¡sorpresa! ; jjk + kth

ú n i c o

JungKook usó sus pequeñas patas para saltar un poco más del casi infinito tramo que había recorrido, su cabeza se elevó un poco por los arbustos y su naricita se movió de un lado a otro buscando un aroma en particular.

Decidió quedarse detrás del arbusto, esperando, sus orejas aplastadas sobre su cabeza para que su ubicación no fuese revelada; él amaba tanto las sorpresas como darlas.

El río estaba cerca, lo tenía justo enfrente, pero aún no podía encontrar lo que estaba buscando; el sol iluminaba la zona con suavidad, el verde pasto y los árboles parecían brillar por las gotas de agua que habían llegado con la lluvia de la noche anterior. Todo olía a pasto y a flores perfumadas, el lugar era tan pacífico que nadie se imaginaría las innumerables peleas que ocurrieron entre ambos tramos y la gran cantidad de sangre derramada sobre aquella agua cristalina.

Aunque estaba muy lejos de casa él no podía sentirse preocupado por ese detalle. No había manera de que se arrepintiera, no cuando su corazón palpitaba emocionado y le gritaba que lo que estaba haciendo era lo correcto.

Se mantuvo mirando a los alrededores, un poco somnoliento por el suave sonido de los pájaros cerca.

Entonces escuchó algo. 

Se contuvo a elevarse para ver lo que podía ser y se mantuvo quieto, sus ojos luchando con el arbusto para poder ver aquello que se movía cerca del lago.

Sin dudarlo un segundo más, preparó sus patas traseras, levantó su cola y saltó.

Enganchó sus pequeñas y esponjosas patas al cuello del otro animal, sujetándose con fuerza para evitar ser lanzado. Se oyó un quejido sorprendido y ambos dieron vueltas por el pasto cuando el animal más grande perdió el equilibrio, JungKook se soltó cuando estuvo a punto de quedar aplastado y se colocó triunfante sobre el pecho del otro, moviendo su cola y elevando su rosada nariz.

Había ganado, otra vez.

El otro, humillado por su derrota, empujó con sus patas traseras al pequeño conejo lo más lejos posible y se inmediato comenzó a limpiar su cara llena de tierra y pasto.

—¡Oye! —se carcajeó Jeon cuando dejó de rodar y regresó a su forma humana, el zorro levantó sus orejas hacia él—. ¡No seas mal perdedor! —sus musculosas piernas se extendieron sobre el suelo, sus manos como apoyo y todo su cuerpo desnudo a la vista del otro.

El zorro entrecerró los ojos casi como si se sintiera ofendido y tomó carrera hacia él, Jeon no se movió ni un centímetro cuando lo vio saltar en su dirección, pero sí jadeó del susto cuando lo vio transformarse en medio del aire.

Ninguno sabía cuántas vueltas llevaban desde su primer encuentro, pero harían la suma de una más a la lista.

—Uhg... —se quejó el conejo.

—¡Tienes que dejar de sorprenderme así! —refunfuñó quien estaba encima—, saludar como alguien normal no te matará —sus ojos color miel brillaban de pura felicidad a pesar de intentar sonar molesto y Jeon le sonrió desde su posición en el suelo—. ¿De qué te ríes? —le dio un golpe en el pecho, sus labios haciendo un esfuerzo por no sonreír también.

—De lo bonito que luces enojado, TaeTae.

La cara de TaeHyung explotó en rojo y frunció su nariz, intentando lucir amenazante. Jeon sólo lo encontró más lindo y estiró sus brazos para tomar su rostro.

—Te extrañé... —confesó antes de besarlo.

El zorro suspiró sobre su boca, los aromas de ambos se mezclaron en una nube de olores fuertes que jamás debían mezclarse, pero aquello los hacía sentirse jodidamente orgullosos.

—Yo te extrañé más...

TaeHyung no pudo fingir más enojo y suspiró casi con alivio cuando JungKook volvió a besarlo, abrazándose al cuerpo ajeno para dejar que sus pieles de tocaran tanto como anhelaban.

—Ven aquí y demuéstrame cuánto me extrañaste —habló Jeon y TaeHyung rió encantadoramente, música para los oídos del conejo.

Ninguno se separó del otro por el resto del día, ambos se concentraron sólo en recordarle al otro el sabor de cuerpo mientras se susurraban promesas enamoradas, caricias suaves y besos cariñosos.

A ninguno le importó jamás ser de especies distintas, ser presa y cazador, ser alfas. Sólo podían pensar en lo locamente enamorados que estaban del otro y de que disfrutarían cada segundo al lado de su amante, ignorando con todas sus fuerzas la incertidumbre de saber si aquella sería la última vez que pudieran estar juntos.

────≪•◦⚜◦•≫────

¡Muchas gracias por leer, nos vemos~!

—zxℓуα.