Veintitrés

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¿Por donde empezar?

Luego de que eso haya sucedido las cosas no fueron cómo antes, teníamos más protección en ambas familias, luego de ocho meses y a dos semanas de cumplir nueve meses de embarazado y que Kate Roberts haya desaparecido de nuestras vidas.

Todos agradecimos que ella se haya ido, pero como no pudimos encontrar a Kate, Michael, Calum y Ashton se fueron de Los Angeles ya que no querían recordar más la muerte de su mejor amigo.

Y mi hermana había decidido irse con ellos aún sabiendo lo que seguía sintiendo por Riker, algo que la intente rogarle que se quedara, pero Ashton estaba en un extremo de ella presionandola para que se fuera con ellos.

Dos meses de eso, y no sabíamos nada de los cuatro, Luke había sido enterrado hace nueve meses acá, y estábamos apunto de brindarle una misa la cual esperaba con ansias que ellos asistieran.

Le había mandado la invitación por correo a Leah la cual me estaba ignorando, me había enterado que Riker y ella antes de irse junto a sus amigos se estaban viendo a escondidas, algo que no entendía el porque se iba, tenia que haberse quedado con quien verdaderamente ama.

—Insisto los ocho meses te están haciendo pensar mucho—sonrió inconscientemente a su voz.

Giro en mi asiento para verlo apoyado en el marco de la puerta, el me sonríe entrando a nuestra habitación, se sienta enfrente mía para lentamente inclinarse hacia mi depositando un beso en mis labios.

—Dos semanas más—susurra el emocionado. — Deseo tenerlos ya en mis brazos.

—Demonios Ross, tengo mucho miedo...—el me abraza mientras seguíamos hablando—Tengo miedo de alguno de los dos se complique todo como en esas películas.

—Te he dicho que no las veas.—gruñe el besando mi frente —todo absolutamente todo saldrá bien, yo estaré a tu lado para recibir a nuestros mellizos.

Sonrió, desde que la doctora nos dio esa noticia Ross no paraba de mencionar que tendría mellizos, se lo contaba a cada persona, a las fiestas que salíamos decía que iba a tener mellizos, en su último concierto había gritado en un mes tendría a sus mellizos y que por eso no estarían más en gira porque tenia que estar conmigo.

Algo que le dije que no era necesario, que estaba bien pero, no podía prohibirle eso, era su deseo estar conmigo ahora.

—Mañana tenemos la ultima cita, luego estarás cuatro días más en casa para después prepararnos—él no para de sonreír lo que me causa ternura.

—Me voy al hospital dos días después de la misa para Luke—el asiente acariciando mi mejilla.

—Si mi amor, ya tengo todo listo para ese día —sonrió mientras tomo su rostro para besar sus labios.

Había mejorado tanto su relación con Ross desde lo sucedió, ambos habían aclarado sus diferencias, habían aclarado todo lo que los atormentaba, y con ello llevo a que en los próximos cinco meses el y yo al fin nos íbamos a casar.

Camila y Valentina estaban preparando ya todo junto a Stormie y mi madre, yo estaba ayudandolas pero tenia que estar descansando por el embarazado.

—Ya quiero tenerte como esposa.—susurra el besando mi mejilla. —los niños tendrás cuatro meses ya los podremos dejar con los abuelos—empecé a reír.

—Tienes todo planeado Ross.—besé sus labios—Ahora dime ¿Ya tienes pensado el nombre de los mellizos?

Asiente rápidamente.

—Ya que me tocó elegir el nombre de la niña se llamará...—sonrió—... Emma.

Lo único que hago es abrazarlo mientras sonreía.

Me enamoré de ti, Lynch. ➸Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora