Capítulo 26: Au clair de la lune.

En başından başla
                                    

—¿Qu-quién eres? ¿Qué ha-haces aquí?

La chica solo pone su dedo índice en sus labios en señal de silencio, señala detrás de Clarissa haciendo que la mujer mire atrás presa del miedo, cuando voltea la puerta de entrada es abierta y por ella entra una cabellera rojiza que deja inconciente de un golpe a la mujer castaña.

Anubys mira como Clarissa cae al suelo inconciente, puede ver claramente como un hilo de sangre sale desde la parte donde Eris la golpeó con el bate.

—Eris, está sangrando.

—¿Qué me importa? Lo máximo que puede tener es un traumatismo, e igual hoy muere.—Eris se encoge los hombros restando importancia al asunto.—Toma sus piernas y yo sus brazos, vamos a llevarla al lugar donde ella me mantuvo a mí durante tanto tiempo.

Hacen lo indicado para luego levantar a Clarissa, el cuerpo inerte de la mujer pesa demasiado para las dos chicas que ejerciendo todas sus fuerzas logran moverla.

Al llegar a la puerta Eris la abre con un puntapié, entran e inmediatamente sus narices comienzan a picar producto del polvo y suciedad acumulado durante el tiempo de abandono.

Lanzan a Clarissa al suelo haciendo levantar diversas partículas de polvo.

—La muy perra fue incapaz de limpiar un poco, así sea en mi memoria.—Dijo Eris limpiando de sus hombros el polvo que había caído desde el techo, las telarañas habían vuelto a invadir cada rincón del sitio.

—Si no limpió la casa, ¿Qué te hace pensar que iba a limpiar el sótano?—La respuesta de Anubys fue soltada con obviedad haciendo que Eris asintiera en acuerdo a sus palabras.

—Es cierto ¿Comenzamos, amiga?

—Cuando tú quieras y estés lista, Eris.

Las dos chicas proceden a amarrar a Clarissa con unas cuerdas, evitando la movilidad de la mujer cuando fuera despertada.

Pasaron algunos minutos, mientras que Eris preparaba todo y cuando ya estuvo todo perfectamente ordenado la pelirroja procedió a hacerlo.

Las bofetadas resonaban como un golpe seco, Eris golpeaba a su tía con la intención de despertarla, pero nada parecía funcionar.

《Si es dramática》 Dice Eris para sí misma.

Un último golpe a su rostro con un poco más de fuerza bastó para que los ojos de Clarissa se fueran abriendo con lentitud.

La mujer estaba pérdida, no entendía muy bien que estaba sucediendo.

—Hola, tía querida.—La voz de Eris fue como un latigazo de la realidad para la mujer castaña.

Las facciones de Clarissa se tensaron al mirar la cabellera rojiza, los ojos zafiros y la piel de porcelana de su sobrina.

—¡Mira, Anubys! Está feliz de verme.—Dice Eris con cinismo apretando exageradamente las mejillas de Clarissa dejándolas aún más rojas.

—¿Qué-qué haces tú a-aquí?

Eris esboza una sonrisa extensa y en ese momento Clarissa puede ver la similitud que Eris, ya siendo una mujer, tiene con su madre, la única excepción fueron los ojos zafiros que heredó de su difunto padre.

—Pues, estoy visitando a mi único pariente con vida, tía.—La pelirroja se acerca a susurrarle.—Pero no por mucho tiempo, tranquila.

Eris se aleja divertida de ver esa expresión asustada en el rostro de Clarissa, en sus ojos castaños se reflejan el temor que le tiene a la pelirroja.

Eris.©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin