siete

2.7K 357 51
                                    






— Y... ¿Cómo te fue hoy?

Sehun se toma unos segundos para hacer pasar la comida en su boca, y alza la mirada en su dirección— Repites la misma pregunta todos los días ¿podrías dejarla? —expresa aburrido con un tono cansado, volviendo a lo suyo— Me molesta.

Luhan calla, aparta la mirada y cruza los brazos sobre la mesa sintiéndose mal y sin ganas de pedir algo para comer.

Ambos suben al auto del peliblanco, quien se ve estresado y molesto.

— ¿Sabes Sehun? —intenta conversar nuevamente— Hoy me fue bien en el trabajo, dijeron que debería dedicarme a cantar mis canciones y a sacar un disco —río forzadamente— Aparentemente para mis amigos, tengo todo el talento que un idol necesita como la apariencia, baile, carisma y composición ¿puedes creerlo?

El otro no responde.

— ¿Sehun? —fija la vista en su dirección, pero el otro parece ido— Sehun — le llama en un tono más alto.

Entre frustrado e intimidado, Luhan toca uno de sus hombros de modo dudoso, lenta y reiteradas veces con la punta de su dedo.

El peliblanco voltea en su dirección apartándose del contacto— ¿Y ahora qué mierdas quieres? No me gusta que me toquen así, lo detesto.

— Amm... yo... perdón... —se disculpa apartando su mano— No lo sabía.

— ¿No se supone que las parejas deben saber ese tipo de cosas? —Sehun pone los ojos en blanco.

Por unos segundos, Luhan se siente terriblemente apenado.

Pero la frustración es la que predomina en su interior, aquella que comienza en una simple chispa pero que se ha ido alimentando a lo largo de todos esos meses en los cuales solo él ha dado de su parte, solo él ha considerado los sentimientos ajenos.

Sehun no sabía nada de él.

Sehun nunca ha tenido la iniciativa.

Sehun no lo trata como a un novio.

Sehun...

Sehun...

Sehun...

La frustración se va convirtiendo en enojo, dejando la vergüenza muy atrás con incógnitas sin responder, malos recuerdos y sentimientos reprimidos.

Y finalmente, en algún punto de toda esta revolución en su cabeza, este último sentimiento pasa a ser cólera.

— Sehun... —le llama una vez más, en un tono que denota una serenidad que nunca había sido dirigida al otro— ¿Puedes parar el auto? —pregunta con amabilidad.

Con sus palabras oídas, Sehun se soba la cien y estaciona el carro.

Y Luhan solo toma su mochila, abre la puerta, y sale alejándose de allí.

Siente una presencia cercana en su espalda— ¿Qué se supone que estás haciendo?

Escuchar aquella sola pregunta le molesta aún más, y volteando en su dirección expresa por primera vez con sinceridad— Estoy enojado, y ya no puedo soportar esto, me voy.    





La Importancia [Hunhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora