"Me encargaré de destruirte, a ti y a tu hermosa sonrisa, tal como destruiste la mía... Jeon Jungkook".
• Historia 100% Original.
• Prohibida su Copia.
• Pareja Principal KookV.
• Capítulos cortos.
• Contenido Homosexual.
• Inicio 24-05-2018
• Crédi...
—No lo olvides... —en su mente aún se repasaban las palabras de Seokjin. Entendía perfectamente de que iban pero ¿Cómo lo haría?, si él castaño no le dejaba el camino fácil.
Si bien estaba agradecido del mayor de los Kim, no había tenido ningún efecto positivo en Taehyung.
Era consciente que por más cerca que se sintiera de éste, más lejos estaba en realidad.
¿Qué tal si intentaba con cursilerías?, a Taehyung le gustaban años atrás. Tal vez y con algo de suerte, aún amaba ese tipo de cosas.
Se decidió finalmente a pasar por la florería para comprar un ramo de tulipanes. De pasada y por culpa de la vendedora, terminó comprando una caja de chocolates.
Ahora estaba frente a la puerta del departamento del mayor, divagando si tocaba o no. Optando por hacerlo, tras escuchar algunos objetos romperse.
Dos minutos más tarde, los tulipanes yacían en el suelo gracias a Taehyung, quién en cuanto lo notó queriendo entregarle el ramo, se lo arrebató de las manos y lo lanzó contra el piso.
—No quiero tus mierdas, Jeon. No soy él mismo niño que cree en regalitos sacados de película estúpidas. —señaló, cuando ambos se encontraban adentro.
Los cambios de humor no eran fáciles, Seokjin se lo había advertido y de por sí, a él ya le había tocado lidiar con eso pero hoy, estaba mucho más agresivo que antes. Decidió entonces, esconder el chocolate en su chaqueta.
—Pensé que te gustarían pero ya veo que me equivoqué. Lo siento, no debí. —agregó sin poder ocultar la tristeza en su rostro. —Quizás tengas razón y ¿Debería dejar de intentarlo verdad? Sé que me lo has dicho pero pensé... ¡OLVÍDALO! , nos vemos en la universidad, creo... —señaló, evitando mostrar las lágrimas que intentaban escaparse de sus ojos.
Se dio media vuelta y recogió el ramo para escapar del departamento. Avanzando hasta el ascensor para alejarse lo antes posible, pero unas manos le impidieron subir cuando se abrieron las puertas.
—Perdón, yo no... —musitó de manera poco audible él mayor. —Es sólo que no he tenido un buen día, dámelas... Las quiero, me gustan, me gustan mucho. —volvió a entonar.
Jungkook se volteó para quedar de frente al castaño, pero éste ocultaba su rostro entre las manos. —¡No!, de todas maneras estás ya están muertas desde que las compré y no quiero que nos pase lo mismo a nosotros, no era un buen regalo desde el principio. —indicó mientras lo estrechaba entre sus brazos. —¿Vamos adentro sí? —preguntó sin dejar de acariciar la espalda del contrario cuando éste dejó de temblar.
Tras ingresar y ordenar el desorden que había dejado el huracán de ojos marrones. Tomaron asiento juntos en el sofá, prendiendo el televisor para genarar algo de ruido en el lugar. —¿No vas a preguntarme qué pasó o por qué estoy así?
Y la verdad es que sí. Se moría por hacerlo, pero no quería presionar.
"Lo mejor siempre es dejar que él empiece a relatar sus emociones y sensaciones, lo qué le sucede, lo qué le causa temor y desconfianza". Le había recalcado Seokjin, por eso se reprimió las ganas de contestar de forma afirmativa.
Decidió sólo sonreír ante la pregunta y terminó soltando una carcajada cuando Taehyung frunció el ceño y se acercó un poco más a él.
—Mamá, quiere que me devuelva a fin de año a Canadá. Dice que allá puedo tener una mejor vida, y un mejor control sobre mi, de mi trastorno. —terminó de confesar.
—¿Qué le respondiste? —preguntó con curiosidad pero mostrándose lo más tranquilo posible.
—Que no. —suspiró cansado. —Tengo claro que Canadá es mejor calidad de vida por donde quiera que se le mire, y soy consciente también de que me ofrece mejores alternativas para mi tratamiento pero... quiero estar aquí, en Seúl está mi vida, todo. —señaló algo cabizbajo.
—¿Yo? ¿En Seúl estoy yo, él amor de tu vida? —inquirió sólo por diversión. Sin esperar lo que tendría a cambio como respuesta.
—Puede ser, quizás en gran parte se deba a que estás tú aquí. —respondió con las mejillas en tonalidades rosas, acomodándose bajo el brazo del menor que, ahora no dejaba de sonreír gracias a él. —Deja ya eso, Jeon. No tienes que ponerte tan feliz. —cuestionó tras observar de reojo al azabache.
Jungkook volteó a verlo y sin dejar su sonrisa de lado, lo apegó un poco más a su cuerpo para depositar un beso en su coronilla. —¿Sabes que te amo mucho más de lo que te puedas imaginas? —preguntó recibiendo un golpe en su rostro con el cojín.
—Lo sé... —murmuró entre dientes, al dejarse abrazar nuevamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.