7- Trinidad

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Por primera vez en toda la semana me he sentido integrada, aun que sea solo un poquito. Estaba sentada con Trini en el suelo del baño con nuestras espaldas apoyadas en la pared.

-¿Por qué estás aquí?- pregunté un tanto curiosa mientras mantenía la vista en la nada.

-Por lo mismo que tu, guapa- bueno, tiene sentido la verdad.

-¿De que curso eres? Es la primera vez que te veo- dije.

-2º de Bach- giré la cabeza enseguida a mirarla con sorpresa.

-¿Qué?-contesto restándole importancia, yo regresé mi vista a la pared contraria. Era dos cursos mayor que yo.

-Tía, ¿te gustan las fiestas?- preguntó mirándome curiosa. ¿Y a qué viene eso ahora?

-La verdad es que no son lo mío.- contesté de la forma más amable, por no decirle un seco y rotundo "no". Fiestas dice, jajaja. Las odio, yo soy de montar pijamadas. Trini soltó un suspiro con pesar, como si estuviese cargando con algo que quisiera soltar pero a la vez no se atreve.

-¿Qué pasa?- pregunté mientras me giraba de lado para encararla. Al ver que no respondía añadí- si no me quieres contar estas en todo tu derecho- dicho esto volví a apoyar mi espalda contra la pared para observar la maldita pared de enfrente. Me estoy estresando, qué tiene de especial esa pared? Uff.

-No es eso, es que hoy hace fiesta Matt. ¿Sabes quién es no?- yo asentí con la cabeza. Creo que ya voy pillando por donde van los tiros.

-Lo siento cariño, no voy a ir a esa fiesta. Y mucho menos con la gente de este maldito manicomio- adorné mi cara con la sonrisa más falsa del mundo para aumentar la ironía en mi respuesta. Trini soltó una carcajada que resonó en todo el baño, pero enseguida se tapó la boca.

-No es eso, el problema es que no estoy invitada- ¿de verdad le preocupa eso? Amiga te están haciendo un favor.

-¿Y quieres ir no?- dije obviando su petición, ya que asintió con la cabeza.

-Me he alejado de los que antes o en algún momento fueron mis amigas- soltó una carcajada seca. La pobre ríe por no llorar.

-¿Qué pasó?- pregunté mientras colocaba mi mano sobre la suya en el suelo, en símbolo de compasión.

-Nada- dijo moviendo su cabeza al lado contrario, impidiéndome ver su rostro, pero en cambio aferrándose a mi mano como si no hubiera un mañana. Sin pensármelo dos veces, me tiré encima a abrazarla. Lo sé, casi no la conozco de nada, pero es una persona que necesita algo que yo tengo para darle, un abrazo sincero.

-Joder, no quiero ser débil- dijo mientras las palabras se iban perdiendo en el aire, salieron con desesperación de su boca.

-Tía, sentir es de ser persona. Si estás triste, lo estás y ya está, no tienes porque encerrarte en está mierda- dije mientras le quitaba el cigarrillo y apagándolo en el suelo. No me ha devuelto el abrazo, pero al menos se ha dejado. La tensión aumentaba en el ambiente, me separé de ella. Un silencio incómodo nos envolvió a las dos, creo que ninguna sabía como empezar una conversación.

-Que mal rollo- dijo riéndose de la situación.

-Tengo una idea- dije levantándome del suelo y estirándole la mano.

-Miedo me das- dijo ella sonriendo. Mis ideas a veces pueden ser una locura, pero yo no las realizo todas tranquilos. Primero se me cruzan los cables y brilla la bobilla, luego tiene que ser analizada y aprobada y ya si eso, manos a la obra.

-¿En qué autobús montas?- le pregunté. Matt y Santi montan en el número dos mientras que yo monto en el número tres.

-En el uno- contestó.

-Vamos mal, pero no pasa nada.

Yo no puedo montar en otro que no sea el mío, tengo más posibilidades de perderme que acertar en el objetivo. Pero quién dijo que ellos no podrían montar en el mío. Si es que soy una genio. Me asomé por la puerta mirando a todos lados.

>Pasillo despejado.

Salí corriendo hacía las escaleras para subir al piso de arriba con Trini a mis espaldas. Una vez arriba, me paré en medio del pasillo, hay una barandilla que lo acompaña hasta el final. Hay escaleras a cada lado, dejando todas las aulas en la misma fila.

-Trini- dije llamando la atención de esta mientras miraba por la barandilla al piso de abajo- objetivo, pasar esa puerta- dije señalando con el dedo la puerta principal que nos lleva directamente al parking de los autobuses, solo que este aún permanecía vacío- obstáculo, ese calvo de ahí- dije señalando al conserje sentado en el mostrador. Trini soltó una risita a mi lado.

-Madre mía, estas poseída- dijo entre risas.

-¿No querías ir a la fiesta de Matt?- pregunté obviando la situación, sin esperar respuesta.

-¿No podemos simplemente saltar una vaya?- dijo ella mirando con atención al conserje. Parece que se está empezando a tomar la idea enserio.

-No, las princesas salen con la cabeza en alto- totalmente cierto.

-¿Y como piensas salir, princesa?- dijo divertida con la situación.

-Déjame tus cigarros y un mechero- dije tendiéndole la mano para que me los diera.

-Una mierda y media, eso vale dinero guapa- dijo poniendo sus brazos en jarra.

-¿La fiesta o la maldita caja?- dije con voz autoritaria.

-Golpe bajo- dijo mientras m tendía la caja de cigarros y el mechero.

Encendí uno y lo dejé caer cerca del mostrador, enseguida nos escondimos detrás de la pared que sostenía la barandilla del pasillo. Encendí varios más y los fui dejando caer hasta escucha la puerta del mostrador abrirse. Asomé la cabeza por un rincón de las escaleras esperando escuchar los pasos del conserje. Trini tiró de mí enseñándome el otro extremo del pasillo, donde estaban las escaleras. Un profesor estaba subiendo.

-Como sea el de guardia estamos jodidas- me susurró Trini con una mirada aterradora. Giré la cabeza al otro lado, los pasos del conserje también estaban demasiado cerca. Ya era demasiado tarde para huir y los dos lados estaban ocupados. Esto no estaba planeado así.

Trini me miraba buscando ayuda, pero yo ya estaba aterrada.





************(nota de autora)

Chan chan chan.... 🤭

¿Las atraparan con las manos en la masa?

Sayonara otakus 🖤

ℕ𝕆 ℚ𝕌𝕀𝔼ℝ𝕆 𝕍𝕀𝔸𝕁𝔸ℝDonde viven las historias. Descúbrelo ahora