O3; CONDESA COFFEE

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TOM ENTRÓ a la cafetería, y por primera vez, Angela ya estaba ahí

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TOM ENTRÓ a la cafetería, y por primera vez, Angela ya estaba ahí. Estaba sentada en una silla en el rincón, con una libreta sobre la mesa y una taza de café con una rebanada de pastel de chocolate. Golpeaba su lapicero contra la libreta, mientras se mordía el labio, con la vista fija sobre las hojas. Había estado realmente exagerando diciendo que era una tortura estar con Angela cuando en realidad podía ser mucho peor. Angela era muy bonita, con las pestañas rizadas naturalmente y seguridad en sus ojos.

Tom pidió un chocolate caliente y se encaminó a la mesa donde Angela estaba. Angela alzó la vista, sonriéndole y guardando su libreta antes de que Tom pudiera ver lo que estaba escribiendo.

—¿Disfrutando de nuestro día libre? —preguntó Angela, pasándole la rebanada de pastel. Tom lo aceptó, partiendo un pedazo con la cuchara y llevándoselo a la boca mientras asentía.

Angela lo miró, divertida.

—¿Estás seguro de que puedes comer eso?

—Oh, mierda —maldijo Tom, haciendo una mueca. Su dieta era muy estricta, más ahora que estaba filmando. Angela soltó una risita.

—Podemos ir al gimnasio más tarde —ofreció Angela—. Yo aún no he ido.

—Suena como un plan —Tom sonrió.

—Oh, por cierto. Pensé que deberíamos de tener unas... Reglas. Bueno, reglas es una palabra muy estricta. Solo pensé que tal vez sería más fácil para ti que fuera de esa manera.

—Está bien —dijo Tom, perdiendo ligeramente la sonrisa por el recordatorio sutil de que no estaban ahí en plan de amigos.

—Primera regla: no podemos salir con nadie de verdad en lo que dure esto. Solo traerá conflictos y atención que nos puede hacer daño. ¿Crees que puedas con ello?

—Tiene lógica —dijo Tom, además de que no creía que si había pasado toda su vida sin novia repentinamente encontraría a alguien en lo que fuera que durara su relación falsa.

—Segunda regla: harás lo que yo te diga en las citas. Soy tu maestra, la experta —le guiñó el ojo. Tom casi se sonrojó, pero en su lugar puso los ojos en blanco, cruzándose de brazos.

—Con una condición. Yo escojo la mitad de los lugares de las citas.

—Bien —cedió Angela fácilmente—. Tercera regla: Nadie puede saber que esto es falso.

—Dah, eso es obvio.

—Solamente quería dejar eso claro —Angela tomó el pastel, y usando la cuchara que usó Tom, partió un pedazo y se lo llevó a la boca, relamiendose los labios. La mirada de Tom fue a ellos porque bueno, era un chico y Angela tenía labios bonitos. Angela sonrió—. Cuarta regla: tenemos que hacer más cosas juntos, más que solamente citas. Tal vez comer juntos en el set, ir al gimnasio juntos, cosas así.

—¿Debería cargar tus cosas en el set? —preguntó Tom, nervioso—. ¿Y cómo debo actuar alrededor de ti? ¿Y con los demás?

—Tom, eres adorable. Solo trátame como una amiga a la que le tomas de la mano. Los demás no preguntaran mucho, y si lo hacen, di que eres tímido con tu novia.

—¿Por qué tengo que decir que soy tímido? —preguntó Tom, sintiéndose ligeramente ofendido.

—Porque en el Internet hay miles de fotos mías tragándome con la mitad de Hollywood —dijo Angela sin vergüenza. Tom abrió la boca y luego la cerró, sin saber qué decir—. Oh, vamos. No seas uno de esos que tachan de zorras a las chicas por hacer lo mismo que los chicos.

—No, solo que... no pareces como ese tipo de chicas —balbuceó.

—¿Cómo son ese tipo de chicas? —Angela enarcó una ceja.

—Uhh... Bueno... tu sabes... Creo que debería callarme.

—Cuarta regla: los besos solamente serán cuando la situación lo amerite.

—¿A qué te refieres con eso?

—Cuando la situación lo amerite lo sabrás —dijo Angela misteriosamente—. Quinta regla: no puedes enamorarte de mi.

—Espera, ¿qué? —preguntó Tom, confundido. Angela lo miró suavemente, directo a los ojos.

—Mira, te lo dije. Es obvio que yo me voy a enamorar de ti. Me enamoro bastante fácil y eres un gran chico. Pero tú, tú no puedes enamorarte de mi porque voy a romperte el corazón inevitablemente. Como te dije, así soy yo. Y cuando esto acabe, seré yo la que termine con el corazón roto y lloraré y gritaré, y luego lo superaré.

Tom tenía muchas preguntas. Ni siquiera sabía cómo empezar ni qué decir. Y no sabía si Angela contestaría lo que preguntara, así que sólo dijo lo primero que se le vino a la cabeza:

—¿Por qué?

—Porque así son las cosas. ¿Por qué soy así? ¿Por qué no puedo tener una relación normal? ¿Por qué un psicólogo tendría la investigación de su vida si estudiara lo que hay en mi cabeza? —Angela se encogió de hombros—. Ahora nunca volvamos a hablar de eso. ¿Quieres añadir otra regla?

—Angela...

—¿Quieres o no? —preguntó Angela, un poco más brusca. Tom tomó aire.

—No, supongo que no.

—Bien —Angela acabó su taza de café de un golpe y la dejó sobre la mesa—. Debo de ir a comprar algo, ¿nos vemos en el gimnasio a las 6?

Tom asintió.

Angela se puso de pie y se marchó. 

⭐⭐⭐

¿qué les pareció el capítulo? perdón si tiene algún error de ortografía o algo que no tiene sentido, es que literalmente lo hice en una de mis clases, en el celular jejeje. bueno, espero les guste! gracias por leer xx

love game / tom hollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora