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Creen que todas las personas son intrínsecamente buenas, tal vez simplemente mal entendidas.
Son curiosos a la hora de entender a las personas de su alrededor, y son flexibles y tolerantes excepto cuando ven amenazados sus valores
No tienen ningún interés en tener poder sobre los demás y no se preocupan demasiado por las actitudes dominantes. Prefieren un enfoque más democrático y trabajan arduamente para garantizar que se escuche cada voz y perspectiva.
Una actitud de vivir y dejar vivir viene naturalmente a los INFP, y no les gusta que las reglas los limiten.
Los INFP comparten una creencia sincera en la idea de las relaciones: que dos personas pueden unirse y hacerse mutuamente mejores y más felices de lo que estaban solos, y realizarán grandes esfuerzos para mostrar apoyo y afecto para hacer realidad este ideal.
Devotos a las personas de su círculo interno, los INFP cuidan del bien emocional de los demás, consolando a los más afligidos. Guiados por su deseo de armonía, prefieren ser flexibles a no ser que sus valores se vean traicionados. En ese caso, se convierten en apasionados abogados de sus creencias. Son capaces de tomar en cuenta las opiniones de los demás con tacto, diplomacia, y con la habilidad de ver los diferentes lados de un problema.
