37 - ¿Cómo podría ayudarte?

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Jeon sabía que sería un día extraño, había soñado con abducciones y otras cosas apocalípticas, terminado por despertar pasadas las tres de las madrugada, situación que para él era nefasta. Desde niño su padre le había contado que aquella hora era especial para los brujos, por lo tanto, odiaba despertar bajo ese conocimiento.

A duras penas se levantó, con cierto temor que hasta se sorprendió de sí mismo. Caminó con los ojos cerrados hasta encontrar el interruptor de la luz y así poder prenderla para poder disipar su miedo, y tras lograr su cometido, avanzó por el pasillo hasta llegar a la cocina.

Abrió la nevera y se sirvió un poco de agua helada que había guardado horas atrás. La bebió de un sólo sorbo para calmar su nerviosismo. Apoyó sus manos sobre la pequeña mesa en la cocina, manteniendo la cabeza abajo y suspirando profundo, para luego enderezar su cuerpo.

3:47.- Marcaba el reloj del living.

Decidió entonces que se bañaría, sabía que ya no volvería a dormir. El sueño se le había espantado y ya comenzaba a tener hambre. Volvió a su habitación por toallas y luego fue a bañarse.

Una vez terminó de vestirse, comenzó a preparar su para nada nutritivo desayuno. Un café amargo para así elevar su energía, y luego salteó un par de huevos con tocino para acompañar el pan.

Ya para las 05:13 cuando todo acabó, aún le quedaba tiempo libre que matar, así que, tomó asiento en su sofá y buscó alguna película que le llamara la atención.

Se detuvo en aquella donde él chico del autobús, estaba enamorado del rubio que siempre pasaba por su lado en el skate, y que tras una bonita coincidencia, terminaron juntos para toda la vida. No pudiendo evitar el compararse con la bonita pareja.

Sin duda él sería él chico del skate, pensó.

Apagó el televisor a las 07:06 para terminar de prepararse para la cita. Lavó sus dientes, se perfumó y se arregló lo suficiente para causar una buena impresión.

Luego tomó las llaves de su auto y salió rumbo al lugar de encuentro. Al llegar las piernas le temblaban, sus manos se habían vuelto sudorosas y había comenzado a realizar aquel extraño toc con su pierna.

Estaba sentado mirando a toda las personas pasar, nunca había estado tan nervioso en su vida. Se preguntaba si era el mismo efecto que causaba él sobre Taehyung. Había visto el miedo en sus ojos cuando visitaron el lugar por primera vez.

-¿Sr. Jeon Jungkook? -preguntó una muchacha, sonriéndole tras tocarle el hombro.

Jungkook pegó un pequeño saltito ante el contacto. -Oh si, lo siento. Soy yo. -respondió, intentando sonreírle a la chica que se carcajeaba debido a la reacción.

-No se preocupe, puede usted pasar. Kim Seokjin, lo espera adentro en su consulta. -finalizó, señalizando el lugar a donde debía ingresar.

Se levantó rápidamente, caminado a pasos apresurados pero mecánicos, como si de un robot se tratase. Tocó la puerta y tras recibir la aprobación del mayor, ingresó al lugar.

Seokjin lo miró desde su escritorio, sonriendo ladino cuando notó lo nervioso que él azabache estaba. -¡Hombre que no muerdo! -exclamó antes de ponerse de pie. -No soy tan terrible como dice mi primo o al menos, no con los demás... -agregó mientras acomodaba una silla frente a él. -Toma asiento Jeon, esto no es un interrogatorio, sólo quiero hablar un par de cosas contigo y pedirte otras tantas.

Jungkook asintió, acomodándose en la silla frente a Seokjin mientras éste, volvió a sentarse en su lugar.

-¿Cómo podría ayudarte? -cuestionó al sentir mayor confianza con él rubio.

-De muchas maneras pero primero, necesito que me cuentes un par de cosas y por favor, se sincero conmigo. -indicó, acercando un vaso de agua hasta Jungkook, apoyando uno de sus codos sobre la mesa y la mano sobre su mejilla, relamiendo sus labios resecos.

El gesto, Jungkook pudo notar aquel mismo gesto de Taehyung en Seokjin. No había duda, no sólo tenían rasgos físicos muy parecidos si no también sus formas de actuar eran similares. Le parecía curioso y divertido que siendo tan semejantes, él menor de los dos le tuviese tanto terror al mayor. Quizás eran cosas de familia, quién sabe. -Bien, pregunta lo quieras... -instó tras carraspear su garganta.

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Revenge | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora