dio también un abrazo.

—Ya lo se, ¿Como puedo volverme mas guapo con él paso de los días? 

—Tsk...no exageres

Amaba la relación que tenían ellos dos como primos, eran tan unidos que como ellos decian aveces, "Eran hermanos". 

—¿Deberíamos ir a comer? - propuse.

Mientras nos acomodábamos en la mesa del restaurante al que decidimos ir, nos la pasamos platicando de varias cosas, como le había ido a Émile en España, que tan bello era, que fue lo que le gusto, en fin parecía una entrevista hasta que de pronto Jungkook tuvo que levantarse por una llamada de celular.

—Discúlpenme un momento - dijo, tapando la bocina de su celular - vuelvo enseguida.

Pero antes de que él se fuera a atender la llamada Émile hablo.

—¿Acaso es tu novia? - pregunto, metiéndose una papa frita a la boca.

—¡Cla-claro que no! - dijo nerviosos él.

—Hey...tu cara lo dice todo . volvió a burlarse su prima.

—Ve Jungkook, te deben de necesitar  - interrumpí o sino él nunca podría atender la llamada.

—Tienes razón, vuelvo en seguida.

Solo nos quedamos Émile y yo, había muchas cosas de las que quería hablar con ella.Pero no sabía como o por donde comenzar, así que me decidí con el tema que no ha salido de mi cabeza por culpa de Jimin.

—Émile...- la llame, ganando su atención.

—¿Qué pasa? - dijo dándole ahora una mordida a su hamburguesa.

—¿Crees que ya tenga la edad para poder embarazarme? - fui muy directa. 

Creo que mi comentario la asombro demasiado, ya que la hamburguesa a la que apenas le daba un par de mordidas quedo por toda la mesa después de escupirla.

—¿A-a caso ya quieren ser papás?, no llevan ni un año de casados, ¿No es muy pronto?

Si habían muchas cosas, pero aún así la idea me entusiasmaba un poco.

—En realidad no estoy segura, siempre e querido disfrutar él tener vida dentro de mi, ¿Qué opinas? 

—B-bueno - decía mientras se limpiaba la boca con una servilleta de papel - si eso es lo que quieres puedes hacerlo 

Sonreí, pero un grito de parte de Émile me espanto.

—¡Yo seré la segunda madre!

Yo reí y asentí ante su petición. De pronto él celular de Émile vibro.

—¿Oh?, Kook dice que no se puede quedar - aviso ella.

—Tal vez surgió algo - le dije a mi amiga.

Jungkook

Tenía que preparar algunos eventos para la fundación y cuando había acabado de hablar fui a nuestra mesa, de pronto escuche sin querer la conversación de las chicas.

—¡Yo seré la segunda madre! - fue el grito de Émile, que me hizo dejar de querer estar ahí.

Sentí algo en mi corazón, desde un principio sabía que mis sentimientos nunca iban a ser correspondidos, pero aun así sentí que no podría seguir viéndola, me gustaba verla feliz pero odiaba que fuera al lado de ese cretino, mande un mensaje y me fui.

Casada con Park Jimin |EDITADO|Where stories live. Discover now