El beta pequeño frunció el ceño, confundido.

—Pero tú lo haces.

Ay, por la Luna. Taehyung tuvo unas ganas enormes de rodar los ojos.

—Sí—dijo en cambio, con lentitud—, y arriesgo mi vida día a día para conseguir comida, cachorro. —Soltó otro suspiro.

Jimin pareció pensarlo por un momento.

—Entonces con más razón debo ayudarte, Tae-tae. ¡Porque te arriesgarás dos veces si consigues comida por mí! —dijo levantando dos deditos de su mano.

Taehyung no pudo evitar que las comisuras de su boca se alzaran en una sonrisa suave. Bajó los deditos de Jimin envolviéndolos con su propia mano, la que era mucho más grande que la de él.

—¿Realmente quieres hacerlo? —preguntó Tae, suavemente y acariciando la mano ajena. El niño asintió vigorosamente.

Era estúpido enseñarle, Tae lo sabía. Jimin solo tenía ocho años. Él tenía trece cuando escapó del Internado y aprendió a robar. Chimchim era apenas un niño, ¿qué iba a pasar si lo atrapaban robando? No obstante, los ojitos del pequeño brillaban con tanta, tanta esperanza que su ser interior hizo cortocircuito y dejó de pensar con lógica.

Taehyung soltó un gran quejido y casi se arrepintió cuando dijo:

—De acuerdo, te enseñaré.

Chanyeol, que estaba muy calladito hasta ese momento, se levantó de un salto, soltando un gran grito de júbilo.

—Yo lo enseñaré—aseguró enseguida el más alto. Tomó la manito de Jimin que estaba libre y le dio un ligero tirón acercándolo a su lado. Taehyung seguía mirándole enfadado. —Soy muy bueno en esto. Terminarás hecho un maestro de las sombras—dijo mirando al cachorro.

Jimin soltó una risita, feliz. Siguió a Channie, que lo guio hasta el final del callejón, hacia el lugar de la calle. Observaron como la gente pasaba por ahí tranquilamente en dirección a la plaza del pueblo, que era también el centro de este último.

Taehyung se puso de pie de un salto, tomando la mano libre de Chimchim. 

—Eh, eh, eh—dijo Tae mirando a su mejor amigo—. Detén el buque, Channie hyung. Chimchim puede aprender mañana.

El beta mayor miró a Jimin.

—¿Quieres aprender mañana? —le dijo al niño. Jimin -el traidor- negó rápidamente con la cabeza—. El cachorro ha hablado. Tendrá que ser hoy—declaró el mayor solemnemente.

¿Qué?

—¡Ni siquiera habló! —resopló Tae, pero ni su mejor amigo ni el cachorro le prestaron atención.

Taehyung bufó frustrado como por enésima vez ese día y se colocó detrás de Chanyeol, atento a todo, por si las cosas llegaban a salir mal. No tenía por qué pasar nada malo, pero no se fiaba. Había un intenso dolor en la boca de su estómago mientras veía a Jimin mirando a Channie con ojos anhelantes.

Gruñó, sintiéndose un pelín desplazado.

—El primer paso es ser invisible—le dijo el mayor de los tres a Jimin con una sonrisa críptica.

Jimin, por su parte, estaba fascinado. ¡Cómo era posible que Chanyeol hyung fuera tan genial! Debía saber muchas cosas, porque se notaba que era un beta con mundo. Tenía esa expresión graciosa en el rostro y era muy amable. ¡Además era muy alto! Oh, él quería crecer tanto como Channie hyung

—¿Invisible? —tuvo que preguntó el menor, con la emoción bullendo por sus ojitos.

—Sí—contestó Channie. Se veía igual de emocionado que él—. Somos betas, así que no tenemos un olor fuerte, ¿lo sabías no? —El menor asintió. Claro que lo sabía. Hyuna jamás olía a nada, pero la Superiora Yon tenía un aroma tan fuerte que hacía que todos los cachorros betas estuvieran incómodos. —Por lo que es un poco más fácil cuando tenemos que movernos por entre la gente, pero no es tanto como parece. Los alfas y omegas confían mucho en sus olfatos, así que de vez en cuando no tener aroma definido también es un problema.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now