14

168K 8.3K 1.6K
                                    

«¿Por qué perder el tiempo ocultándolo dentro? Quiero que seas mío.»

Try – The xx.

Me quedé un instante en el pasillo con la espalda apoyada en la puerta del departamento de Will. Me sentía devastada. Por mi mente pasaban miles de cosas por segundo y no podía controlarlas.

Cerré los ojos para tranquilizarme un poco y me sentí como en una de las películas que veía junto a Halley en donde cada vez que dos personas se peleaban y una le decía a la otra que se alejara, esa persona le hacía caso estúpidamente y se iba. Yo no quería ser esa persona. Yo no quería alejarme sin respuestas y que todo pareciera un fragmento de una tonta película.

Levanté mis párpados, abrí la puerta y volví a entrar al departamento. Will no se había movido, pero ahora se encontraba con sus manos en los bolsillos de sus tejanos y con la vista perdida en el suelo. Se volteó de inmediato al oír que la puerta se abría.

—Vete, Annaleigh —ordenó.

¿Acaso era lo único que podía decir?

—No.

—¿Qué quieres? —sonaba duro.

—Respuestas —mi voz era tranquila pero segura.

Will echó su cabeza hacia atrás y soltó un suspiro. Luego me miró a los ojos y, a pesar de que intenté, no pude descifrar su expresión.

—¿Qué es exactamente lo que quieres saber? —dijo resignado.

De pronto me di cuenta de que no sabía lo que exactamente quería saber. Respiré profundamente por un instante y dije que lo primero que paso por mi cabeza.

—¿Qué tienes contra Brandon? —definitivamente esa era unas de las peores preguntas que podría haber hecho, pero mientras me respondía podría formular una más útil para resolver la nube de confusión en la que se había convertido mi mente.

—Su existencia no es de mi agrado —dijo solamente. Su tono indicaba que no iba a responder más que eso sobre el tema.

—¿Por qué te preocupas por mí? —dije recordando lo que él había dicho hacía unos momentos.

—Eso... ya te lo he dicho.

—Esa no es una respuesta.

—Siento que debo protegerte —murmuró.

—¿Por qué? —di unos pasos hacia él.

—Eso mismo me pregunto desde el día en que te seguí hasta el estacionamiento de Movin' On para asegurarme de que estuvieras bien —dijo apartando la vista de mis ojos.

No sabía cómo reaccionar. Sentía que me estaba ocultando algo, pero, ¿que era?

—¿A qué te referías cuando dijiste que te estaba volviendo loco? —debía seguir preguntando y no perder tiempo, en cualquier momento podía dejar de responderme y dejarme con muchas dudas.

—A que me estás volviendo loco —dijo con tono burlón.

—Esa tampoco es una respuesta.

—¿No tienes otra pregunta? —preguntó nervioso mientras se rascaba la nuca.

—No hasta que respondas esa.

Me sentía genial. Por una vez desde que conocía a Will yo era quien llevaba las riendas de la conversación.

—El día en que comenzamos a hablar pensé que eras una chica más, que eras egoísta como todas las del colegio y que sólo querías lo mejor para ti —fruncí el ceño ante su poco agradable confesión—. Cuando te llevé a Dark Game y te pusiste el vestido que escogí para ti... diablos, Annaleigh, te veías tan bien —sentí que mis mejillas comenzaban a arder—; pero de todos modos seguía pensando que eras una más. Luego tú y Daxton me contaron lo de la bofetada y en ese momento me di cuenta de que eras diferente a todas, pero de una buena manera, no lo malinterpretes, por favor. Y luego de que conocí a tu madre y tu soltaste algunas cosas sobre ella... me di cuenta del por qué querías aprobar el proyecto, no era por ti, solo querías complacerla a ella. Tú no tienes ni un pelo de egoísta, tú no eres como yo.

SCARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora