El ceño de Hinata se frunció, su padre no sonreía, además había algo en su rostro, algo que era incapaz de describir. Se aferró aún más a la sábana que cubría su desnudez, paseando su mirar luna por la habitación, ¿dónde estaba Sasuke?

-Cariño.

Los ojos blancos femeninos se abrieron con sorpresa al escuchar el llamado y su mente viajó indiscutiblemente al pasado...

Su padre no sonreía, no era cariñoso sin embargo años antes siendo solo una niña había captado ese inusual comportamiento con su madre.

-¡Papá!—Lo llamó cuando él se inclinó hacia ella en un movimiento que supo nada tenía de paternalista.

En su intento de huir se vio atrapada en las sábanas lo que provocó que cayera al suelo golpeándose la cadera, lanzó un leve quejido, conforme sus manos le servían para incorporarse y tratar de cubrirse.

-¿Cariño te has hecho daño? Ya no estés triste, verás que esta vez funcionará, me darás un varón.

-Papá, soy Hinata—Masculló cuando se dio cuenta que él venía nuevamente hacia ella.

Sin embargo pronto se vio acorralada contra la pared, sentada en una esquina solo pudo ver la imponente figura del castaño ponerse a su altura.

Solo en ese momento reflexionó levemente de la extraña situación, ¿dónde estaba Sasuke? ¿por qué su padre estaba ahí y por qué actuaba tan extraño y no podía reconocerla?

La mano de su padre tocó su mejilla en su primera caricia cariñosa, sin embargo pudo leer que no era para ella y la situación le llenó los ojos de lágrimas.

-Papá—Volvió a llamarlo cuando le notó la respiración agitada, ¿por qué diablos no la oía? ¿Acaso la ignoraba deliberadamente?

Hinata lo tomó de los hombros cuando él comenzó a inclinarse sobre ella en un intento de impedirlo, fue evidente que deseaba besarla y por tal razón casi entró en pánico. Sin embargo una fuerza mayor logró alejarlo.

Aún con la respiración agitada Hinata observó a Hiashi aterrizar a un lado de la puerta, Sasuke lucía desconcertado y su expresión le revelaba que se encontraba furioso.

-¿Qué diablos?—Masculló el moreno mirando al mayor, tenía asuntos que resolver con Hinata pero la situación lo hizo posponerlo momentáneamente.

-Me está confundiendo con mamá—Susurró Hinata en modo de respuesta.

Los ojos negros se entrecerraron mirando de uno a otro, Hinata tenía el semblante triste y desconcertado, Hiashi parecía mirarlos con horror.

Sasuke hizo girar las aspas de su sharingan un simple movimiento que hizo volver en razón a Hiashi. La mirada luna perdió cierto tinte de horror para volverse repulsiva, pareció encontrarse por un momento desubicado y tras notar la parcial desnudez de su hija giró la vista para ignorarla.

Sasuke entrecerró los ojos tratando de analizar la conducta del mayor, sin duda alguna momentos antes se encontraba fuera de sus sentidos, su byakugan experimentado e incluso su propio cuerpo había despertado para protegerse pero el hombre en sí no estaba bien, a simple vista a parecía pelear una lucha interna para explicarse a sí mismo la situación, el por qué estaba frente a ellos y en aquella penosa situación.

Hiashi se levantó lentamente del suelo.

-¿Qué le has hecho a mi hija?—Pronunció con voz ronca.

Volvía a ser el hombre elegante y diplomático que conoció años atrás. Sasuke desvió su rostro y el mayor prosiguió:

-Hinata fue educada para comportarse como una dama pero tú, algo le has hecho para que ella actúe de manera tan vil y repugnante.

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