Capítulo 7

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*Días después*

*Narra Jeason*

Caminaba sin rumbo por las calles con mis manos en los bolsillos. En ese mismo instante nada me importaba, nada era importante. Mis pensamientos eran extraños. Medio ángel medio demonio. ¿Enserio? No me lo creía. Saqué mi mano izquierda de mi pantalón y la lleve al bolsillo de la chaqueta. La caja de cigarrillos estaba allí. Cogí uno y me lo lleve a la boca. Lo encendí y disfruté del sabor de la nicotina bajar por mi garganta. Oh si. Por fín. Solté el humo suavemente y fuí a dar otra calada pero caí al suelo. Me había chocado con alguien. Mi cigarrillo ya no estaba en mi boca si no el suelo. Me levanté y sin querer lo chafé apagandolo.

-Mierda -dije en voz baja.

-Lo siento, ha sido mi culpa -dijo una voz dulce.

Directamente miré hacia abajo y vi a una chica. Dios mío. Papá, si me has enviado tú este ángel, te amo. Su cuerpo era delgado con piernas largas. Vestía unos pantalones pitillo con una camiseta blanca por dentro con un cinturón marrón de complemento. Llevaba unas bailarinas marrones que iban a conjunto con el bolso y el cinturón. Me quedé mirando como recogía las cosas del suelo-que no eran muchas-..

-No, fué mía, -la ayudé a levantarse- no miraba por donde iba.

Ella levantó la cabeza y sus ojos azules chocaron con los míos castaños. Nos quedamos así por un buen rato, hasta que parpadeó y apartó su mirada de la mía. Joder, quería seguir contemplando esos ojos.

-¿Estas bien? -le pregunté mirando si tenía algun rasguño.

-Si, estoy perfectamente gracias -Se limpió los pantalones azul marino que llevaba.

-Me llamo Jeason -le sonreí.

-Soy Emma -se colocó el bolso marrón sobre el hombro.

-Se que sonará raro pero -me miró atenta-, quiero invitarte a un café, para pedir disculpas, claro.

Ella se quedó pensando. Mierda ¿había sido demasiado directo? Joder, solo quiero estar más tiempo con ella. 

-Bueno está bien, pero solo un café -mi conciencia sonrió.

Empezamos a caminar. Un silencio algo incómodo nos rodeaba. Era la primera vez que estaba nervioso con una chica. ¿Que le digo? ¿que le digo?

-¿Que... buen tiempo hace, no? -¿enserio, solo se me ocurré hablar del tiempo?

-Si -se mordió el labio. También estaba nerviosa.

-Cuentame de tí -me miró-. Vámos, solo quiero conocerte.

-Esta bien -escuché como tragó saliva-. Me llamo Emma Farrow, tengo dieciséis años. Soy de Shannon... -la interrumpí.

-Espera- paramos y me giré a verla al igual que ella a mí-. ¿Shannon? ¿Irlanda? -pregunté con curiosidad.

-Sí -sonrió- ¿Continuo? -me preguntó.

-Oh, sí, sí, claro -sonreí.

-Pues, vine aquí a los once años ya que mis padres encontraron trabajo aquí. Ya -la miré.

-¿Es todo? -asintió.

-Todo lo que de momento deves saber -fruncí el ceño-. Te toca.

-Me llamo Jeason Hornung, soy de aquí, Boston. Tengo dieciséis años. Ya-me miró con una ceja enarcada- ¿Que?

-Hablame de tus padres. -me dijo.

-Em -me empecé a poner nervioso-. Mira ya llegamos.

Le abrí la puerta y ella entró seguida de mí. La cafetería era bastante acojedora. Las paredes eran de un rosa pálido con cuadros colgados. Las mesas eran de madera al igual que las sillas. nos sentamos en una al centro de la cafetería. Después de unos minutos un camarero se nos acercó. Debería tener unos treinta y tantos años, pero al tenerlo más cerca me di cuenta que era más joven. 

-¿Que desean tomar? -preguntó con su libreta en la mano.

-Yo quiero un café con leche -apuntó en su ibreta.

-Yo un chocolate caliente -apuntó el pedido de Emma.

-Bien, dentro de cinco minutos se lo traigo -asentimos.

El camarero se fue. Yo miré mis dedos que estaban por debajo de la mesa. Sentí la mirada de Emma encima de mí. Levanté mi mirada con mis labios fruncidos y la examiné. La expresión seria de mi cara no la quitaba nadie. Sus pomulos estaban sonrojados bajo mi mirada. Sus labios se volvieron poco a poci rojos.

-Céntame de tus padres, vamos -me animó sonriendo.

-Es que, no me apetece -admití.

-¿Por que? -preguntó.

Para mi suerte el camarero llegó con nuestro pedido. Dejó las tazas en la mesa delicadamente. Estas soltaban un humo blanco. El camarero se retiró dejándonos de nuevo solos. Emma me miraba esperando una respuesta. Una respuesta que nunca saldría de mis labios.

-Vámos, dime. Me estas dejándo con la intriga -me animó sonriendo.

Lo que menos quería en este momento, era que mi demonio saliera a la luz. Le negué con a cabeza. Y, por lo menos me pareció a mí, lo entendió.

-Esta bien -suspiró.

-Te juro que algún día te lo contaré -le dije y dí un sorbo a mi café.

-¿Algún día? -preguntó algo confundida.

-Sí -le sonreí.

-Creía que solo era un café -adimtió.

Mierda.

-Creo que, esto será algo más que un café -le dije.

-Una ¿amistad?-preguntó.

Yo solo levanté una ceja rápidamente y la volví a bajar en respuesta. Ella cogió su taza y dio un sorbo. Levantó su mirada al ver que la estaba mirando atentamente. Tragó el chocolate y se levantó.

-Creo que ya tengo que irme -dijo.

Yo también me levanté. Me acerqué a la caja y pagué. Ella estaba saliendo de la cafetería a toda prisa. Corrí hacia ella y la tomé del brazo dandole la vuelta. Se tropezó con su propio pie y se tubo que sujetar de mi pecho.

-Te juro algun día contarte todo -me miró a los ojos-. Pero ahora no.

Sin que se diera cuenta le puse mi número de telefono en el bolsillo. La solté poco a poco y ella bajó la mirada. Tímida. Era algo tímida. La solté de los hombros y me miró.

-Gracias por el café -le sonreí.

-Nos volveremos a ver -le dije seguro.

-Adiós, Jeason -empezó a caminar.

-Adiós, Emma -la saludé con la mano.

Me puse las manos en el bolsillo y caminé directamente a mi casa. Pero, ¡mierda! si no sabía ni donde estaba. Miré a mis lados y vi una calle que se me hacia parecida. Caminé hacia ella y, era la que daba a mi casa. ¡Seré estúpido! estaba justo delante de mí. Vi la puerta de mi casa y saqué mis llaves del otro bolsillo de la chaqueta. Abrí la puerta intentando no hacer ningún ruido. Mis "padres" estaban sentados en el sofá mirando la televisión. Caminé hacia uno de los sllones y me tiré en él.

-¿Que miráis? -pregunté.

-Un progama de cocina -los miré con una ceja enarcada-. Es lo único que hacen.

-Buenas noches -me levanté.

-Buenas noches -dijeron al unisono.

Me fuí directamente a mi habitación. Emma, Emma, Emma. Se que nos volveremos a ver. Alguien en mi cabeza me lo dice y se quien es ese. ¿Verdad papá?

  

ÁNGEL Y DEMONIO (Louis Tomlinson Fanfiction) TERMINADA #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora